Frente a la pantalla: El conmovedor estreno de ‘Dumbo’

Columna #52 | Frente a la pantalla por Richard Osuna

Como espectador al ver que Dumbo estaba cosechando un bajo porcentaje de críticas positivas, lo primero que sucedió en mi cabeza es que se encendieran las alarmas pensando que era otro mal logro de Tim Burton. Evidentemente, Dumbo no entra a formar parte del top de mejores películas de la filmografía de Burton, sin embargo esta cinta posee un encanto especial, cuyos resultados la convierten en una película entretenida, tierna y sobre todo emocional.

Basada en la versión de 1941, la cual fuera la cuarta película de Walt Disney Pictures, esta nueva adaptación forma parte de catálogo de versiones live-action que los estudios del famoso ratón están produciendo desde hace tiempo. El encargado de dirigir esta difícil tarea que cumpliera expectativas es, como ya se dijo, Tim Burton, que no necesita presentación y tiene entre su haber cintas como Beetlejuice y El gran pez, solo por mencionar algunas. Mientras tanto, el guion corre a cargo de Ehren Krueger, quien ha trabajado en los textos de cintas como Transformers y Scream 3.

Dumbo sigue la historia de un pequeño elefante nacido en un circo, cuyo enorme tamaño de orejas lo vuelven objeto de burla para el público visitante del espectáculo, y más adelante en toda una atracción al descubrir que es capaz de volar. Al mismo tiempo, seguimos a la exestrella del circo Holt Farrier (Colin Farrell), quien vuelve de la guerra sin un brazo y con la noticia de la muerte de su esposa, y al lado de sus hijos Milly (Nico Parker) y Joe (Finley Hobbins) se vuelven los responsables de cuidar al bebé Dumbo.

Dumbo tenía un trabajo difícil detrás de ella, pues no solo requería una adaptación, si no una revisualización. Una película de 1941 no podía ser contada de la misma manera 78 años después. Hasta la versión live action de La Bella y la Bestia en 2017 tuvo que hacer cambios a la versión animada de 1991, cuyo distancia temporal es mucho menor. Así, Burton nos entrega un proyecto que da mayor peso a los personajes humanos en la trama y con nuevos mensajes.

Como muchas cintas de este director, Dumbo nos remite a otros de sus trabajos, comenzando con la banda sonora compuesta por el gran Danny Elfman, cuyas piezas musicales para este filme nos recuerdan a El joven manos de tijera. O qué decir del elenco lleno de caras conocidas como Danny DeVito (Batman regresa), Michael Keaton (Beetlejuice) y Eva Green (Miss Peregrine y los niños peculiares), quienes ya han trabajado con Burton.

A través de unos increíbles efectos CGI, esta cinta nos envuelve en un entorno colorido y con matices oscuros, incluyendo el gran escenario de Dreamland, una especie de Disneyland, comandado por el villano de la historia. Esta es una de las cintas más grandes de Tim Burton en cuanto a producción se refiere.

Estos mismos efectos CGI son los responsables de crear lo más bonito de la cinta: a un elefante de ojos azules, con mirada tierna y temeroso, es decir Dumbo. Este personaje es el que nos regala las escenas más maravillosas y sobre todo conmovedoras, dispuestas a sacarle las lágrimas a más de uno. Como esa escena de despedida entre él y su mamá la Sra. Jumbo, la cual vemos desde el trailer.

Dumbo busca dejarnos poderosos mensajes como la maternidad, los valores familiares, el apoyo e incluso una notable invitación a los circos para hacer espectáculos sin animales. Además, por ahí tenemos el personaje de Milly, la hija de Farrier que sueña con convertirse en una importante científica como Marie Curie, mandando otro potente mensaje a la audiencia.

Con una gigantesca producción, una gran historia, unos maravillosos actores (donde Eva Green luce enormemente como la gran actriz que es, portando unos preciosos vestuarios) y el respaldo de unos buenos efectos, Tim Burton tenía todo lo necesario para hacer de esto un gran proyecto, y por supuesto que no es malo, pero hay varios detalles que se quedan a medias. Nada que afecte gravemente, podría decirse, y que pisotee el trabajo realizado.

Los errores más puntuales podrían ser algunas escenas largas que no dan agilidad suficiente a la historia u omiten otros detalles, la falta de unos diálogos más poderosos que permanecieran como memorables o unos personajes humanos que hubieran tenido un mayor desarrollo.

En definitiva, quizá con las correcciones necesarias, Dumbo se hubiera convertido en unos de los mejores estrenos del año. Afortunadamente (o desafortunadamente para aquellos que esperaban una película extraordinaria), la cinta permite pasar unas amenas horas, donde las conmovedoras escenas del bebé Dumbo nos estrujan el corazón, nos invaden las lágrimas y donde los mensajes del filme nos invitan a la reflexión. ¡Vuela, Dumbo!

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