Columna #65 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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‘Rocketman’
Dicen que la música es vida y justamente eso parece remarcar Rocketman, la nueva película biográfica de Elton John, donde sus letras y sus melodías no son un objeto forzado para demostrar su poder creativo, si no que sirven como complemento para desarrollar y explicar la historia.
La cinta es dirigida por Dexter Fletcher, quien recientemente dirigió también la cinta biográfica Bohemian Rhapsody, aunque en aquella ocasión no en su totalidad si no que tomó la responsabilidad del proyecto en los últimos días de rodaje, tras el despido de Bryan Singer.
La historia comienza con Elton (Taron Egerton) entrando a una clínica de rehabilitación y confesando ser adicto a las drogas, el alcohol, el sexo y a las compras. A partir de ahí inician los flashbacks que nos cuentan desde la infancia de Reginald Dwight [nombre verdadero del cantautor], el inicio de su carrera musical, su ascenso y posteriormente sus tropiezos, sus sufrimientos y las situaciones que lo llevan hasta la clínica.
Rocketman no es una simple historia biográfica, es una experiencia de vida completísima de un ser que bajo sus anteojos y sus vestuarios extravagantes escondía a un ser vulnerable que sufrió la frialdad y el desprecio de su padre (Steven Mackintosh), que soportó las duras palabras de su madre (Bryce Dallas Howard) y que padeció una difícil relación con John Reid (Richard Madden), un hombre que creía que lo amaba; Elton lo único que necesitaba era ser amado. Aunque claro, en la vida del cantautor británico también hubo personas significativas como su mejor amigo Bernie (Jamie Bell) y su abuela (Gemma Jones).
Esta cinta es sincera y sobre todo muy simbólica. Tenemos unos números musicales magníficos, cuya aparición tienen la importancia de explicarnos parte de la trama a través de la letra de las canciones o bien en las coreografías y en los detalles visuales tenemos que descifrar el paso del tiempo e incluso los cambios en Elton, como su involucración en las adicciones, su éxito, sus giras y hasta su sexualidad.
Es de aplaudirse que para lograr esta sinceridad no se censure absolutamente nada, ni siquiera la homosexualidad, presenciando incluso algunas escenas de sexo muy bien cuidadas. Accedemos a la intimidad de Elton a lo largo de la trama, mientras que también él se va desnudando simbólicamente en sus sesiones en la clínica de rehabilitación.
Después de ver un producto tan bien diseñado como Rocketman, con un guion tan bien estructurado, unas actuaciones en su mayoría impecables, unos musicales bien montados, y una ambientación tan integrada y tan maravillosa es imposible no sentir que a esta cinta ya se le deben muchas nominaciones y también varios premios. A diferencia de Rami Malek en Bohemian Rhapsody que hace uso del playback en las escenas musicales, aquí Taron Egerton obtiene un punto extra al cantar y así lograr conectar un poco más con él. Y qué decir del resto de sus compañeros como Richard Madden y Jamie Bell que dan unas actuaciones grandiosas.
En definitiva, Rocketman es una de las mejores películas que hemos tenido en lo que va del 2019 y todo lo que posee permiten distinguirla como tal. La cinta no solo es para fans de Elton John si no también para aquellos que no somos seguidores tan cercanos. Es una oportunidad de adentrarnos en su vida y conocer más a fondo detrás de sus maravillosas canciones como Your song, o simplemente disfrutar de temas como Saturday Night’s Alright o I’m still standing.
‘Ma’
Tal parece que en las últimas semanas estamos presenciando la temporada de ideas frescas e interesantes en el cine, pero eso sí, mal tratadas. Ma, lamentablemente, no es la excepción.
La cinta es dirigida por Tate Taylor, quien es su currículum cinematográfico como director tiene a Historias cruzadas y La chica del tren. Con solo este par de cintas y teniendo en Ma a una tremenda actriz protagónica como Octavia Spencer todo parecería favorable, pero lamentablemente si ya el guion estaba mal hecho no habría mucho que se pudiera hacer.
La historia comienza con Maggie (Diana Silvers) y su madre Erica (Juliette Lewis) llegando a vivir al poblado que la mamá abandonó muchos años atrás. En su nueva escuela, Maggie conoce a un grupo de chicos que la invitan a beber. Una vez en la tienda, buscando quien les compre el alcohol, los chicos se topan con Sue Ann (Spencer), una mujer que poco a poco va ganando la confianza de ellos, incluso invitándolos a usar el sótano de su casa para pasarla bien y armar fiestas. Todo comienza a ponerse raro cuando la amistosa Sue Ann [a quien llaman de cariño Ma] se vuelve una acosadora.
Desde el inicio, Ma comienza mal. En vez de llevarnos hasta el personaje de Spencer y engancharnos con misterio se nos da una introducción muy simplona con la llegada de Maggie y Erica, como si su llegada fuera relevante. La primera media hora de la cinta es realmente lenta y solo sigue la cotidianidad de unos chicos dedicados a embriagarse, la unión de Maggie al grupo de chicos populares solo porque sí, y la relación de Ma con ellos.
Mientras escribo estas líneas pareciera que estoy desarticulando la película sin continuidad, pero así es la trama de Ma. Una primera hora donde pasa poco, una segunda media hora donde Spencer comienza a mostrar actitudes psicópatas mientras los personajes a su alrededor no tienen un buen desarrollo y una última media hora acelerada donde todo ocurre rapidísimo, como si el tiempo los persiguiera y ya hubiera que acabar el rodaje.
El género de la cinta jamás termina de entenderse, la venden como una película de terror y suspenso, pero de pronto llegar a sentirse como una sátira o como una película más dramática y el terror en sí tarda bastante en llegar. Por supuesto, conforme avanza la película intenta explicar las razones de Sue Ann, pero ni siquiera así se puede entender si es una película acerca de la venganza o simplemente el rencor le gana al personaje.
Y en medio de la tragedia, donde incluso también se desperdicia a un talento como Allison Janney personificando a una jefa gritona, Octavia Spencer hace un buen trabajo volviéndose aterradora no solo para los personajes sino que también el espectador llega a sentirse intimidado.
En definitiva, Ma es un trabajo desarticulado que no logra acomodar bien todas sus fichas. Aunque quizá y con todo lo terrible que pueda parecer, el público podría pasar un rato interesante si no se toma tan en serio esta trama y si disfrutamos la interpretación de Octavia Spencer, cobijada por un montón de personajes bastantes inútiles.
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