#16 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
El icónico personaje Winnie The Pooh y sus amigos del Bosque de los Cien Acres están de vuelta en Christopher Robin, un reencuentro inolvidable, una aventura de acción real dispuesta a revivir la magia de la infancia que muchos tuvimos al lado de estos encantadores amigos.
Esta película es dirigida por Marc Forster, quien tiene algunos trabajos conocidos en cine como Finding Neverland (2004), 007: Quantum (2008) y Guerra Mundial Z (2013), por mencionar algunos.
A forma de sinopsis, la historia sigue a Christopher Robin (Ewan McGregor) quien de niño disfrutaba aventurarse con un grupo de adorables animales de peluche en el Bosque de los Cien Acres, pero ahora convertido en un adulto se ha convertido en una persona rígida, seria y centrada en el trabajo. Christopher Robin ha perdido el rumbo, incluso con su familia a quien ha descuidado. Es por ello que Winnie The Pooh y los demás animales de peluche, regresan para ayudar a su viejo amigo a reencontrarse con aquella persona que era.
La cinta es tierna, conmovedora y emotiva. Sí, es claro, estos elementos son su plato fuerte y harán llorar a más de uno. Lamentablemente, la historia también es inconsistente y con ausencias argumentales que le restan mérito al producto en su totalidad.
La parte inicial de la película resulta extraña y el público podría tardar en conectar con la historia. El crecimiento de Christopher Robin es demasiado rápido y jamás se puede ver como este fue dejando de lado su infancia. Posteriormente, vienen escenas extensas sobre la adultez de Robin, con diálogos innecesarios, y que pueden aburrir. Donde era necesario dar más detalles se cuentan pocos y donde no era necesario hacer tanto hincapié se expone de manera prolongada.
Afortunadamente, el reencuentro de Winnie The Pooh con el ahora adulto Christopher Robin no tarda mucho tiempo en llevarse a cabo y la historia empieza a ser más digerible, a partir de ese momento.
Winnie The Pooh, Tigger, Piglet e Igor definitivamente son cuatro personajes encantadores que conquistan con sus respectivas características: La inocencia de Pooh, la intrepidez de Tigger, el temor de Piglet y la tristeza asentada de Igor, nos permiten disfrutar con entereza sus intervenciones. Volvemos a conectar con los personajes que conocimos hace décadas o simplemente años.
Aprovecho ahora que hablo de los personajes para hacer un reconocimiento a los estupendos actores de doblaje en español, que volvieron prestar voz a algunos animales. El regreso de Humberto Vélez (Winnie The Pooh), Jesse Conde (Tigger), Mario Filio (Conejo), Ricardo Brust (Búho) son claves para llevarnos a una zona de familiaridad a quienes ya habíamos escuchado sus voces en anteriores entregas de la serie animada o filmes.
Cabe mencionar el gran trabajo técnico y de producción detrás de la cinta. Una animación impecable para darle movimiento a los animales de peluche y crear una sensación de realidad. También un trabajo maravilloso de fotografía, sobre todo en las escenas en el Bosque de los Cien Acres y algunos énfasis a la vegetación, como si se tratara de una película con cuidados artísticos.
En definitiva, Christopher Robin, un reencuentro inolvidable se queda como una película amena y divertida, pero que no logra trascender a un lugar elevado por sus fallas en el guión, o incluso en algunas actuaciones, como la de Hayley Atwell personificando a la esposa de Robin y quien deja mucho que desear con su interpretación.
Christopher Robin, un reencuentro inolvidable pudo convertirse en una nueva Toy Story 3, aquella última entrega donde Andy debe abandonar sus queridos juguetes en su paso a convertirse en un adulto. Esa intensidad para delimitar los cambios de la vida hubieran sido interesantes de ver en esta nueva película de Disney. Una comparación inevitable de hacer.
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