Columna #209 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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El Elite Way School (ahora también abreviado como EWS) abre sus puertas de nuevo para dar la bienvenida a una nueva generación de alumnos, un colegio privado de carácter internacional que destaca por su programa de excelencia musical y donde Mia Colucci, Miguel Arango, Roberta Pardo, Diego Bustamente, Lupita Fernández y Giovanni Méndez son un referente como RBD. Ya lo dice uno de los personajes principales de este revival de Rebelde: lograr lo que ellos hicieron al vender millones de discos por el mundo y ser un fenómeno musical, no es nada fácil. Y alcanzar la serie una gran popularidad y el cobijo del público, tampoco será sencillo para Netflix.
Esta historia, ambientada en el mismo universo de la exitosa telenovela de Televisa, nos lleva al EWS 17 años después y de la cual la exalumna Celina Ferrer (Estefanía Villareal) es su actual directora. Ahí conoceremos a Jaha Cohen Gandía (Azul Guaita), Luka Colucci (Franco Masini), Esteban Torres (Sergio Mayer Mori), MJ Sevilla (Andrea Chaparro), Dixon [Guillermo] Álvarez (Jerónimo Cantillo) y Andi Agosti (Lizeth Selene), seis chicos de diferentes orígenes y hasta nacionalidades, que ingresan a esta escuela por su programa musical.
A pesar de tener personalidades muy distintas todos terminan haciendo click por un gusto en común: su pasión por la música. Pero mientras los seis chicos, además de Sebastián Langarica (Alejandro Puente), el novio de Jana; y Emilia Alo (Giovanna Grigio), ambos sus principales competencias, se preparan para la competencia denominada como la Guerra de las Bandas, un enemigo conocido del EWS vuelve a aparecer: La Logia. Esta sociedad secreta hará todo lo posible por sabotear el camino a los seis jóvenes.
Rebelde recupera la esencia, el tono ligero y hasta cotidiano de la telenovela de 2004, situándose así como una perfecta continuación, pero con una producción más estilizada para adaptarse al formato de serie y con una historia más abierta, acorde a los tiempos actuales, incluyendo mayor diversidad sexual en su elenco.
El mayor inconveniente que enfrenta la serie es la idealización de los fans de la versión mexicana de Televisa, que ahora la enaltecen como si hubiera sido la obra maestra de la ficción, y la realidad es que nunca fue así. La telenovela fue divertida, entretenida y logró colocarse en el corazón de millones de espectadores por sus personajes, por su espontaneidad y gracia, que a veces se salía del guion, pero no precisamente por una gran historia.
Así como en aquella producción, la serie de Netflix posee una trama muy sencilla y tenemos a los protagonistas interactuando repetidamente, no sometidos solamente a un tono dramático, sino también de comicidad, muchas escenas que llegan a ser interesantes a pesar de no tener siempre la naturalidad de la original. Pero Rebelde está lejos de ser el desastre que se preveía por el tráiler, donde parecía más una versión mexicana de High school musical.
Mientras que la primera parte de la temporada conecta y se hila perfectamente con su predecesora, presentando el conflicto principal que son las diferencias entre padres e hijos y los perfiles de los personajes son muy similares o una mezcla de los originales, la segunda tanda de episodios se preocupa por construir conflictos más propios, cercanos al formato de serie, y que permitan cerrar rápido en el capítulo ocho. Aunque no faltan algunos giros y sorpresas telenoveleras.
Quizá uno de los errores más puntuales que presenta propiamente Rebelde es la brevedad. Ocho episodios, tres de los cuales apenas y pasan los 30 minutos, son muy poco para desarrollar a los personajes, y sobre todo para sentir un acercamiento por ellos. Si a malas producciones como Oscuro deseo y La venganza de las Juanas les dieron una primera temporada de 18 capítulos, este reboot también merecía un poco más, sobre todo si se busca destacar musicalmente a sus protagonistas.
Los intereses de Netflix también son muy inciertos sobre ellos, pues a lo largo de los episodios los escuchamos cantar covers de RBD y temas de José José, Britney Spears, Selena y más, pero hasta ahora no sabemos si en realidad la plataforma busca solo hacer un homenaje a la original y que la serie sea musical hasta cierto punto, o si pretende conformar una agrupación.
En definitiva, Rebelde se abraza bien a la actualidad y al producto original, para traer entretenimiento ligero, sobre todo, a la Generación Z. Solo dos cosas pueden impedir el acercamiento a ella: el aferrarse a la idealización de la telenovela original y el estar cerca de los 40 años para sentir que esta serie probablemente no es para ti.
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