Frente a la pantalla: Crítica a ‘El corazón nunca se equivoca’

Columna #73 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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La transición de la ficción en la televisión abierta mexicana no ha sido nada fácil. En los últimos años, tanto TV Azteca como Televisa se han dedicado a realizar telenovelas/series cortas, contrario a las extensas telenovelas de más de 100 capítulos que se hacían antes, pero estos nuevos formatos han estado plagados de las mismas temáticas: política y narcotráfico. Este año, Televisa hace historia, pues por primera vez ha lanzado una serie protagonizada por una pareja gay: Juntos, el corazón nunca se equivoca.

Esta producción corre a cargo de Juan Osorio, y es un spin off de la telenovela Mi marido tiene más familia, donde hicieron aparición por primera vez los personajes de Aristóteles (Emilio Osorio) y Temo (Joaquín Bondoni), convirtiéndose rápidamente en un fenómeno de las redes sociales conocidos como Aristemo.

La historia de El corazón nunca se equivoca arranca cuando Aris y Temo deciden dejar su vida en Oaxaca para mudarse juntos a la Ciudad de México, donde iniciarán sus estudios universitarios e irán en busca de nuevas oportunidades. Los Aristemo llegan a vivir a una privada en la colonia Roma, donde comparten su departamento con Carlota (Ale Müller) y con Diego (Nikolas Caballero), este segundo un antiguo enamorado de Temo. Ahora, los cuatro, como una familia elegida, deberán enfrentar sus problemas diarios y apoyarse.

Después de muchos intentos extraños, tal parece que Juan Osorio le entregó la fórmula perfecta a Televisa para hacer ficción en la televisión abierta. El corazón nunca se equivoca es una serie que mezcla perfectamente el estilo narrativo de las series y a la par logra incorporar un toque de las telenovelas clásicas. El resultado es un producto que puede llamar la atención de todo tipo de público, jóvenes y adultos.

El corazón nunca se equivoca está grabada con la más alta tecnología en 4K, formato de cámara que desde hace varios años utiliza la televisora. La fotografía es increíble, la dirección de cámara muy cuidada, la historia transcurre ágil y las actuaciones son dinámicas. Y lo mejor es que el equipo es de Televisa, es decir, la producción de Juan Osorio no necesitó de ninguna productora independiente para producir algo bien hecho, solo de su investigación y de su empeño.

El tema esencial de esta serie es el amor, en cualquiera de sus manifestaciones. Invita al respeto, al apoyo y lo más bonito es que lo hace en un ambiente familiar. Además se tratan varios temas importantes como la homosexualidad, la homofobia, la depresión, el suicidio, las dificultades laborales, el papel de la mujer en la sociedad, entre otros. Aquí hay drama, comedia y hasta momentos musicales.

En la historia, el hecho que Aris y Temo sean foráneos lo hace aún más llamativo, pues, en la actualidad con tantos jóvenes migrando a la Ciudad de México en busca de desarrollo personal y académico, es como un reconocimiento a todos esas personas que van de fuera a la capital para hacer una vida y las dificultades que viven en una ciudad siempre en movimiento. 

Pero la pareja protagónica de Aris y Temo no está sola como núcleo de la trama, pues tiene a un enorme reparto que permiten cobijarlos de una manera extraordinaria. Tenemos a Dora (Helena Rojo) y Nora Ortega (Nuria Bages), la primera una mujer homofóbica y amargada, y la segunda una mujer sometida a las decisiones y a la represión de Dora, un par de hermanas dueñas de la privada donde viven Aris y Temo.

También está Elsa (Leticia Calderón), madre de Carlota, una mujer que se muestra fría y rígida, pero sufre por el suicidio de su hijo; Soledad (Laura Flores), madre de Diego, una mujer que sufre el rechazo de su esposo Ubaldo (Sergio Sendel), un hombre de carácter que compite en la candidatura como jefe de gobierno. Y también participa Polita (Gabriela Platas), madre de Aristóteles, una mujer que busca cómo desarrollar su vida profesional. Y claro, tampoco quedan fuera los personajes jóvenes como Diego, Carlota y Mateo Symanski (Eduardo Barquín), quienes buscan crear su espacio en este mundo. 

En definitiva, Televisa, la televisora que durante mucho tiempo hemos señalado como la más tradicional, ha dado un paso adelante y ha juntado las voces de una pareja protagónica gay y un grupo de mujeres adultas, principalmente, para desarrollar una serie particular que habla sobre la familia, el amor, el respeto y el apoyo. En la televisión abierta mexicana es lo que más necesita además de la calidad visual que ya han estado incorporando: historias actuales, que permitan el diálogo entre el público.

 Vale la pena monitorear Juntos, el corazón nunca se equivoca, que demuestra que la televisión privada nacional no necesita de presupuestos elevados como si de televisión de paga, streaming o premium se tratara, si no de algo más cercano como lo es un retrato de la sociedad actual y de los temas que de verdad interesan. Búsquenla de lunes a viernes 8:30pm (CDMX) por Las estrellas, o las plataformas de esta misma señal.


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