Frente a la pantalla: Crítica a ‘Historia de un matrimonio’

Columna #106 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Desgarradora y sumamente conmovedora, no hay otras palabras que puedan escribir más cabalmente de entrada Historia de un matrimonio, cinta disponible desde hace unos días en salas de cine selectas y que este viernes se estrenó en Netflix.

La cinta es dirigida por Noah Baumbach, quien en 2005 fue nominado al Óscar por su película The squid and the whale como Mejor guion original. Además, ha dirigido películas del cine independiente como While we’re young.

La trama sigue a Nicole (Scarlett Johansson) y Charlie (Adam Driver), una pareja de esposos que enfrentan algo duro para un matrimonio y más cuando hay hijos pequeños de por medio: el divorcio. Como una actriz que se siente bajo de la sombra de su esposo, un director de teatro, Nicole se muda a Los Ángeles a grabar el episodio piloto de una nueva serie de televisión.

Aunque en un inicio ambos planean llegar a acuerdos conjuntos, Nicole cambia de opinión al ver Los Ángeles como su nueva residencia y desde allí comienza el proceso de divorcio. El proceso desgastante y la búsqueda de solución por parte de Charlie, quien desea que su hijo permanezca en New York, llevan a la pareja a plantearse preguntas y hacer cosas que jamás hubieran imaginado en contra del otro.

Historia de un matrimonio es un retrato duro sobre un par de personas bien intencionadas que enfrentan la separación y que no quieren perder la custodia de su hijo. A lo largo de poco más de dos horas, somos testigos de un montón de eventualidades que rompen el corazón en mil pedazos y que harán llorar a miles de espectadores. En pocas palabras y sin mentir, no solo es una de las mejores películas del año sino de la década.

No es necesario haber enfrentado antes un divorcio para sentir el dolor, la rabia y la impotencia que los protagonistas padecen. Mientras en un principio, a través de la lectura de unos pequeños escritos, Nicole y Charlie relatan qué es lo que más les gusta del otro y lo que los llevó a quedar enamorados, la felicidad se derrumba fácilmente cuando los vemos en una terapia que parece aplazar algo inevitable.

Aunque la gran capacidad actoral de Scarlett Johansson y Adam Driver siempre está presente en casi todas sus películas, concretamente en esta historia están para aplaudirse de pie. En escena son capaces de mostrar una sensibilidad tan impactante, que es imposible no meterse de lleno con sus personajes, empatizar y es casi imposible tomar partido por uno de los dos, aunque por momentos no lleguemos a sentirnos más apegados por alguno de ellos.  Son actuaciones de premio.

Y en el reparto, se une de las más grandes actrices de nuestra época, ganadora en recientes ediciones del Emmy como mejor actriz de reparto por Big little lies: Laura Dern. Su papel y su participación son maravillosas e incluso posee un muy poderoso diálogo sobre el trato a las mujeres como madres.

A Historia de un matrimonio no le hace falta nada, incluso tiene unas maravillosas composiciones musicales en manos de Randy Newman, quien nos ha tocado las fibras más delicadas de nuestro ser a través de la música de películas como Monsters Inc. y Toy Story en toda su saga. En esta película original de Netflix no es la excepción y sus canciones simplemente hacen que el nudo en la garganta y la presión del pecho se afiance.

En definitiva, Historia de un matrimonio es como el nacimiento de un joven clásico, que esperemos que con el tiempo tome la forma de clásico en toda la extensión de la palabra. Este, sin duda, será uno de los títulos que más escucharemos en la temporada de premios y algo mejor que los premios es que su dolorosa trama despertará el sentimiento de los espectadores, que la llevarán como una de sus favoritas del año.

No hace falta haber enfrentado un divorcio para entender la historia, quizá haber vivido una separación bastará para empatizar y ver lo inevitable que es el amor, y lo mucho que puede afectar la vida para bien o para mal. Para ver esta película solo hace falta algo: una caja de pañuelos para limpiar todo aquello que su historia purificará en nosotros.

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