Columna #55 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
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La joven Valeria (Natalia Solián) al fin se encuentra embarazada. Ella misma decora la habitación de su bebé, hace con sus propias manos la cuna y hasta le teje una pequeña sábana. Se siente plena, contenta con el milagro. Cierta noche se asoma por su ventana y ve cómo una mujer del edifico de enfrente se contorsiona para después saltar desde su balcón. La figura empieza a acecharla y, mientras más cerca esté de ella, la vivencia de su embarazo comienza a tornarse en una pesadilla.
Esta premisa conforma el relato de horror de la película Huesera, dirigida por Michelle Garza Cervera. El camino por festivales en 2022 de esta producción mexicana ayudó a provocar ruido y expectativas previo a su estreno nacional en febrero de este año. En el pasado Festival Internacional de Cine de Tribeca en Nueva York recibió los galardones de Mejor Directora de Nueva Narrativas y el Premio Nora Ephron, otorgado a directores y guionistas con una voz distinta.
La maternidad vista bajo el género de terror no ha sido ajena al mundo del cine. Desde El bebé de Rosemary (1968) de Roman Polanski, hasta producciones más recientes como El Babadook (2014) de Jennifer Kent, se ha removido esa imagen de felicidad plena entorno a todo ese proceso para retratarlo como algo más complejo, donde esta experiencia se transforma en un completo infierno para algunas mujeres.
Contrario a otros intentos en el cine mexicano de contar relatos de este género desde lo comercial (y hasta intentando retomar fórmulas de las películas de Hollywood), el caso de Huesera busca antes que nada ahondar en su temática y recurrir en lo sobrenatural para revelar nuevos horrores para su protagonista. Muchas de las situaciones de miedo en el guion coescrito entre Abia Castillo y la directora provienen más de momentos que pueden suceder en la realidad, más allá de la figura siniestra que persigue a Valeria.
Cabe destacar todo el diseño sonoro a lo largo de toda la cinta, donde algo tan mundano como el simple tronar de los huesos de las manos de la protagonista se convierte en algo terrorífico. Asimismo, la película recurre en muchos momentos al uso de efectos prácticos que, en el cine de horror, muchas veces ayudan a que lo monstruoso se vuelva más creíble.
La historia se apoya en crear su propia mitología a través de la religión y la brujería mexicana. Valeria le reza por su embarazo a la Virgen de Guadalupe, máximo símbolo de la maternidad en el país, pero recurre a limpias y rituales para que le auxilien con aquella figura que está tras ella. La presencia de estas tradiciones no es gratuita dentro de la cinta. La propia protagonista se encuentra dividida entre dos mundos: el mundo de la clase media-baja, donde no todos obtienen un grado académico, hay rebeldía y donde ella antes encontró un amor genuino con una mujer, y el mundo de la clase media-alta, donde todo es propio y hay exigencias sociales a tu persona.
Huesera es, sin duda, alguna una de las propuestas más interesantes en los últimos años del género de horror en el cine nacional. Explora la maternidad desde una visión contemporánea y ahondan en la psique de una mujer que busca encontrar su lugar como persona en la sociedad. La directora Michelle Garza Cervera seguirá trabajando con el horror por un rato más. Actualmente está desarrollando la adaptación del cuento Ese verano a oscuras de Mariana Enríquez y forma parte del grupo de directores invitados para el remake de la icónica serie La hora marcada.
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