Frente a la pantalla: Crítica a ‘Madam C.J. Walker: Una mujer hecha a sí misma’

Columna #126 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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En tiempos de cuarentena y de encierros en casa una historia positiva parecen ser un buen arma para hacer estos días más llevaderos y más si se nos retrata un episodio alentador de la historia. Justamente, Netflix lanzó su nueva miniserie Madam C.J. Walker: una mujer hecha a sí misma, que habla sobre una mujer que superó la hostilidad y las dificultades para convertirse en millonaria.

La miniserie cuenta con la dirección para los dos primeros episodios de Kasi Lemmons, conocida por la nominada Harriet; y con DeMane Davis para los episodios finales, y quien ha participado en la dirección de un par capítulos de How to get away with a murderer. Mientras tanto, el guion está basado en el libro biográfico On her own ground.

La historia nos lleva hasta Sarah (Octavia Spencer), una mujer que se dedica a lavar ropa y que durante mucho tiempo trabajó como empleada doméstica. Es mientras trabaja para Addie Malone (Carmen Ejogo), una empresaria de Illinois, que Sarah tiene la idea de comenzar a vender productos de belleza, crear su empresa y permitir así que las mujeres negras tengan una oportunidad en los negocios, espacio que está dominado por los hombres.

Pero el camino para convertirse en Madam C.J.Walker es pedregoso y Sarah tendrá que soportar rivalidades con Addie, que se resiste a abandonar el mercado de productos de belleza; cargar con el crecimiento de su hija Lelia (Tiffany Haddish) y que no ha encontrado su vocación; la falta de inversores para su fábrica, matrimonios inestables y una serie de obstáculos antes de convertirse en quien se denomina como la primera mujer afroamericana en ser millonaria en Estados Unidos.

Madam C.J. Walker: una mujer hecha a sí misma es una propuesta inspiradora que nos insta a salir adelante y lograr los sueños que nos propongamos cumplir. Aunque si bien la historia resulta motivacional y su desarrollo es entretenido, la ejecución es un poco floja, careciendo de fuerza y de espectacularidad.

La miniserie de cuatro episodios nos lleva hasta inicios del siglo XX, cuando la abolición de la esclavitud ha permitido la liberación de los negros. Sin embargo, la recreación de la época o los detalles históricos lucen un tanto difusos e imprecisos, avocándose en gran parte a la lucha de la protagonista y sus obstáculos a vencer, que contrario a ir desapareciendo parecen salir cada vez más.

Más allá de centrarse como una serie biográfica y que la trama se acerque un poco más a la figura de Madam C.J.Walker, es imposible no notar las muchas licencias creativas que se toman para adornar la narrativa, incluso para quienes no conocíamos mucho o nada sobre ella. El desarrollo y la reunión de tantas villanías por parte de los enemigos de la protagonista llegan a dar incluso un aire telenovelero.

Afortunadamente, la presencia de Octavia Spencer es esperanzadora para darle un poco más de notoriedad y realce a la miniserie. Spencer es capaz de entregar, al igual que siempre, una actuación maravillosa. Ya el año pasado con Ma demostró que su simple aparición puedan transformar un mal producto en algo más llevadero, aunque un resultado tan terrible tampoco es el caso de esta producción.

En definitiva, Madam C.J. Walker: una mujer hecha a sí misma, es un producto bien intencionado, aunque sus resultados no son precisamente brillantes. Como entretenimiento y como historia aspiracional quizá logre su cometido de alentar a más personas, no solamente mujeres, que con decisión y esfuerzo las cosas que deseas se pueden volver realidad. Ya lo dice una de las frases de la protagonista, interpretada gratamente por Octavia Spencer: “Uno tiene que salir y hacer lo que a uno le motive”.

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