Temporada 2, columna #55 | ReporTrendings por ReporTrejo
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Hoy les voy a hablar de un estreno maravilloso y otro decepcionante, ambos por la señal de Azteca Uno.
El esperado estreno de ‘Exatlón’
Desde el final de la maravillosa y sorpresivamente exitosa primera temporada de este reality de competencia extrema se habló de la posibilidad de tener una temporada con los mejores participantes, los “all stars”.
Este 2020 se cumplió, aunque bajo el nombre de ‘Titanes vs. Héroes’ (Famosos/Rojos contra Contendientes/Azules). La audiencia del principal canal de la televisora del Ajusco reaccionó agradecida, como siempre dando altos índices de aceptación y sintonía.
¿Y cómo no?, la emisión conducida por Antonio Rosique regresó con más fuerza que nunca, con varios de los rostros más queridos de la producción. Desde figuras tan amadas de la primera temporada como Ana Lago y Gloria Murillo, pasando por Aristeo Cazares, Patricio Araujo y Zudikey Rodríguez de la segunda; hasta Mati Álvarez y Heliud Pulido, recientes ganadores de la competencia.
Además de Ernesto Cazares, Pascal Nadaud, David Juárez y más figuras del equipo azul. Regresaron los valores deportivos, las emociones, los gritos, las porras para toda la familia de manera ¡Colosal!
El terrible y desastroso estreno de ‘Todos quieren fama’
¡Que coraje, frustración y decepción es haber visto tres episodios de esta cosa que no sé ni a qué género pertenezca! Después de que les acabó de escribir lo maravilloso que es volver a tener en las pantallas mexicanas a Exatlón, ahora debo hacerlo de este híbrido terrible y barato que es Todos quieren fama, que se estrenó el lunes pasado.
En primera, se dice que es una idea original de la televisora, lo cual es mentira: en Netflix existe un concepto llamado A cantar, que ya se hizo en España y Alemania, y que desde luego es la referencia del programa que conduce Roger González (que, por cierto, es de los pocos aciertos de la producción).
No hablemos de lo pobre que se ve el foro, del desatino de los errores de producción como micrófonos abiertos, dirección de cámaras por ningún lado, desfase de subtítulos de karaoke, audio bajo, en fin. Eso se puede pasar por alto, ya que es un programa en vivo (cosa que se agradece) y de igual forma basarse en otra idea. Pero lo que no se puede pasar por alto es burlarse de la gente, de sus participantes y por ende del público.
La dinámica de este programa es poner a 6 participantes a competir para saber quién canta menos mal que los demás. Los participantes son gente de distintos sectores y profesiones que sueñan con tener eso, fama. El ganador de la semana se llevará 50 mil pesos. Hasta ahí lo que sonaba a un programa de aficionados (de los que se hacen mucho en canales locales de provincia) se convierte en una plataforma donde se ridiculiza a los concursantes.
Dejen ustedes los corrientes y estrafalarios vestuarios, los clichés en la selección de canciones, las cápsulas de melodrama barato, etcétera. Lo que no soporto es la burla, porque una cosa es saber que uno va a eso, a llevarse con los conductores cómicos como en su momento Paco Stanley, pero otra muy diferente que te agredan.
¿Pueden creer que a Madelin la primera expulsada, literal la hicieron caer por una trampa? Después de que la pobre muchacha estaba sufriendo por haber terminado su sueño, Roger le da el micrófono para sus “últimas palabras” y acto seguido la pobre cae ante la risa de todo el mundo, incluso el conductor. ¡Que poca abuela!
Con esto me despido, porque ya no puedo con el coraje de acordarme. Mejor disfruten de Exatlón, que es un espectáculo adictivo.
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