Columna #58 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Seamos fans del Universo Marvel o no, queda constatado que Avengers: Endgame es uno de los mayores eventos cinematográficos que se ha logrado en la última década e incluso en la historia del cine. Aquí se ha construido un universo tan enorme, complejo e importante para la cultura pop, que será muy difícil superarlo en mucho tiempo.
La cinta cuenta con la dirección de los hermanos Russo, Joe y Anthony, quienes ya han trabajado dentro de este universo en películas como Capitán América y el Soldado del Invierno, Capitán América: Civil War y la pasada entrega Avengers: Infinity war.
Sin ahondar en líneas argumentales que puedan funcionar como posibles spoilers, esta cinta da fin a la fase 3 del MCU (Universo Cinematográfico de Marvel) y, por supuesto, da continuación a Avengers: Infinity war. En la historia vemos a los pocos héroes que quedaron vivos (sí, Ironman, Capitán América, Black Widow, Hulk, entre otros), intentando recuperar las seis gemas del infinito y buscando alternativas para revertir la desaparición de media humanidad tras el chasquido de Thanos.
Es claro que a Avengers: Endgame no podemos adjudicarle el término de obra de arte, pues no tiene un sentido concreto de estética y está más encaminado al lado comercial, pero si hay algo que podemos conferirle y eso es llamarle un espectáculo majestuoso. Nunca antes se había hecho algo tan monumental, específicamente hablando de superhéroes, y los resultados son para enmarcar este universo como algo trascendental.
Esta película es un regalo para todos los fans que han seguido poco más de 20 producciones y las referencias presentes a otras cintas como Capitán América, Thor, Guardianes de la galaxia e incluso a las mismas entregas anteriores de Avengers permiten reconocer el laborioso trabajo de todos los involucrados para llegar hasta este punto. Una labor titánica que es para aplaudirse.
Uno de los mayores aciertos que posee esta cinta es el protagonismo de Tony Stark/Ironman (Robert Downey Jr.), Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans), Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlett Johansson), Bruce Banner/ Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth) y Clint Barton/Hawk Eye (Jeremy Renner), quienes fueron los primeros integrantes de este grupo de superhéroes y que tienen su lugar ganado, dando al mismo tiempo un aire de redondez a la historia: con aquellos que comienza también debe acabar.
Hay que reconocer que Ironman y Capitán América son dos de los más grandes y queridos superhéroes de este universo cinematográfico, y el verlos en escena es un éxtasis para el público e incluso resulta conmovedor, ya que para nadie es un secreto que Robert Downey Jr. y Chris Evans, actores que dan vida a estos héroes, culminaron su contrato y por ende es la última vez que los veremos portando sus respectivos trajes.
Lo que se formó entre el grupo de actores fue una familia y la estupenda química entre ellos se nota en pantalla. Incluso personajes que no habían tenido interacción, como Capitana Marvel (Brie Larson) se adentran a este mundo con toda confianza y se percibe el cobijo del resto del reparto.
La película maneja unos efectos visuales espectaculares, unos giros en la trama para emocionar y sorprender, circunstancias llenas de irreverencia y comedia para reírse a carcajadas e incluso la trama tiene una madurez muy puntual. Por ahí, vale la pena checar un momento feminista muy increíble, rumbo al final de la película, en el que no se necesita detallar mucho y aquellos que aún no han tenido oportunidad de verla podrán detectarlo fácilmente.
En definitiva, Avengers: Endgame obsequia un final completo, que puedo afirmar dejará satisfechos a todos sus seguidores. Por supuesto, hay que prepararse para vivir varios momentos llenos de nostalgia e incluso para soltar alguna lágrima.
En el caso tan particular como el de Avengers: Endgame las críticas feroces pasan a segundo término y los comentarios acerca de ella se vuelven una especie de conversatorio, un anecdotario dispuesto a celebrar juntos a los fans más entusiastas la dicha de cerrar un ciclo que inició hace poco más de una década y que pasará a la historia. Sin duda, un evento imperdible.
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