Temporada 2, columna #38 | ReporTrendings por ReporTrejo
El chantaje emocional de ‘Milagro en la celda 7’
Recientemente Netflix estrenó esta cinta turca, la cual a su vez es una adaptación de la cinta filipina del mismo nombre. Desde su llegada a la plataforma se convirtió en un éxito y un fenómeno viral en las redes sociales. Todo mundo dice que es una película que los hizo desbordar mares de llanto.
¿Y qué mejor temporada de estreno que en una cuarentena por pandemia mundial? Literalmente con todo el mundo aislado en sus casas, todos los dispositivos alrededor del planeta reprodujeron esta “emotiva” cinta.
¿De qué trata 7 Kogustaki Mucize (título original)? Básicamente es la historia de Memo (Aras Bulut Iynemli), un hombre quien padece una enfermedad mental que lo hace tener el comportamiento de un niño. Memo tiene una hija pequeña de 6 años, Ova (Nisa Sofiya Aksongur). Curiosamente, es esta niña tal vez la mejor actriz de la película. Pero volviendo al guion. El padre es acusado de un asesinato, encarcelado y condenado.
¿Resultado? La película es completamente predecible de principio a fin. Es un ejercicio de chantaje emocional al por mayor. De verdad, solo faltaba que a la pobre Ova y a su papá les orinara un perro rabioso. ¡Todo le pasa a este par!
En resumidas cuentas, mezclen La vida es bella más La milla verde y un montón de telenovelas mexicanas y turcas, y ahí tienen su mega drama (de más de 2 horas) que les hará llorar como Magdalenas.
La obviedad de ‘Hogar’
Otro de los estrenos de Netflix es este thriller que verdaderamente tiene muchos factores para ser una buena película, pero se queda en puras buenas intenciones.
¿De qué va? Javier Muñoz (Javier Gutiérrez) es un exitoso ejecutivo que se encuentra en la madurez y pierde su empleo y su lujoso estilo de vida en un departamento. La crisis que vive tanto psicológica como económica comienzan a revelar un lado desconocido por él mismo. Javier tiene un as bajo la manga que lo hace maquinar cómo recuperar su vida (su hogar) y lo hará cueste lo que cueste.
Igual que en el caso anterior, la película dirigida por David y Alex Pastor es muy predecible. Además, su extensión de dos horas y fracción la hace insufrible. Las situaciones que enfrenta el personaje principal son tan forzadas, inverosímiles y hasta ridículas. Son tan obvias, que hasta un niño de 5 años las podría adivinar.
Los efectos especiales son también de humor involuntario. Hay solo un elemento del guion que me pareció atractivo e inesperado: pongan atención en el personaje de un jardinero. Algunas críticas la comparan con la galardonada Parásitos, pero ¡nada que ver! Vale mucho la pena la actuación de Javier Gutiérrez y la presencia de Mario Casas (por su galanura y anatomía).
Con esto me despido, recordándote que la mejor reseña la haces tú. Películas para pasar entretenido la cuarentena, pero si tienes por ahí algún chocolate, envíamelo. ¡Sí, para mi amargado corazón!
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