
Columna #51 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Hace aproximadamente dos meses, Netflix estrenó la cinta belga Girl, un fuerte retrato sobre una chica trans y su enfrentamiento interno por lograr ser aquella mujer que desea. Después de ver grandes cintas como estas es cuando siento un placer por abrir mis oídos a los comentarios de la gente y permitir que sus recomendaciones lleguen a mi. A decir verdad, de no haber sido por los comentarios, probablemente no hubiera dado con ella.
La cinta es dirigida por Lukas Dhont, la cual se trata de su primer largometraje, misma que logró triunfar en su presentación en el Festival de Cannes 2018, llevándose varios premios como la Cámara de Oro a la mejor ópera prima del festival, el premio a mejor actor para su protagonista Victor Polster, y el de mejor película de Un Certain Regard.
¿Pero cuál es la historia de Girl? La trama gira entorno a Lara (Victor Polster), una chica trans que diariamente enfrenta su proceso de cambio, mientras vive con el apoyo de su padre Mathias (Arieh Worthalther) y la compañía de su hermano de seis años, Milo (Oliver Bodart). Pero a la par de su transición hormonal, Lara busca lograr sus objetivos como bailarina, y además tiene que lidiar con la experiencia de la pubertad.
Más allá de las cuestiones estéticas, de los colores cálidos de imagen y el manejo de cámaras que son muy buenos, la historia y las actuaciones son el mayor potencial de esta cinta, que va construyendo un fuerte retrato emocional y complejo de su protagonista, en medio de un escenario lleno de rutinas y cotidianidades, así como de las inquietudes de su transición de hombre a mujer y las de su edad.
Desde el inicio de la película se nos permite crear un vínculo entre espectador y protagonista, incluso con la familia de ella. Por un lado tenemos un padre comprensivo, dispuesto a apoyar a su hija en la decisión de ser una mujer, primeramente con cambios hormonales y después respaldando la operación de cambio de sexo. A la vez también nos sentimos enternecidos por la relación maternal entre Lara y su pequeño hermano de seis años.
La parte más dura y delicada de la película viene con las ansias de Lara por desear que sus cambios hormonales ocurran pronto y por ende convertirse en una mujer, entrando así en un conflicto por rechazar el cuerpo que tiene, en el que aún tiene un miembro entre sus piernas y sus pechos no han crecido.
Una de las grandes virtudes de la cinta y que permite crear una atmósfera mucho más grande y realista, es que la trama no se centra solamente en Lara y su proceso de cambio, sino que también vemos a una Lara adolescente que está descubriendo sus intereses afectivos y su relación con los hombres, como esa pequeña línea que nos muestran entre ella y uno de sus vecinos.
Pero qué sería de la protagonista sin tener a un actor como Victor Polster, quien aporta muchísimos matices delicados e incluso conmovedores. Polster construye a una protagonista valiente en la medida de buscar ser la persona que desea contra todo prejuicio, pero a la vez también nos muestra a una persona capaz de ceder a la fragilidad cuando nos sentimos ahogados en las olas de la vida. La interpretación entregada y magistral del actor nos permite concebirlo como la persona ideal para dar vida a este personaje.
En definitiva, Girl es una cinta cautivadora en todo su esplendor. Con todos sus elementos en su conjunto, la cinta dispone de un entramado dramático de gran sutileza, una historia envolvente que nos mantiene atrapados en cada una de sus escenas. Es un retrato poderoso e íntimo de una mujer trans que tiene que hacer frente a sus deseos y que verbalizarlos le llega a resultar difícil. Hay que buscarla, les prometo que una de las escenas finales los impactara mucho.
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