Columna #155| Frente a la pantalla por Richard Osuna
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“Anoche soñé que volvía Manderley”, comienza narrando la protagonista al inicio de la película Rebecca, de la misma manera en que lo hace la adaptación de 1940 dirigida por Alfred Hitchcock y de la misma en que lo hace la novela de Daphne du Maurier en la que se basan las anteriormente mencionadas. A través de esa pequeña introducción, la historia nos adentra hasta los terrenos de una casa sofocante y donde la protagonista ha vivido un par de pesadillas. Y aunque la expectativa resulta alta a partir de ello y suficiente para quedarse, el camino trazado, al menos en esta nueva adaptación, se siente frágil.
Luego del arranque a manera de prólogo, la historia dirigida por Ben Wheatley salta a su narrativa lineal y nos lleva hasta Montecarlo en los años 30 del siglo XX, donde una joven (Lily James) trabaja arduamente como acompañante de su patrona Mrs. Van Hooper (Ann Dowd), una mujer que busca mantener su buena posición social y aprovecha la estancia del adinerado Maxim de Winter (Armie Hammer) en el mismo hotel para intentar forjar amistad con él.
Pero a Maxim no le importa la amistad convenenciera de Mrs. Van Hooper, y en cambio pronto queda prendado de su joven empleada, una chica sin familia e incluso torpe en ocasiones. Así, y aprovechando los días de enfermedad de Mrs. Van Hooper, el elegante hombre invita a salir repetidamente a la joven e inicia posteriormente un cálido romance que culmina en matrimonio.
La ahora señora de Winter se traslada hasta la mansión de su esposo, Manderley, donde una antipática ama de llaves, la señora Danvers (Kristin Scott Thomas), los recibe, y de poco agrado hacia la nueva huésped. Allí, la nueva señora de la casa deberá enfrentarse a los recuerdos de la exexposa de Maxim, Rebecca, de quienes todos parecen tener un buen recuerdo y la mantienen en su memoria como una de las mujeres más bellas que hayan conocido.
Aunque esta nueva versión de Rebecca trata de mantener el espíritu sombrío de romance gótico y tiene a una muy buena protagonista como lo es Lily James para manejar la historia, la película se torna débil y sin la determinación o solidez suficiente para contarnos una anécdota que pinta de ser más tormentosa, en la que los recuerdos de una exexposa, los secretos y la respiración de la propia casa roban la felicidad.
A pesar de que esta nueva versión es señalada como una adaptación de la novela homónima, hay un par de planos y tomas que lucen de forma idéntica a la versión que Hitchcock realizara hace 80 años. Un ejemplo de ello, para no hacer mucha mención de la historia ni citar más escenas, es cuando una embarcación encalla.
Curiosamente, la película logra reflejar más el tormento que vive el personaje de Lily James cuando se vale de sus propios recursos e ideas. Ejemplo de ello la escena del baile y donde la protagonista queda rodeada en el centro de los invitados, o una pesadilla también de esta en que queda atrapada por unos arbustos. Y tranquilos, que si nunca han visto ni siquiera la versión de los años 40, esto último mencionado no representa ningún fuerte spoiler.
El papel que realiza Lily James es uno de los más destacados y logra mostrar un cambio en el desarrollo; al principio el espectador puede comprar fácilmente su torpeza y más tarde sentir sus pensamientos que la mantienen tensa, pensando en si alguna vez logrará superar a Rebecca. Caso contrario, Armie Hammer posee todo el encanto que se adjudica a Maxim, es educado, guapo y elegante, pero cuando llega la hora de desdoblar su personaje y revelar los secretos que esconde, parece no tener un rumbo o más bien una dirección que lo hagan romperse. Propiamente, Kristin Scott Thomas logra algo interesante, aunque el espectador de cualquier forma creo que odiaría a este personaje sin importar la versión.
En definitiva, si bien la nueva adaptación de Rebecca hará que la mayoría se quede hasta el final de la historia, tampoco puede negarse que es una propuesta un tanto floja. Con un poco más de atmósfera, una música que resultara más acorde con lo que se cuenta y un acento más marcado a la hora de abrir al personaje de Armie Hammer, estoy seguro que los logros pudieron ser más grandes para esta cinta de Netflix. Aún así, quizá esta nueva versión pueda servirnos de pretexto para visitar lo hecho por Hitchcock en los 40 o incluso de leer la novela.
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