Columna #58 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
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La televisión despidió en el primer semestre del 2023 varias series emblemáticas de los últimos años. En el mundo de los superhéroes, se transmitió el episodio final de The Flash y, con ello, se cierra el telón del llamado Arrowverse, el multiverso televisivo que comprende un total de 814 episodios entre todas las series enfocadas en diferentes héroes y villanos de DC. El género de comedia también dijo adiós a Ted Lasso, éxito sorpresivo de Apple TV+, y de Barry, proyecto del reconocido comediante Bill Hader. Sin embargo, hay dos series del género de drama y comedia que fueron de las más importantes, que siempre destacaron por su calidad y que ahora dejan un hueco: Succession y The Marvelous Mrs. Maisel.
The Marvelous Mrs. Maisel
Midge Maisel apareció en el mundo televisivo casualmente en el mismo año del movimiento #MeToo, el cual revolucionó los feminismos en todo el mundo. Esta mujer divorciada que buscaba tener un espacio en la escena de stand up en Nueva York a finales de los cincuenta se convirtió en uno de esos primeros personajes femeninos que simbolizaban esa nueva lucha de las mujeres que deseaban hacerse escuchar y mostrar los desigual que es el sistema con ellas.
Creada por el matrimonio de Amy-Sherman-Palladino y Daniel Palladino, la serie de comedia se destacó por esos ingeniosos diálogos que salían a una alta velocidad de la boca de los actores, un diseño de vestuario y producción costoso e impecable, y esa aguda reflexión del papel de la mujer. Luego de múltiples premios, el último acto de su protagonista concluyó en una quinta temporada.
A pesar de que la temporada tres y cuatro tuvieron un ritmo lento y tramas que por momentos parecían no ir hacia ningún lado, los creadores echaron toda la carne al asador en los últimos episodios y demostraron por qué se convirtió en una de las mejores comedias en la era del streaming.
La estructura que se nos muestra en sus últimos episodios son saltos de tiempos entre el presente de la historia hacia las décadas posteriores. Algunas series han hecho esto mismo y han fracasado en su intento. No obstante, Mrs. Maisel muestra ese futuro para terminar de complejizar a su protagonista. Nos percatamos que la heroína que hemos apoyado por todos años ha tomado decisiones en su entorno personal y familiar que, aparentemente, son insignificantes. Conforme vemos qué es de ella en el futuro, descubrimos que ha cometido errores y que está repleta de defectos.
Aunque en el inicio de esta temporada final se nos revela que ella se convierte en una exitosa y millonaria comediante, esto no perjudica la historia de la joven Sra. Maisel que hemos seguido por años. Incluso en el último episodio, con todo y que ya sabemos todo su futuro, la historia se vuelve en un sube y baja de emociones al ver cómo ella conseguirá la oportunidad que le dará ese salto a las grandes ligas de la comedia.
Succession
En un mundo televisivo lleno de plataformas de streaming, donde ahora la tendencia es cancelar (y hasta remover) series si no producen grandes números de reproducciones, Succession demuestra ser ese ejemplo de historias que, si se les da la oportunidad de crecer, son capaces de convertirse en joyas.
La primera temporada apareció cuando Game of Thrones estaba por concluir. Las premisas de estas dos series no son tan diferentes: personas con grandes riquezas luchan por tener el poder cueste lo que cueste. El arranque de Succession no causó ruido, mucho menos en las ceremonias de premios de ese año. Fue hasta el estreno de la tercera temporada a finales de 2021 cuando se convirtió en ese gran fenómeno para la cadena HBO.
La pugna entre los hijos Logan Roy por saber quién heredaría el imperio mediático se desarrolló a lo largo de cuatro temporadas. Si bien esta duración podría considerarse corta para una serie que goza de éxito, se le reconoce a su creador Jesse Armstrong su sabia decisión en terminarla cuando la historia estaba en un punto alto y no alargarla para seguir exprimiendo su gallina de huevos de oro.
La última temporada nos presenta a una familia Roy resquebrajada, donde los hermanos se han unido para derrocar a su padre quien está por vender toda la empresa. Brian Cox y Jeremy Strong, como siempre, ofrecen actuaciones magistrales, pero en estos episodios brillan aún más Sarah Snook y Kieran Culkin como Shiv y Roman Roy.
Desde sus inicios, el planteamiento era prácticamente una tragedia shakesperiana: personajes fallidos que son consumidos por sus ambiciones. A pesar de la riqueza en vive la familia Roy, el guion de Armstrong es capaz de volverlos monstruos y, en otros momentos, los seres más vulnerables con los cuales el espectador es capaz de empatizar.
Succession fue una serie con un desarrollo lento que en su última temporada llega a un clímax sólido, fuerte y sorpresivo, haciéndonos recordar por qué HBO sigue siendo uno de los canales que ofrece uno de los mejores contenidos televisivos hoy en día. ¡Larga vida a los Roy!
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