Columna #114 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Fascinante, sólida, pulida literaria y cinematográficamente y con un alma pura, no hay otras palabras que puedan describir la emocionante nueva versión de Mujercitas, que nos regala cosas y momentos que pueden traducirse en oro puro para el gusto, la reflexión y el entretenimiento.
La cinta es escrita y dirigida por Greta Gerwig, quien debutó en 2017 con la maravillosa Lady Bird. Para su segunda película, Gerwig se basa en el clásico literario homónimo de Louisa May Alcott, que ya cuenta con varias adaptaciones, incluyendo la famosa versión de 1994 con actores como Winona Ryder, Kirsten Dunst, Susan Sarandon y Christian Bale.
La historia se centra en la vida y las vivencias familiares, amorosas y personales de las cuatro hermanas March, Jo (Saoirse Ronan), Meg (Emma Watson), Amy (Florence Pugh) y Beth (Eliza Scanlen), en tiempos posteriores a la guerra civil estadounidense. Pero cada una de ellas con expectativas y personalidades diferentes: Jo desea convertirse en una escritora importante, Meg desea conformar una buena familia, Amy también tiene intereses artísticos, más concretamente por la pintura; y Beth es amante de tocar el piano.
Greta Gerwig nos cuenta un relato que, sin ser feminista, muestra que una mujer es capaz de vivir la historia más romántica (y hasta un poco cliché para el público), pero también desarrollar sus capacidades intelectuales y artísticas. No necesariamente tiene que obedecer a esas perspectivas de la sociedad, mayormente antes, donde se creía que las del sexo femenino solo estaban hechas para casarse.
Mujercitas está contada en dos líneas temporales, el presente y flashbacks. Así, la trama nos lleva hasta la infancia-juventud temprana de las cuatro hermanas y posteriormente a su etapa adulta, lo que nos hace sentirnos en un relato íntimo y nostálgico, descubriendo cómo se han transformado los deseos y las ilusiones de las protagonistas, sobre todo las de Jo, Meg y Amy.
Para los que ya conocen la historia, ya sea la obra literaria o algunas de sus versiones anteriores, cambiar la forma tradicional de contarla puede resultar una narrativa fresca e interesante, pero para quienes es su primera vez con ella, de cualquier forma los detalles son nuevos y la narrativa un poco más compleja resulta un plus.
Complementario a la historia, la película está acompañada de un montón de particularidades aplaudibles, empezando por un ensamble orgásmico de actores que no solo destaca por el nombres de las cuatro hermanas, sino que también por las participaciones de Laura Dern, Timothée Chalamet, Meryl Streep, y otros dos rostros, que si bien para muchos ya pueden ser familiares, para otros pueden ser nuevos: James Norton y Louis Garrel, también realizando una labor entrañable como el resto del elenco.
Y no solo el elenco es complementario para Mujercitas, también está la hermosa fotografía de Yorick Le Saux, la bonita banda sonora de Alexandre Desplat, el grandioso vestuario, el diseño de época para acercarnos a la segunda mitad del siglo XIX y, por supuesto, la dirección de Greta Gerwig.
Una vez enamorados y cautivados por esta cinta, que está hecha y diseñada con un enorme corazón, podemos asegurar que no solo merece cada una de las seis nominaciones que tiene a los próximos premios Óscar, sino que también le hicieron falta algún par al diseño de producción y la dirección de Gerwig.
En definitiva, Mujercitas es una historia completa, una película cinco estrellas a la que nada le hace falta y cuyo final es redondo, fiel a sí misma y como un homenaje a la creación literaria de Louisa May Alcott. Esperemos que las huellas, diálogos y buenas actuaciones que nos deja la conviertan en un joven clásico inolvidable para los espectadores. Mujercitas es para conmoverse, emocionarse, reflexionar, enamorarse y, en general, ser partícipe de un relato repleto de amor.
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