Columna #100 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Los firmes espectadores del cine y de las series, con el paso del tiempo vamos generando ciertos parámetros que nos permiten distinguir las fortalezas y debilidades de un producto, a pesar de que no simpaticemos por completo con ella y que incluso sean bastante aburridas. En esa misma línea podría introducirse El rey, la nueva película original de Netflix, que es innegablemente floja, pero hemos de saber apreciar las pocas cosas que hay detrás de ella y que permiten sostenerla ligeramente.
La cinta es dirigida por David Michôd, conocido por películas como Animal kingdom; mientras que la historia está basada en las narraciones del dramaturgo William Shakespeare sobre el rey Enrique V.
La película nos lleva hasta Hal (Timothée Chalamet), un príncipe caprichoso que se ha alejado de la vida de su reino para vivir entre el alcohol y la vida sin responsabilidades. Sin embargo, luego de complicaciones en la salud, su padre, el rey Enrique IV (Ben Mendelsohn) muere y Hal debe asumirse como el rey Enrique V. Determinado por el camino de la paz, Enrique V deberá tomar decisiones importantes para su reino.
El rey tiene cosas potentes: un buen reparto, algunos buenos diálogos, una fotografía preciosa y una ambientación interesante. Pero cuando una película tiene un guion tan flojo no hay mucho que rescatar del producto general, y es justo lo que sucede aquí.
La historia inicia con un rey enfermo y determinado a acabar con sus enemigos, mientras que el personaje interpretado por Chalamet es un jovencito al que no le interesa saber nada de su padre. Aparentemente, en el transcurso de la trama y una vez Hal se haya asumido como el rey Enrique V debería mostrar indicios de maduración y de determinación, pero por lo contrario su personaje parece estar más hundido en la crisis de la edad y de su posición.
Por supuesto, Timothée ofrece una actuación lo bastante sólida, a pesar de un personaje bordado de manera tan escueta. Curiosamente, varios miembros del reparto ofrecen buenas actuaciones, a pesar de sus participaciones breves, como Joel Edgerton dando vida a Falstaff, el fiel consejero de Hal/Enrique V; y Robert Pattinson como Luis, delfín de Francia, cuya actitud cínica llaman la atención desde que aparece en escena.
El guion tampoco está apoyado en la duración y comete otro grave error al hacerla tan extensa. La película arranca de forma sumamente lenta, y para que la historia se agilice esperamos las más de dos horas que dura y jamás sucede. Si el guion y varios de los personajes se conciben mal construidos o abordados de forma confusa, la lentitud terminan por generar más aburrimiento que ganas por comprender la trama.
El rey es más una historia moral y de movimiento de piezas estratégicas, pero donde no ocurre mucho. Cada situación que ocurre se cuece a fuego lento, muy lento y de ocurrir de forma más ágil podrían haberse hecho notar un poco más.
Finalmente, la parte técnica y de fotografía son algunos de los elementos más rescatables de la película. Desde la musicalización, la ambientación, una fotografía un tanto lúgubre que somete el espacio a un entorno de peso y difícil, así como una guerra que se lleva a cabo rumbo al final, son los aspectos donde el espectador puede inclinar su apreciación.
En definitiva, El rey apuntaba para ser uno de los grandes estrenos fílmicos de Netflix, y lo fue en cuanto la publicidad y la expectativa, pero el resultado es demasiado tibio por el producto general. Con un guion tan flojo como el que tiene esta película es difícil lograr más empatía y gusto que por ella, no más allá del concretado por la estética y los actores que allí participan. Lamentable.
Llegamos a la columna 100
Luego de casi 19 meses, hemos llegado a la columna 100. Esta aventura inició en abril del 2018, con una columna cada domingo, y a partir de este año se ha modificado a los sábados y críticas esporádicas los martes. El trabajo no ha sido fácil al ofrecer críticas cada semana de forma ininterrumpida y a la vez recibir juicios de los lectores por las líneas escritas.
Pero con esto, también se ha logrado uno de los principales objetivos de esta columna que es generar diálogo. Frente a la pantalla se hace con la finalidad de hablar de diferentes series y películas, y abrir el panorama, desde aquellas producciones poco conocidas hasta otras con mayor repercusión en taquilla. Lo que buscamos es que a través de este diálogo, intermediado por su servidor Richard Osuna, le sirva a las personas para preguntarse ¿por qué algo es bueno?, ¿por qué me gustó? Al fin y al cabo, preguntarse sobre las cosas siempre ofrecerá una perspectiva más completa y definida sobre algo. Muchas gracias.
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