Frente a la pantalla: Crítica a ‘Annabelle 3: Viene a casa’

Columna #72 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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A estas alturas, con la llegada de la ya tercera película de la saga propia de Annabelle y que nos ha dado tres visiones diferentes, pues cada una cuenta con un director diferente, es imposible no hacer comparaciones entre ellas mismas. En pocas palabras, Annabelle 3: Viene a casa se queda bastante por debajo de Annabelle: creation, pero afortunadamente muy encima de la primera película sobre esta muñeca.

La saga de Annabelle y demás spin off derivados de El conjuro parece que se han convertido en un experimento para Warner Bros. y New Line Cinema con las cuales pretenden detectar bien a sus talentos y ver si pueden confiarles sus futuros proyectos. Ahí tenemos al gran David F. Sandberg, que luego de un buen debut en largometrajes con Cuando las luces se apagan le fue asignada Annabelle: creation, y tras darle un buen empujón a esta le llegó la oportunidad de dirigir Shazam!, logrando increíbles resultados. Annabelle 3 es el debut como director de Gary Dauberman, quien ha escrito las dos películas anteriores y quien también ha trabajado como guionista de It (Eso).

La cinta arranca con el famoso matrimonio de investigadores paranormales de El conjuro, Lorraine Warren (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson), quienes deciden encerrar a la muñeca Annabelle en una vitrina de cristal, bendecida y bajo llave, alejándola de todo mal. Por cuestiones ajenas a Lorraine y Ed, Daniela (Katie Sarife), mejor amiga de la hija mayor de los Warren, Mary Ellen (Madison Iseman); y niñera de la hija mejor, Judy Warren (Mckenna Grace), libera a la muñeca, quien pronto comienza a poseer otros objetos de la habitación en la que se encuentra y tiene como objeto apoderarse de una alma.

Annabelle 3: Viene a casa tiene varios ingredientes favorables, el principal para una película jump scare es que sí provoca varios sobresaltos. El problema que tiene esta película es que manda todo el terror de lleno hasta los últimos 40 minutos de duración mientras todo la primera hora es eterna, con escenas larguísimas y poco interesantes, y llega a tornarse hasta aburrida.

Casi el 90 por ciento de esta cinta se desarrolla en una misma noche, lo cual permite recordar un poco a Halloween, solo que a diferencia de un asesino suelto, aquí las protagonistas se enfrentan a la maldad de una muñeca poseída y a todos los objetos que ella se ha encargado de despertar. De alguna forma, la inclusión de varias figuras da a entender que hay mucho casos de los Warren que aún se pueden explorar.

En la historia se juega mucho con la tensión, pero al menos la primera hora de duración solo se queda en eso, en un juego, sin resultados realmente sorprendentes. Lo que sí hay que señalar es que durante esa eterna primera hora la historia se desarrolla en una ambientación maravillosa y bien hecha, sobre todo la casa de los Warren, que nos permite transportarnos hasta la época en que transcurre.

Annabelle 3, incluso, añade otro elemento con el que antes no se había experimentado en esta saga en particular: la comedia. Aquí tenemos varios momentos humorísticos, aunque la buena noticia es que el espectador puede notarlo fácilmente como comedia voluntaria, hecha a propósito. Grave sería tener situaciones como en La monja, que la comedia voluntaria resultaba mal intervenida y varios momentos de terror daban risa por la pena ajena.

El trío de chicas protagonistas desempeñan un buen papel, en especial Mckenna Grace, a quien ya vimos anteriormente como una de las hermanas de La maldición de Hill House, en su etapa de infancia. Vera Farmiga y Patrick Wilson, por su parte, aunque hacen una participación interesante, su intervención se siente más como un gancho para atraer a la audiencia.

En definitiva, Annabelle 3: Viene a casa está construida sobre una historia bastante sencilla y un poco pobre, llevándonos a lidiar con una primera hora bastante plana. Sin embargo, la buena ambientación, el sonido, los sobresaltos, y hasta algunos efectos visuales la salvan por mucho y la colocan por encima de varias películas derivadas de El conjuro. Y es que de verdad, se necesitaría algo realmente pésimo y terriblemente hecho para estar a la par, en el suelo, junto a la primera parte de esta película o de La monja.

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