Frente a la pantalla: Crítica a ‘Hotel Transylvania 3’

Frente a la pantalla por Richard Osuna

Los monstruos de esta saga regresan con una tercera parte para vivir unas vacaciones. Más que mandarlos a unas vacaciones, deberían mandarlos a un descanso eterno.

La cinta es dirigida, por tercera ocasión, por Genndy Tartakovsky, quien ya ha trabajado detrás de exitosas series animadas, por ejemplo como creador, director y escritor de El laboratorio de Dexter o director de Las chicas superpoderosas.

A forma de sinopsis, la historia sigue a Drácula, quien ha pasado demasiado tiempo encerrado y dirigiendo el hotel, sin socializar, ni conseguir citas desde la muerte de su esposa, en el siglo XVIII. Así, su hija Maevis propone un viaje en un crucero, al cual acude toda la familia y amigos. Es allí donde Drácula queda enamorado de Ericka, la capitana del buque, sin saber que esto le traerá los mayores problemas de su viaje.

Hotel Transylvania 3 es un capricho por continuar una saga que avanza sin rumbo novedoso y repitiendo el mismo mensaje, en las tres películas, el cual nos dice que es posible vivir en armonía a pesar de nuestras diferencias como individuos. En este caso, las diferencias entre humanos y monstruos.

Esta saga animada comenzó con el propósito de revivir a personajes icónicos como Drácula, Frankenstein, entre otros, y enfrentarlos a la cotidianidad del mundo actual. Si la primera cinta logró cosas sencillas sin llegar a algo trascendental, era probable que en una tercera parte los buenos resultados sean cada vez más escasos.

A diferencia de sus antecesoras, esta vez se presenta un conflicto más construido, con villanos a vencer, y no problemáticas que surgieron como de última hora para llenar la duración total de la película.

Su guión podría ser su fortaleza más grande, pero repetidas ocasiones cae en salidas fáciles, simplonas, y chistes grotescos más orientados para el entendimiento del público adulto que para los de un niño. Incluso algunos chistes son repetitivos a sus anteriores.

Mencionando el tema de chistes más orientados para el público adulto, también hay subtramas como la de Wayne y Wanda, los padres lobo, quienes por primera vez tienen un momento de libertad y el cuidado de todos sus hijos, en el crucero. Unas subtramas que pueden resultar atractivas para el público mayor.

Sin duda, para el doblaje mexicano ya se ha juntado un buen reparto en sus antecesoras: Germán Fabregat como Drácula, Violeta Isfel como Maevis, Cristóbal Orellana como Jonathan y el gran Ignacio López Tarso como el abuelo Vlad. Otro que se unen a esta cinta son Galilea Montijo como Ericka y Pedro Sola como Van Helsing, quienes logran un gran trabajo moldeando sus voces y dándole personalidad a sus personajes.

En definitiva, Hotel Transylvania 3: Monstruos de vacaciones se queda con resultados regulares, más cerca de lo mediocre que de lo satisfactorio. La saga efectivamente podría continuar, pero carece de un guión fuerte que aporte expectativa al espectador, ni muchas ganas de seguir con entusiasmo la historia.

Una vez llegado a la tercera parte, queda claro que no podemos exigirle mucho a una historia que nos ha dado alguno que otro momento de diversión, pero que en general ha aportado poco. Mucho “Bla, bla, bla”, dijera Drácula.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*