Columna #47 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Netflix estrenó su nueva película ¿No es romántico?, que pudo ser mucho más grande, pero su historia es muy pobre y más allá del tema que quiere contar, que por un lado manda un mensaje de aceptación y por otro es una sátira de las películas románticas, no tiene mucho más que ofrecer, salvo algunos momentos divertidos y conmovedores.
La cinta es dirigida por Todd Strauss-Schulson, quien se ha desempeñado mayormente en la dirección de series de televisión.
La historia gira en torno a Natalie (Rebel Wilson), una mujer a la que desde su pequeña su madre le hace creer que todo lo que sucede en las comedias románticas es falso y que ella no puede aspirar a vivir una historia como esas. Natalie es una arquitecta, a quien sus compañeros utilizan en tareas que ni siquiera le corresponden. La vida de Natalie cambia cuando un día, después de un intento de asalto, sufre un accidente que la deja inconsciente.
Al despertar se da cuenta que su vida se ha convertido precisamente en una comedia romántica que tanto odia, con su departamento lujoso y su barrio ahora bonito. En su vida alterna su vecino Donny (Brandon Scott Jones) es ahora su mejor amigo gay, Whitney (Betty Gilpin) pasa de ser su asistente a su enemiga en el trabajo, un hombre guapo y rico (Liam Hemsworth) se enamora de ella, y su mejor amigo Josh (Adam Devine) queda flechado a primera vista de una modelo (Priyanka Chopra). Ahora, Natalie deberá descubrir el mensaje para regresar a su vida real.
La historia es una sátira de las comedias románticas y precisamente se hace incapié en muchos clichés para construir los personajes en el mundo alterno. Por ejemplo, Donny es un chico homosexual que siempre sirve como guía para la protagonista e incluso aparece de repente en las escenas, cuestionando Natalie si este no tiene una vida propia, familia e incluso un trabajo.
También se hace alusión a otros clichés como los tropezones accidentales que sirven como pretexto para conocer a dos personas, los besos bajo la lluvia, la aparición de música pop en escenas de transición o de cambios de look, mismos que por cierto Natalie se resiste a realizar. Incluso, estéticamente el mismo barrio neoyorkino en el que vivía se convierte en un lindo lugar donde predominan los colores vivos, los colores pasteles y la limpieza.
A simple descripción sonaría como una película sumamente interesante, y realmente no es mala, pero su construcción es demasiado simple, sin suficientes aportaciones, y así apenas se puede presentar una película que no dura ni siquiera 90 minutos, y claro, no hubiera podido sostenerse por mucho tiempo más.
Una de las mayores virtudes de la cinta es la presencia de Rebel Wilson, que está por demás decir que posee un talento único para hacer personajes frescos, auténticos y sobre todo naturales. Wilson nos lleva de la mano por varios momentos divertidos e incluso musicales, que probablemente algunos odiarán, pero otros quedarán convencidos.
Además de poseer carisma para hacer un personaje divertido, Wilson también nos lleva de la mano para conocer a un personaje muy humano, que debe aprender a valorarse y enamorarse de sí misma, a pesar de que su aparente complexión robusta, todo lo contrario a lo que la publicidad y la sociedad dice que es bello, llega a ser rechazada.
En definitiva, No es romántico es una película entretenida, que permite pasar momentos graciosos al lado de Rebel Wilson y el reparto que la acompaña, e incluso algunos clichés a los que se les hace crítica sirven para cerrar la trama en una escena muy emotiva y tierna. Además, podemos escuchar populares canciones como Pretty woman de Roy Orbison y A thousand miles de Vanessa Carlton.
El triste problema es que la historia también deja una sensación de insuficiencia, de que no obtuviste lo bastante para gozar de ella. Así, ¿No es romántico? se queda instalada en el terreno de la regularidad y esto se debe simplemente al guion tan escaso.
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