Columna #222 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Jordan Peele regresa con su tercer largometraje de terror, ¡Nop!, y en la cual el ganador del Óscar no solo se limita a dicho género y a la crítica social como ha hecho en sus anteriores trabajos, sino que esta ocasión abraza también a la comedia en mayor medida, y por primera vez al western, a la ciencia ficción e incluso al cine de aventura, entregándonos su más grande película hasta ahora, en términos de recursos narrativos y, sí, de presupuesto.
La historia sigue a los hermanos Haywood, OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer), dos jóvenes que heredan el rancho en California de su padre, quien se dedicaba a entrenar caballos para usarlos en películas y series de televisión, y quien muere inexplicablemente a causa de objetos caídos del cielo.
Los hermanos tienen miradas contrapuestas: mientras para OJ lo más importante es seguir con el legado familiar, para Emerald la fama y su entrada en la industria de Hollywood o de las redes parece ser más importante. Pero cuando un objeto aparentemente ovni amenaza su casa desde el cielo, ambos encuentran una lucha en común para defender sus intereses. Para ello también se unirán Ángel Torres (Brandon Perea) y Antlers Holst (Michael Wincott), para poner fin a esa invasión de otro mundo.
¡Nop! es una película fresca, original y llena de ingenio. La creativa mezcla de géneros, ampliando eficazmente su narrativa, la vuelven un exquisito ejercicio de entretenimiento, capaz de revolcarte en el asiento con sus intensas secuencias de misterio e intriga, pero también capaz de emocionarte a ratos con sus bien intencionados protagonistas o aligerarte con sus pequeñas dosis de comicidad. Asimismo, nos envuelve una excelente banda sonora de Michael Abels, que hacen cada momento más puntual.
De nuevo, Jordan Peele pone sobre la mesa varios temas que se desarrollan a la par: por un lado, tenemos una crítica racial y a la falta de memoria de la industria del entretenimiento, para reconocer, por ejemplo, la intervención de las personas de color en el mundo del cine; aunque esta crítica es menor a los cuestionamientos de películas suyas como Huye (Get out).
También nos encontramos una crítica más precisa hacia al espectáculo, y al uso de la tragedia y el morbo como forma de atraer al público. Para esto conocemos al personaje de Ricky “Jupe” Park (Steven Yeun), un actor y dueño del parque temático Jupiter’s Claim, quien de niño vivió una experiencia traumática (una de las mejores secuencias de toda la película y quizá una de las más memorables del año), mientras grababa un sitcom, y quien utiliza esto a su favor para hacerse de más fama.
Jupe, incluso, es capaz de utilizar el objeto ovni que vuela sobre los aires para uno de sus shows, creyendo quizá tener algún tipo de conexión con dicho artefacto. A través de este personaje y sus dos protagonistas vemos que quizá todos queremos ser héroes, aunque de distintas maneras y, evidentemente, algunos de forma equivocada.
Quizá la ligera falla de ¡Nop! es que al tratar con varios temas, hay algunos de ellos que no se desarrollan tanto, pero que tampoco le resta mucho al producto completo. ¡Nop! es una cinta novedosa que reafirma el enorme talento de Jordan Peele, y que se añade como nuevo valor a lo que parece vivirse como una nueva época dorada para el cine de horror, mucho más propositivo. Asimismo, se coloca de forma relevante en el cine de terror que hemos disfrutado este año. Una experiencia que seguramente muchos querrán disfrutar más de una en la pantalla grande.
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