Frente a la pantalla: Crítica a ‘Pokémon: Detective Pikachu’

Columna #61 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Instagram: @beepbeeprichiemx

¿Alguna vez han visto una película que no es lo suficientemente buena y tiene errores notorios, pero a la vez deja resultados satisfactorios? Dentro de esos peculiares casos entra la nueva cinta Pokémon: Detective Pikachu, que a pesar de sus fallos estoy seguro que no dejará indiferente a nadie del público.

Para dar vida a esta película, se cuenta con un guion y la dirección de Rob Letterman, quien también ha trabajado en el texto y como director en cintas como El espanta tiburones y Monstruos vs. Aliens, o solamente en la dirección de Goosebumps.

La historia sigue a Tim Goodman (Justice Smith), un joven que ha perdido el interés por convertirse en entrenador pokemón y que un día recibe una llamada donde le informan que su padre Harry Goodman, un detective destacado, desapareció en un accidente automovilístico. Así, Tim llega a Ryme City, una ciudad donde humanos y pokemones habitan y conviven con normalidad, para descubrir las verdaderas razones detrás de la desaparición de su papá.

Una vez en el departamento, Tim se encuentra con el compañero de Harry, el detective Pikachu (voz en la versión original de Ryan Reynolds), quien a diferencia de otros pikachu tiene la peculiaridad de hablar. Así, el detective Pikachu se unirá a Tim en la misión por descubrir los secretos detrás del accidente, misión en la que también contarán con la ayuda de Lucy Stevens (Kathryn Newton), una joven periodista.

El universo Pokémon es bastante amplio, desde la famosa serie animada de antaño que tiene como protagonista a Ash Ketchum y a su pikachu, pasando por los muchos videojuegos e incluso no olvidando el famoso Pokemón Go para dispositivos móviles. Para muestra de ese universo tan extenso, para iniciar esta que podría ser una enorme franquicia de películas se optó por adaptar primeramente el videojuego de Detective Pikachu.

Una de las grandes virtudes que posee esta película son los estupendos efectos visuales logrados para crear Ryme City, donde el público fácilmente puede perderse entre lo que es real y lo que está hecho digitalmente. Claro, la creación de esta ciudad debió tomarse con mucha cautela, sobre todo si se piensa usar como escenario para futuras películas.

Los efectos con CGI son bastante buenos, aunque de pronto también llega a abusarse de ellos y algunas escenas no luces tan auténticas discordando con los efectos de Ryme City. Afortunadamente, tenemos un detallado maravilloso de los pokemones, un temor que seguramente tenían muchos de los fanáticos al enterarse de esta versión de acción real.

Precisamente los pokemones son otra de las cosas más atractivas de esta cinta. Tenemos a un pikachu parlante y con un humor bastante ácido que bien puede divertir tanto a adultos como a otros más jóvenes, y en el resto tenemos pokemones que encantan al espectador con su simple esencia con la que los conocemos. Por ejemplo un mewtwo misterioso e intimidante, un Psyduck gracioso y un poco estresante (tanto como sus jaquecas) y por ahí, tenemos una de las escenas más bonitas de la película con un montón de tiernos bulbasur.

Pero contrario al encanto que poseen los pokemones, los personajes humanos no gozan con esa misma simpatía, ni con el mejor desarrollo para sí mismos, aspecto donde radica uno de los errores de la película. Los personajes humanos son los que más espacio ocupan en la película, y aún así sus tramas llegan a perderse, tanto que incluso en momentos conmovedores no logran remover los sentimientos. Los personajes principales llegan a carecer de personalidad. (Por ahí, en una escena tenemos la aparición de Omar Chaparro dando vida a un personaje divertido, en una arena de luchas entre pokemones).

Lo que bien pudo construirse como un ejercicio detectivesco completo también se ve afectado por una supuesta tecnología de holograma desarrollada por Howard Clifford (Bill Nighy), que nos permite saber todo lo ocurrido en el accidente automovilístico, cuando pudo ser mucho más intrigante que el descubrimiento recayera enteramente en las manos de Pikachu y de Tim. Focos rojos, salidas fáciles.

En definitiva, Pokémon: Detective Pikachu es una interesante y muy agradable propuesta cinematográfica, que posee unos grandes efectos para construir Ryme City y que tiene a unos maravillosos pokemones que podrían ser más explotados en futuras entregas. Pero a la vez necesita corregir varios detalles a nivel argumental para que los personajes humanos también puedan lucirse. No dudo que los fans quisieran volver para más aventuras, pues incluso yo con gusto lo haría. ¿Ahora entienden cuando me refiero a ella como una película con errores, pero a la vez con resultados satisfactorios?


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