Temporada 2, columna #30 |
ReporTrendings por ReporTrejo
La segunda temporada de la serie de superhéroes de DC, una coproducción entre Warner y Netflix, se estrenó hace unos días. Desafortunadamente el esperado regreso de Titanes es una decepción llena de oscuridad y de constantes escenas de introspección de los personajes de la ficción.
Luego de lo acontecido en la primera temporada con el villano Trigon, que fue el eje de la historia, el cierre de tal trama se realiza de manera exprés y abrupta en los primeros minutos del primer episodio de la tanda de 13 capítulos.
Inmediatamente comienza una nueva trama, que curiosamente se centrará en el personaje de Dick Grayson. Sí, nuevamente Robin/Nightwing (Brenton Thwaites) se convierte en el total protagonista. La ficción pudo haberse llamado ‘La vida de traumas y tristezas de Dick Grayson’ y no hubiera pasado nada, porque poco es lo que se ahonda en la vida del resto de los Titanes. Incluso la historia pareciera que quiere convertir en una especie de joven Batman a Grayson.
Cabe mencionar que el personaje de Bruce Wayne juega un papel importante. Sin embargo, de la manera en que es tratado hace que se luzca muy poco Iain Glen (Game of Thrones).
Los nuevos personajes aparecen para condimentar esta muy deprimente y oscura historia de hombres y mujeres con super poderes. Esai Morales (Desperate Housewives) encarna a Slade Wilson, mejor conocido como Deathstroke. Es sobre las espaldas de este personaje que recae el peso de la maldad que acecha a nuestros paladines de la justicia.
También tenemos la presencia de Superboy/Conner Kent (Joshua Orpin) e incluso de su famoso perro Krypto. Poco aporta a la trama, pero definitivamente es uno de los grandes atractivos visuales de la historia.
Si estás buscando la alegría y momentos coloridos de la primera temporada, que daban el balance perfecto con la historia de origen de los personajes, de una vez te advierto que aquí no lo vas a encontrar.
Nuestros personajes se debaten entre las responsabilidades de ayudar al prójimo con sus poderes y los oscuros secretos, traumas personales, perdidas y sus debilidades humanas. Lo cual no tiene nada de malo, pero si nos ponemos a pensar que quienes nos podrían salvar están hundidos y autoflagelándose, pues es mejor que nos cuidemos por nosotros mismos.
La versión televisiva de este grupo (a veces no duran mucho tiempo siendo un grupo) comete el mismo error de las primeras películas del universo cinematográfico como Batman vs. Superman: oscuridad depresiva por todos lados.
Con esto me despido. Titanes podría retomar el rumbo en su tercera temporada, porque tiene buenos personajes, pero esta segunda se hundió en un mar de depresión que hicieron eternos esos 13 episodios.
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