
Columna #53 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Que enorme sorpresa resultó Shazam! la nueva película del universo extendido de DC Cómics que se estrenó este viernes. Y sorpresa para bien, superando en muchas cuestiones a las escenas presentadas en un trailer alentador, y forjándose como una cinta para reírse, olvidarse de todo y simplemente pasarla bien.
La cinta es dirigida por David F. Sandberg, cuyo nombre resuena detrás de películas de terror como Cuando las luces se apagan y Annabelle: creation. Sin duda, un salto diferente y que deja resultados aplaudibles para su corta trayectoria en cuanto a largometrajes se refiere.
¿Pero de qué trata Shazam!? La historia sigue a Billy Batson (Asher Angel), un adolescente huérfano que tiene la costumbre de escapar de sus hogares adoptivos y meterse en problemas. Finalmente, Billy es adoptado por Rosa (Marta Milans) y Victor (Copper Andrews), quienes lo llevan a su nuevo hogar, el cual tendrá que compartir con 5 hermanos adoptivos más. La relación más significativa nace con su compañero de habitación (y claro, hermano adoptivo) Freddy (Jack Dylan Grazer), un fanático de Superman y Batman.
La vida de Billy da un vuelco, cuando una tarde, intentando escapar de los agresores escolares de Freddy, termina en un vagón del metro que lo lleva hasta la guarida del mago Shazam (Djimon Hounsou). El mago ve pureza en el corazón de Billy, por lo cual le otorga poderes. Así, el joven adolescente, con solo decir la palabra “Shazam!”, tiene la posibilidad de convertirse en un superhéroe adulto. La misión de Billy será detener a los monstruos de los pecados capitales, mismos que el doctor Thaddeus Sivana (Mark Strong) ha liberado.
A diferencia de otras películas donde el héroe se cuestiona sus poderes y cómo utilizarlos Shazam! simplemente deja ser a su protagonista, quien juega con otra idea que es ¿qué harías con tus poderes?, idea muy acorde con la adolescencia de Billy. A través de divertidas secuencias vamos descubriendo los poderes de Shazam como la velocidad, la inmunidad a las balas o que puede volar. Incluso vemos un superhéroe que utiliza sus poderes de convertirse en adulto para comprar cosas prohibidas como cerveza o entrar a un club nocturno de chicas.
Así, se nos presenta una historia fresca, dinámica, con dos horas de diversión y honestidad. Probablemente la palabra la mejor palabra que describe la película es esta última, pues la trama simplemente fluye, sin muchas concepciones como ideas del feminismo, cuestiones raciales, de ecología y demás, que otras películas de superhéroes recientes buscan indagar. Aquí tenemos una historia sencilla que no tiene muchas innovaciones, cuyo encanto radica en sus diálogos y chistes para reír a carcajadas.
Uno de los aspectos que hace más maravillosa y entretenida la película es la relación de los personajes de Billy y Freddy, quienes forman un dúo explosivo, no solamente como personajes sino también como actores. Zachari Levi y Jack Dylan Grazer por sí solos son grandiosos, pero juntos muestran un compañerismo y complicidad geniales. Tenemos a un Zachari y a un Jack Dylan actuando por igual como dos adolescentes emocionados y sorprendidos.
En cuestiones visuales, aquella oscuridad que tanto marcaba a DC (al grado de que hasta Deadpool de su competencia Marvel hizo un chiste sobre ello) sigue disipándose. Claro que también vemos claro-oscuros, pero estéticamente tenemos escenarios coloridos, muy propio de la navidad que se vive en la historia, o hasta con el traje rojo, amarillo y blanco del protagonista, que llevan un dinamismo con la representación del villano.
Jovialidad y alegría hay mucha, pero también el director nos lleva a momentos mucho más fuertes con el villano, comenzando desde una prometedora y muy interesante escena inicial de un accidente automovilístico, donde notamos atisbos de terror, muy propio del género con el que hasta ahora el director David F. Sandberg había experimentado. Con el villano y los 7 pecados capitales podemos ver que el horror se desate.
La dupla DC Comics y Warner Bros. Pictures deben estar muy contentos con los resultados que están dejando Patty Jenkins (La mujer maravilla), James Wan (Aquaman) y ahora David F. Sandberg con Shazam!, para este universo extendido de superhéroes, quienes permiten volver a creer en las historias de este mundo cinematográfico y llenarlas de vida, todo aquello que Zack Synder, lamentablemente, no logró con las primeras cintas.
Concretamente, David F. Sandberg está mostrando una capacidad muy interesante con sus trabajos. Desde su debut en los largometrajes con Cuando las luces se apagan anunciaba un futuro prominente. Más tarde le siguió Anabelle: creation donde tenía la tarea de reconstruir la fallida primera parte sobre la muñeca en solitario… y lo logró. Hoy deja nuevamente resultados satisfactorios con Shazam!, un héroe poco conocido pero que con su simpatía podría convertirse en una larga saga de varias películas.
En definitiva, Shazam! es un producto mágico, tanto como los poderes de su protagonista. Es una cinta para disfrutar, reírse, y olvidarse del alrededor. Y por qué no, volver a convertirnos en unos adolescentes que experimentan el poder de la impresión, justo como Billy y Freddy son capaces de vivirlo.
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