Columna #87 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Instagram: @beepbeeprichiemx | FB: Divagadas presenta Richard Osuna
Qué buena está la nueva temporada de Élite, no hay forma de no terminar satisfecho después de terminar los nuevos capítulos y desear más episodios. Lleva una perfecta continuidad con el espectáculo que enamoró a muchos el año pasado.
La nueva temporada, de esta serie creada por Darío Madrona y Carlos Montero, se instala meses después de la detención de Nano, por el ser el supuesto asesino de Marina. Mientras tanto en Las Encinas, al inicio del nuevo ciclo escolar, Samuel (Itzan Escamilla) investiga quién es el verdadero responsable del crimen, mientras sus antiguos compañeros están de regreso y algunos nuevos llegan para desestabilizar todo aún más.
La historia mantiene el estilo narrativo de la temporada anterior, mezclando escenas en el presente y flashforwards para mantener la tensión del público, planteando, en esta ocasión, la desaparición de uno de los personajes ya involucrados y que no tarda mucho en desvelarse de quién se trata. Claro, descubrir los motivos y las circunstancias que lo llevaron hasta su desaparición serán el eje central de la temporada.
En esta continuación tenemos tres nuevos personajes: Cayetana (Georgina Amorós), una chica influencer llena de seguidores en Instagram, y que guarda un secreto, un personaje que tiende a caer en un círculo vicioso; Rebe (Claudia Islas), una chica rica, pero despreocupada por lucir muy femenina y que mantiene una buena relación son Samuel, Nadia y Omar, es decir lo de clase baja; y Valerio (Jorge López), el hermano de Lú, adicto a las drogas y que resulta ser el hermano problemático.
La fotografía y la corrección de colores retoman el tono oscuro que genera suspenso, pero también incorpora por momentos los tonos neones y las imágenes a contraluz, en las constantes fiestas a la que asisten los personajes.
Ya desde el estreno de la temporada pasada, Élite fue relacionada con series como Gossip girl y en esta temporada se asientan aún más esa especie de conflictos de poder entre los personajes, y quedando un poco más desplazado el tono de thriller. Sí, los conflictos entre clases sociales ya existían desde los capítulos anteriores, pero aquí hay un poco de pleitos, chantajes y demás situaciones quizá un poco más morbosas.
Los personajes son un sube y baja de emociones, gracias a su equilibrio por humanizarlos y no manteniéndolos como buenos y malos. Por momentos algunos personajes pueden convertirse en tus favoritos y por otros momentos pasan a ser un poco más molestos.
En estos ocho nuevos capítulos tenemos más de Guzmán y Nadia, Omar y Ander, y algunas otras relaciones que al público le van a molar y van a flipar, como dijeran nuestros vecinos de España. Y también varios de ellos brillan por sí solos, por ejemplo Lú (Danna Paola) que merece una mención especial, y qué decir de Carla (Esther Expósito), capaz de tejer toda una telaraña en la trama.
Quizá uno de los mayores errores y bastante garrafales de la historia son varios problemas de continuidad en edición, que son fácilmente detectables. Incluso, también en la continuidad de varias subtramas, pues varios problemas entre personajes pasan como si nada y de un momento a otro se resuelven sin siquiera hacer eco de ellos.
En definitiva, Élite vuelve a través de un camino lo bastante bien trazado para sacarla bien librada, para mantener la atención de los espectadores y para hacernos querer un poco más para una tercera temporada que ya ha sido confirmada, incluso antes del estreno de esta segunda parte.
Dejar una contestacion