Frente a la pantalla: La grandiosa ‘Parásitos’

Columna #112 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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¡Qué gran espectáculo narrativo es Parásitos! Y lo escribo con signos de interrogación por el entusiasmo que provoca adentrarse en una obra tan maravillosa que se desenvuelve entre diferentes géneros y ofrece varios giros inesperados, convirtiéndola, sin duda, en una de las mejores películas de los últimos años.

La cinta es escrita y dirigida por el aclamado director coreano Bong Joon-ho, conocido también por haber escrito y dirigido películas como Snowpiercer y Okja, esta segunda una película original de Netflix. Con Parásitos, el director muy merecidamente recibió la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes y más recientemente el premio a ‘Mejor película extranjera’ en los Globos de Oro.

La historia sigue a una familia compuesta por cuatro miembros, los dos padres y dos hijos, que viven en el desempleo y se dedican a doblar cajas de pizza para generar un poco de ingresos. La vida cambia para ellos cuando el hijo Ki-woo (Choi Woo-shik) recibe la propuesta de uno de sus amigos, Min (Park Seo-joon), para darle clases particulares a Da-hye (Jung Ziso), hija de la adinerada familia Park.

Así como Ki-woo se hace llamar Kevin y toma una falsa identidad universitaria para ingresar en la casa de los Park, pronto encuentra la oportunidad de que los miembros de su familia también formen parte de ese mundo tan opuesto para ellos que es la vida de la gente millonaria.

Ya desde su título, Parásitos parece remitirnos a los bichos que se les conoce como tal, pero su entendimiento va mucho más allá también haciendo eco a la explicación de este proceso, donde un parásito depende de un anfitrión o huésped para obtener algún beneficio. Pero a fin de cuentas, el anfitrión o huésped termina recibiendo daño del parásito en algún momento. Quienes ya hayan visto la película entenderán la metáfora que esa simple explicación puede hacer del desarrollo de la cinta.

Esta cinta coreana comienza a desarrollarse como una especie de drama y con toques de humor negro, donde uno de los propósitos o intencionalidades temáticas más marcadas en el guion son las diferencias entre clases sociales. Pero ya en la segunda parte, la película toma un giro hacia un lado más oscuro, el suspenso, para desencadenar la tragedia final.

Parásitos está llena de simbolismos. Desde el inicio nos adentramos en una familia que vive prácticamente en un sótano al final de una calle, donde hasta los borrachos llegan a orinar. Todo es limitado allí, incluso el uso a Wi-Fi, que debido a la condición precaria de sus habitantes tienen que robar dicho acceso de los establecimientos cercanos, no sin antes recorrer toda la casa para encontrar la señal. Así, tenemos que explorar la salida o el ascenso de ese hoyo o anonimato, de cada uno de los miembros de la familia.

Aunque generalmente los miembros de la familia del señor Ki-taek son percibidos como los aprovechados que intentan colgarse de la familia Park, estos segundos no están precisamente libres de perjuicios contra sus empleados. Los Park no son capaces de realizar tareas domésticas sencillas, y en el desarrollo, sin ahondar mucho para no quitar la sorpresa, veremos cómo la adinerada familia hace cosas solo para fines propios.

Hay tantas cosas que se pueden decir de esta cinta, pero la mayoría de ellas son necesarias mantenerlas en discreción a lo largo de una reseña, esperando hasta que el otro la haya disfrutado para establecer una larga conversación sobre los personajes, las temáticas y los giros que mantiene a cualquiera pegado a la pantalla o momentos precisos sobre los que es importante dialogar.

En definitiva, la gran aclamación de Parásitos no es en vano. Parásitos es una obra maestra que el espectador va desdoblando en su desarrollo, va analizando y tratando de comprender. No hay personajes buenos, ni malos, sino que cada uno de ellos se mueve bajo sus intereses, con sus éticas y con la búsqueda de consumación de algún sueño. Para la familia del señor Ki-taek, más que los lujos y el dinero, está la ilusión de un logro.

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