Columna #146 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Los términos “dominguera” o “palomera” vuelven a estar presentes gracias a la nueva película coreana original de Netflix #Vivo, una historia de zombies que marca el debut en largometraje del director Il Cho, y que lamentablemente deja con varios sinsabores.
La historia sigue a Oh Joon-woo (Ah-In Yoo), un joven gamer que despierta solo en el apartamento en que vive con sus papás. Pronto, los gritos en la calle provocan su susto y desde el balcón puede observar cómo todo se vuelve un caos, y donde decenas de personas son atacadas caníbalmente: un apocalipsis zombie ha iniciado.
Encerrado en su hogar, el chico tiene que empezar a racionar la comida y lo poco que conoce sobre lo que está pasando es por las noticias en televisión. Incitado por unos mensajes telefónicos de sus papás Oh Joon-woo toma una decisión: tiene que sobrevivir a como dé lugar. Pero mientras los días transcurren y el alimento comienza a escasear, la fé y la energía del joven también se va debilitando, a la par que la soledad crece.
#Vivo es un ejercicio bastante predecible y que no ofrece nada nuevo al género zombie, plagado de situaciones clichés que ya hemos visto numerosas veces en otras películas del tipo. Sin embargo, algunos momentos de acción y la buena actuación de su protagonista permiten rescatar ligeramente la historia, al menos en una propuesta momentánea.
La cinta nos lleva hasta un apocalipsis con sabor a confinamiento, y donde varias situaciones sobre el encierro no parecen tan ajenas gracias a lo que hemos experimentado millones en el mundo por la crisis de la pandemia. Podemos ver cómo hasta en la televisión realizan rutinas de relajamiento para aguantar la reclusión en casa, y otros detalles.
Entre las pocas novedades de esta producción de Netflix está el perfil del protagonista, un gamer que tiene que ingeniarse su supervivencia. El desarrollo y la transformación que Ah-In Yoo muestra con su papel resultan verdaderamente convincentes y nos vuelven partícipes de una situación difícil, pues la soledad también puede volverse una terrible compañera, sobre todo cuando pasas demasiado tiempo con ella.
#Vivo nos cuenta un relato contemporáneo, donde las personas documentan su encierro y desde las redes sociales piden ser rescatados a los grupos de ayuda. Es un llamado o una invitación de la misma historia a la fortaleza y a la determinación.
El filme transcurre entre un estira y afloja, donde a veces algunas escenas se tornan bastantes lentas o flojas, pero luego se reaviva todo con escenas de escenas de acción y adrenalina. Aunque no todas las escenas de acción son afortunadas y hay por ahí una escena que no resulta pertinente para una historia con el tono de esta.
También la inclusión del personaje de Kim Yoo-bin (Shin-Hye Park) inyectan un aire fresco en la película y cuya aparición nos hace saber que veremos pronto a sus protagonistas enfrentando lo aparentemente desconocido entre los pasillos de sus edificios o incluso de las calles.
En definitiva, #Vivo se queda a medio camino, lejos de ser una buena película, pero su labor de entretenimiento la salvan de caer en un hoyo sin salida. Una cinta con sabor a confinamiento, que aun con desescaladas, seguimos padeciendo en el mundo y que nos dice una cosa: #TenemosQueSobrevivir.
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