Frente a la pantalla: Rumbo al Óscar 2019 – Crítica a ‘Blackkklansman’

Columna #42 | Frente a la pantalla por Richard Osuna

Es maravilloso cuando existe una vastedad de cosas tan relevantes que destacar de una película, que parece imposible decidir por dónde empezar. Esa vastedad de aportaciones es justo lo que posee El infiltrado del KKKlan, una extraordinaria película que sabe manejarse entre el suspenso, el drama y el humor ácido regalándonos un producto exquisito e impactante de denuncia y conciencia social.

La cinta es dirigida por el afamado director afroamericano Spike Lee, reconocido por cintas como Malcom X, y cuya carrera incluso le han valido un Óscar honorífico en 2016. Mientras que, por otra parte, la historia está basada en el libro BlacKKKlansman de Ron Stallworth, unas memorias reales de este autor y su entrada al Ku Klux Klan.

A forma de sinopsis, la trama sigue a Ron Stallworth (John David Washington), cuya entrada a la policía de Colorado, representa la llegada del primer elemento negro al mencionado cuerpo institucional. A Ron le son dadas tareas menores como revisar los archivos y seguir instrucciones de sus compañeros del lugar. Las cosas cambian para Ron cuando le propone a sus superiores trabajar en asignaciones más grandes.

Así, Ron encuentra la oportunidad de infiltrarse en el Ku Klux Klan, una organización dedicada a promover la supremacía de la raza blanca y valiéndose por ende del racismo. A través de una llamada a uno de los miembros del grupo, Ron muestra su aparente interés por pertenecer al clan. Sin embargo, su relación con los miembros de ese grupo debe ser usurpada por su compañero Flip Zimmerman (Adam Driver), un hombre blanco.

La historia está tan bien contada que su duración de más de dos horas en pantalla se sienten ligeras. La historia se vale de la naturalidad de los acontecimientos para desenvolverse, dándonos momentos de inevitable humor, pero que nunca se olvida de la violencia y la crítica, provocando asombro e incluso incomodidad en el espectador. Poco a poco nos prepara para una historia que se va volviendo más oscura en su anécdota.

En el transcurso de la trama, podemos ver una enorme crítica en los diálogos, como esa realizada a la película Lo que el viento se llevó, o también de forma visual, como esa escena donde los miembros del Ku Klux Klan se reúnen para ver El nacimiento de una nación, la polémica cinta que en un aparente heroísmo da crédito al racismo en contra de la raza negra.

El elenco es muy bueno, comenzando con su protagonista John David Washington que desde su entrada nos abre las puertas a la intimidad y como olvidar su cambiante uso fónico para hacerse pasar por un hombre blanco. Pero sin duda, alguien que roba cámara con su estupenda actuación es Adam Driver. Gran manera de construir un personaje, darle matices y sobre todo de lograr expresar la intensidad en los momentos delicados.

Resulta interesante cómo esta historia que se desarrolla en los años 70’s, adentrándonos en una mirada de época desde su música, el vestuario, la estética y la ideología nos van encaminando hasta una media hora de película alucinante (uno de los mejores finales de los últimos años), cuya crítica no termina en ese contexto, si no que es capaz de trasladarse hasta la crudeza de nuestros días.

Por último, no podemos olvidar la estética visual de la película, con unas tomas estupendas, que por momentos nos llevan a sentirnos dentro del cine independiente, otros en una película de suspenso, y unos más nos da la sensación de un estilo funk, muy propio de la época en que se desarrolla.

En definitiva, estamos ante una película a la que poco o nada se le escapa y nos regala un producto completo, dispuesto a entretenernos, pero también muy hábil para abrir el debate o el diálogo una vez conozcamos toda la narración que nos tiene preparada. Es una película cinco estrellas.

El infiltrado del KKKlan no es una simple denuncia del racismo, ni una victimización de los hermanos negros, es una película que muestra hechos concretos y reales que todavía se suscriben en nuestros días, aún con las luchas de paz y reconocimiento que se realizan actualmente. Esta cinta nos muestra brinda humor, drama y suspenso, para rematar con la inevitable crudeza social y política que genera la marginación.