Columna #225 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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En una escena de Háblame de ti, Chava (Germán Bracco), el protagonista, dice que no sabe quién es, a lo que Carlos (Martín Saracho) le responde que de eso se trata la vida, de descubrir quién eres. Precisamente este coming-of-age, un género poco trabajado en el cine mexicano, busca eso, retratar las problemáticas y adversidades de los adolescentes de hoy, a la vez que aborda el tema de la diversidad sexual.
La trama, escrita y dirigida por Eduardo Cortés, gira en torno a Chava, un chico de 17 años que es sorprendido cuando una aparente admiradora secreta le envía mensajes por teléfono. Y aunque la situación podría resultar más emocionante, la realidad es que él está en una etapa de descubrimiento personal y pronto se da cuenta de la atracción que siente por Carlos, otro chico de la escuela y con quien comparte las clases de natación.
Pero eso no es lo único a lo que Chava debe hacer frente, sino que en casa tiene que lidiar con un padre ausente (Julio Bracho), y una madre (Arcelia Ramírez) a la que no parece importarle mucho esa situación en la familia. Pero la verdad siempre sale a la luz, y cuando Chava afronté todo el caos a su alrededor, tendrá que tomar una decisión sobre su vida y cómo quiere vivirla.
A pesar de algunas deficiencias que tiene Háblame de ti, sus aciertos, como la actuación de Germán Bracco, el guion de Cortés cuando se vuelve tan personal, la musicalización, la fotografía y muchos otros detalles son tan buenos que el espectador termina disfrutando la cinta y sintiéndose identificado con Chava, seas o no gay, pues la historia va más allá de eso.
El director busca mostrar el conflicto interno de un adolescente, su ansiedad y sus crisis, y a través de maravillosas tomas da cuenta de cómo todo sigue avanzando alrededor de Chava, mientras parece quedarse atrapado en las propias barreras de su mente y sus sentimientos. Con una estupenda demostración de talento, Germán Bracco prueba por qué fue el candidato perfecto para interpretarlo, pues logra transmitir cada una de las emociones del personaje.
La cinta integra un variado soundtrack de temas en español e inglés, que ayudan a aderezar la trama, a la vez que las personas detrás de la edición de sonido nos regala un gran trabajo y vuelven por momentos la banda sonora como un personaje más de la historia, o al menos un elemento de apoyo.
A pesar de que la primera mitad del largometraje es sumamente predecible, en la que el espectador puede ir casi descifrando qué es lo que sigue en la siguiente escena; y tiene unos diálogos bastante bobos, la madurez y dramatismo que adquieren en la segunda mitad son un agasajo.
Ahí, Eduardo Cortés demuestra que su relato es mucho más grande y se sincera al retratar a una familia mexicana promedio, que prefiere dejar pasar los problemas y seguir viviendo de esa forma, aunque más adelante todo explote de las formas más lastimeras. Aquí, las actuaciones de Arcelia Ramírez y Julio Bracho adquieren una dimensión mayor, y Germán Bracco sabe nivelarse a las capacidades de dichos actores.
En definitiva, Háblame de ti termina conquistando con su retrato sincero y es que desde la primera y hasta última escena no hace más que tratar de ser honesta. Incluso algunas subtramas que podrían pensarse se manejan a medias, son perfectas al mantenerse así, pues son fiel a la esencia de muchos mexicanos. Por otra parte, incluir el tema de la diversidad sexual es un extra y es que es muy importante seguir insertando estos temas en las narrativas de nuestro país y dialogarlas.
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