Columna #24 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
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Cuando se piensa en el contenido de horror en la plataforma de streaming de Netflix, inmediatamente vendrá a nuestra mente alguna de las producciones del director estadounidense Mike Flanagan. Proyectos cinematográficos como Oculus y Hush lo pusieron en el mapa como un creador de historias de este género; sin embargo, fue hasta 2018 cuando obtuvo mayor reconocimiento a través de La maldición de Hill House, una serie que retomaba la famosa novela de Shirley Jackson. Luego del éxito, se renovó para una segunda titulada La maldición de Bly Manor, que tuvo una recepción mixta. En 2021 lanza Misa de medianoche (Midnight Mass) su más reciente trabajo que se enfoca en los horrores del fanatismo religioso.
Después de haber estado cuatro años en prisión, Riley (Zach Gilford) regresa a su hogar en Crockett Island. Aislado de lo que ocurre en tierra firme, el pueblo es habitado por pocos habitantes, donde muchos de ellos muestran una fuerte devoción hacia el catolicismo. Extrañas situaciones empiezan a ocurrir con los habitantes tras la llegada del padre Paul Hill (Hamish Linklater), quien ha venido a suplir a monseñor Pruitt.
Contrario a sus otros proyectos televisivos para la plataforma, Misa de medianoche tiene una construcción que la hace diferente a lo que anteriormente había hecho Flanagan. En lugar de contar una historia más episódica, este nuevo proyecto se siente como un largometraje de siete horas de duración. No intenta que cada episodio esté construido para que finalice con una escena de horror, sino que se concentra en establecer personajes, ambientación y temas como si fueran fichas de ajedrez para que al final todos caigan y se desate el horror de la tragedia.
Una parte fundamental es el mosaico de personajes que hay en la historia. En primer lugar, está la familia de Riley que, como muchas otras en el pueblo, está arraigada a las costumbres católicas. El regreso a su hogar lo lleva a conectar de nuevo con Erin Greene (Kate Siegel), su viejo amor de juventud y quien ahora ha manifestado ciertas complicaciones en su embarazo.
Una de las principales tramas que impulsa el conflicto religioso se establece con el sheriff Hassan (Rahul Kohli), un padre soltero que vive con su único hijo. Ser musulmán lo lleva a confrontarse con Bev Keane (Samantha Sloyan), una figura con alta influencia en el pueblo y más por su fuerte devoción a la iglesia. Tras la llegada del padre Paul, se convertirá en su principal apoyo y empezará a difundir con más fuerza los ideales católicos.
Por momentos, la serie se estanca en su desarrollo y, en ocasiones, los largos monólogos de los protagonistas quedan más como un instrumento para hacer lucir a los actores en lugar de la historia. No obstante, destaca por el tratamiento de temáticas entorno a la muerte y la fe ciega. El giro de tuerca alrededor del “monstruo” ayuda a que sean exploradas a detalle y más a través de los personajes como el padre Paul y la devota Bev Keane.
No es secreto que Flanagan es un gran admirador del trabajo del escritor Stephen King, tanto así que ha realizado la adaptación de El juego de Gerald y Doctor Sueño. Mucho de lo que hay en esta serie podría parecer de una de sus novelas, en especial la figura del padre Paul que, como muchos personajes del escritor, tiene un fuerte conflicto interno entre su moral y las fuerzas sobrenaturales que se manifiestan en la historia.
Por si fuera poco, el miedo que provoca la serie no es a través de momentos que te hagan saltar del asiento. El verdadero horror de Misa de medianoche está en el peligro del monstruo en el que podemos convertirnos ante esa fe ciega, una devoción que nos lleve a cometer cualquier acto con tal de mantener dichas creencias e ideales.
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