Columna #226 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Dice una célebre frase que mejor “renovarse o morir”, y ante un camino cada vez más lleno de baches solo una de esas opciones le quedaba a la famosa serie Élite, de Netflix, que ha llegado a su sexta temporada y que en palabras de sus creadores aún le quedan varias temporadas más, por lo que seguir viviendo era la única opción.
La historia se instala unos meses después de la muerte de Samuel, y con los hermanos Blanco, Ari (Carla Díaz), Patrick (Manu Ríos) y Mencía (Martina Cariddi), lidiando con el encierro de su padre en prisión. Asimismo, seguimos el juicio de Isadora (Valentina Zenere) contra aquellos que abusaron sexualmente de ella.
Los nuevos episodios no solo tenían la difícil tarea de corregir lo estancada que se había quedado la serie, sino que también es la primera temporada donde no contaba con ningún personaje de la primera temporada. Para llenar ese espacio, se unen varios personajes nuevos, como la pareja Sara (Carmen Arrufat) y Raúl (Alex Pastrana), Dídac (Álvaro de Juana) y Nico (Ander Puig). Y en su intento de querer mejorar, Élite incluso logra superar las dos temporadas anteriores.
La sexta temporada de Élite se concreta quizá como una de las más honestas de toda la serie y a la que podríamos nombrar la temporada de la fragilidad. En la subtrama de Isadora (quizá la más sólida de todas) vemos la fácil exposición y señalamiento en redes sociales ante un caso tan delicado como el de abuso sexual, y a un Dídac tratando de entender o apoyar desde sus posibilidades.
En el caso de Nico, el primer personaje transexual de la trama, podemos ver la necesidad de quererse ver de una manera y la insistencia del otro por reconocerte de una distinta. Vemos incluso el rechazo de la que son objeto las personas de esta parte de la comunidad LGBT+. Por su parte, junto a Sara y Raúl vemos un caso de violencia, y es que no todo lo que vemos a través de un celular o de una red social es real.
Y finalmente tenemos a Patrick e Iván (André Lamoglia) tratando de vivir su historia de amor que ha iniciado rota, y sin la sinceridad no es capaz de continuar. Se añade aquí una de las subtramas más dolorosas que hemos visto, la salida del closet de Cruz (Carloto Cotta), el padre de Iván, con quienes tendremos algunas de las escenas más memorables de esta continuación.
Las últimas temporadas, sobre todo la quinta, habían sido señaladas por el público de ser casi soft porn por el alto contenido erótico, y tal parece que la producción detrás ha escuchado y este tipo de escenas son mucho menores e incluso más suavizadas.
Por supuesto, nuevamente hay un misterio central y del que tendremos que esperar su desenlace hasta los últimos episodios, pero la atención en la sexta temporada era crecer la trama, explorar nuevas situaciones y alejarse de lo que ya habíamos visto, y es que si bien sabemos la cuarta y quinta se rodaron en los momentos más difíciles de la pandemia, los escenarios eran sumamente repetidos y muchas líneas llegaron a tornarse aburridas.
Sobra decir que esta quizá sea una de las mejores temporadas de Élite junto a lo que podríamos denominar la trilogía original (las tres temporadas con el primer reparto), ya un caso aparte será averiguar si ha sido demasiado tarde para corregir lo que parecía perdido.
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