Frente a la pantalla por Richard Osuna
Desde la semana pasada, llegó a las salas de cine mexicanas la comedia romántica Love, Simon, clasificada como la primera película estrenada por un gran estudio en enfocarse en un romance adolescente gay, lo cual representa de entrada un acontecimiento trascendental para el cine.
La cinta es dirigida por Greg Berlanti, quien es más conocido por sus trabajos en televisión por series como Dawson’s Creek, Brothers and Sisters, Arrow y The Flash.
A forma de sinopsis, la trama sigue a Simon Spire (Nick Robinson), un chico de 17 años, que no sabe cómo revelar su homosexualidad, tanto a sus amigos como a su familia. Pero pronto, comienza a mantener correspondencia con un chico, igualmente homosexual, a través de internet, pero de quien desconoce su verdadera identidad. Este preciso acontecimiento hace que la vida de Simon cambie por completo.
La película no se trata de una propuesta artística, ni compleja, sino una propuesta fresca, divertida y entrañable, bien colocada como una película para adolescentes, pero al mismo tiempo alejada de los tonos dramáticos y melancólicos con que se muestran un sinfín de películas que tratan el tema de la homosexualidad.
Sus personajes son completos, con historias reales y contemporáneas, con los cuales el espectador puede identificarse fácilmente con sus conflictos y vivencias; no solamente por parte del protagonista, sino también con los papás y amigos de este.
La historia no es sugerente ni tampoco atrevida, es una historia que por el tratamiento de su temática, y la forma en que se desarrolla, resulta ideal para disfrutarse en familia y posteriormente comentar y debatir su contenido. Es una historia blanca para compartir, algo que ha sido agradecido por importantes figuras del colectivo gay y una cinta que definitivamente hacía falta.
El desarrollo se da de forma lineal y sin complicaciones, con constantes diálogos humorísticos y con escenas conmovedoras cuando las situaciones lo requieren para completar el guión. Acompañamos a Simón a través de un viaje de autoaceptación, donde debe asimilarse tal y como es.
Love, Simon, en definitiva, es un filme inspirador, una invitación a vivir una gran historia de amor, tal como se anuncia desde su publicidad, algo que todos tenemos derecho de experimentar.
Es una manifestación de visibilidad, representación e inclusión sobre el tema de la homosexualidad, sin ser transgresora. Un producto del que todos pueden formar parte e involucrarse, entretenerse y en general pasarla bien.
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