Columna #124 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Las Encinas vuelve a abrir sus puertas y nos trae de regreso a nuestros queridos personajes, en una vuelta que supone su graduación de la etapa de preparatoria y está por llevarlos a la universidad. O bueno, al menos a la mayoría del elenco.
La exitosa serie española de Netflix, creada por Darío Madrona y Carlos Montero, arranca justo donde termina la segunda temporada, cuando Polo sale de prisión y está de regreso al colegio, desatando muchos más conflictos y el desprecio de sus compañeros.
Al igual que sus dos temporadas anteriores, la primera con el misterio de la muerte de Marina y quién fue asesino, y la segunda con la desaparición de Samuel y el buscar al responsable de ello, la tercera temporada nos lleva a una intriga: ¿quién mató a Polo? Por supuesto, a la par, tenemos conflictos amorosos, de intereses y más, que vuelven más adictiva la trama.
Élite nos trae una tercera temporada mucho más adulta, con unos personajes que se encuentran en sus últimos meses de escuela y que están más preocupados por su futuro, que incluso por su presente.
Estos nuevos episodios también vienen acompañados de dos personajes nuevos: Malick (LeÏti Sène) y Yeray (Sergio Momo). El primero de ellos se trata de un nuevo estudiante musulmán de Las Encinas y que aparentemente está interesado en Nadia, pero guarda mucho más dentro de él. Por su parte, Yeray es un alumno que regresa a Las Encinas después de haber bajado de peso y ahora convertido en un hombre rico gracias a su aplicación móvil de citas.
Los dos nuevos personajes llegan para crear más conflictos entre los actores con los que comparten escena, y ayudan, entre comillas, a acrecentar tramas que ya estaban muy cerradas. Pero lejos de crear rápida empatía con los seguidores de la serie, sus participaciones se sienten calzadas a la fuerza y no logran la misma repercusión que el elenco original o los personajes que se unieron en la temporada anterior, lo que nos lleva a sospechar un posible peligro en el futuro.
La tercera temporada de Élite es demasiado conclusiva, cerrando casi todas las tramas y subtramas para el último capítulo, haciendo pensar a más de uno que este se trata del final o que al menos hubiera sido el final perfecto. Pero, la serie ya tiene aseguradas al menos dos temporadas más y se rumora que en la siguiente temporada tendremos a un elenco nuevo en Las Encinas. La pregunta es, ¿realmente funcionará?
Por asociación, la tercera temporada de la serie de Netflix recuerda un poco también a la tercera parte de Glee: es el último año del elenco original, algunos de los personajes se van a New York para cumplir sus sueños, y otros más se quedan en su lugar de origen, ya sea tratando de encontrarle un sentido a su vida o cursando lo que será para ellos su último año. Exactamente lo mismo sucede aquí.
El conflicto vino al llegar la cuarta temporada de Glee y creer que la historia podría sobreexplotarse. Nuevos personajes llegaron, pero sus perfiles tan idénticos a los anteriores hicieron que el público los rechazara, porque todos deseaban ver al elenco original. Y si en la tercera temporada de Élite, los personajes de Yeray y Malick no fueron cálidamente aceptados, la cuarta temporada de la serie española podría tener los mismos resultados que la serie musical. Aunque espero equivocarme.
Ahora bien, en cuanto al elenco original, Danna Paola vuelve a brillar una vez más y termina por convertirse en uno de los mejores personajes de la serie. Al igual que en la segunda temporada con su discurso y otras buenas escenas, la tercera muestra apariciones muy interesantes, donde incluso se siente fuerte su crecimiento como personaje y se muestra cómo su mentalidad ha cambiado. Y la actuación de la mexicana es para aplaudirse.
En definitiva, Élite sigue bien el hilo de sus temporadas predecesoras, que mezcla el thriller con una serie juvenil con varios clichés. Los conflictos amorosos, los temas actuales, la diversidad sexual, las fuertes escenas de sexo y más, siguen en pie, en unos nuevos episodios que encaminan hasta un final con un pequeño sabor agridulce y la pregunta de “¿qué pasará en el futuro de esta historia?”. La muerte de Polo cierra un círculo, pero al parecer otros más están por abrirse.
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