Iza Flores: La guerrera de corazón rojo

IZA FLORES

Entrevista Divagadas por Richard Osuna (Instagram @beepbeepriciemx)
Fotografías: Feer Millán (Instagram @laferts)

La vida no termina, ni mucho menos se detiene para un deportista de Exatlón México tras su salida, sobre todo para aquellos que pertenecen al alto rendimiento. Un claro ejemplo de ello es la velocista Iza Flores, quien con su característica sonrisa y su espíritu apasionado por el deporte, ya se prepara por buscar un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Entre risas, la joven de 24 años recuerda que su entrada al atletismo se dio hace 10 años, lo cual funcionó para ensombrecer la huella que la estaban llevando por el camino de la vagancia. «Realmente, toda mi vida he practicado deporte pero empecé ya de manera más formal a los 14, 15 años y fue porque me estaba haciendo muy vaga, de verdad. Mi mamá quería enfocarme y que me pusiera a tener algo que hacer en las tardes y un día me dijo ‘tienes clase de atletismo a las 6 de la tarde’ y yo obedecí como buena hija que soy, así que ya tengo 10 años aquí». Para ella, se encuentra presente que sus inicios fueron en C.U. (Ciudad Universitaria) , en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en Culiacán.

Foto: Feer Millán

La vena deportista en la familia nació directamente con ella, pues su familia se dedica a otras actividades. «En mi familia somos cero deportistas, realmente no tengo idea de dónde lo saqué (…) ni mis papás ni mi hermana practican deporte. Entonces, estoy agradecida que me lo hayan inculcado pero realmente no es porque se los aprendí a ellos, sino porque me lo impusieron».

Ante la pregunta sobre cuál ha sido su mayor experiencia como deportista, Iza afirma: «Gracias a Dios he tenido la oportunidad de representar a mi país en varias ocasiones, he estado presente en juegos centroamericanos, en mundiales universitarios, en mundiales juveniles. Yo creo que son las mayores experiencias que me deja mi deporte, el poder conocer diferentes partes del mundo, representar a mi país, estar presente como exponente de mi país y de mi estado, de mi ciudad. Creo que son de las mejores experiencias, además la gente que conoces es increíble, la gente que se desenvuelve en el ambiente deportivo, conoces gente con una mentalidad totalmente diferente y grande».

Foto: Feer Millán

A pesar de que todos somos apasionados en algo, siempre hay alguna actividad externa que nos atrae y para Iza esa es la música. Curiosamente, fue en Exatlón México donde conoció a su gran amigo Patrick Loliger, quien bromea con ella en las Instagram stories invitándola a que hagan juntos casting en La Voz, México, ahora en las pantallas de TV Azteca. Sus mutuos gustos musicales fueron descubiertos durante su estancia en República Dominicana. «A veces nos juntábamos todos en círculo y cada uno se aventaba una canción, y la verdad es que Patrick siempre me dijo que le gustaba como cantaba yo. Patrick nos sorprendió a todos porque se aventó una canción y cantó muy bonito, entonces ahí dijimos que si él se animaba, yo me animaba e íbamos juntos al casting de La Voz pero obviamente es de cura totalmente, porque los dos estamos super enfocados en nuestros deportes».

Aunque incluso, si la velocista no se hubiera dedicado al deporte, le hubiera gustado incursionar en la música, pues aunque no ha practicado otros deportes duda que hubiera sido buena en otra rama. «Gracias a Dios se me dio el deporte, porque definitivamente me encanta lo que hago, pero yo creo que me hubiera ido más por ese ladito más que lo deportivo».

Foto: Feer Millán

Los hechos son concretos y el hubiera no existe. Gracias a su condición como atleta fue que llegó la oportunidad para participar en la segunda temporada de Exatlón, México, aunque en la primera temporada ya había sido llamada para realizar casting. «Me habían llamado para hacer casting, pero por diferentes razones, tantos personales como deportivas, en ese momento no me animé más que nada a tomar la decisión de ir, porque es un reto totalmente diferente, es una oportunidad muy grande y muy buena, pero también es un temor, porque a fin de cuentas estás parando tu vida por completo, en un lapso desconocido, ni siquiera sabes cuánto tiempo vas a estar allá, y uno tiene siempre metas deportivas, cada año nos formamos metas deportivas nosotros y tenemos eventos y competencias. Ahora, en la segunda temporada, me hablaron a la mitad, y me invitaron y fue de un día para otro totalmente, no lo esperaba, realmente fue como un arranque, fue una locura. Yo soy una persona muy, muy metódica y siempre tengo mis decisiones muy pensadas, siempre tengo todo muy estructurado y planeado, y es de las pocas decisiones que he tomado en mi vida totalmente al azar, de decir ‘va, me animo, me aviento’, y sinceramente no me arrepiento para nada».

De la realidad que los espectadores vemos en el famoso reality de Azteca uno a lo que los atletas viven en su permanencia, existe una diferencia mucho más compleja e Iza es testigo de ello. «Exatlón es una experiencia completa en todos los sentidos y aspectos que te puedas imaginar, es un reto deportivo totalmente. Yo tengo 10 años en mi deporte, estoy en una zona de confort completa, donde ya conozco, sé lo que trabajo, sé lo que hago, me desenvuelvo perfectamente en mi ambiente, y estás llegando a un ambiente totalmente diferente, entonces si es shockeante y es difícil como atleta llegar a empezar totalmente de cero, en un lugar donde no se te dan las cosas como tú realmente esperabas. Uno lo ve en la tele y se ve fácil y dices ‘Ay, cómo no pueden tirar eso’ o ‘cómo no pueden correr más rápido’, ‘cómo es que se cansan’, pero ya estando en el ruedo la verdad es otra cosa completamente diferente, eso fue algo que me costó mucho trabajo a mi. Sin duda, también el hecho de estar separado de tu familia, de la gente, de redes sociales, de todo el mundo, estar aislado completamente es muy difícil, porque aquí cuando estás en tu casa tienes un mal día, un mal momento y tiene gente que te apapacha, que te cuida, que está contigo; y cuando estás fuera, estás completamente solo contigo, cosa que me sirvió muchísimo para aprender. Creo que tuve un crecimiento personal importante dentro de Exatlón, y es algo que se lo agradezco muchísimo a la experiencia. Hay momentos de todo, hay momentos super padres, porque además la convivencia con mis compañeros es increíble, a todos los rojos les tengo un cariño inmenso porque a fin de cuentas se vuelven tus hermanos, porque convives con ellos 24/7 y no tiene a absolutamente nadie más. Si estás triste, contento, enojado, lo que sea, es con ellos nada más. Se crean lazos muy fuertes. Ellos me ayudaron muchísimo a poder sobrepasarlo de la mejor manera posible, pero hay de todo. Hay altibajos, solo que en Exatlón todo se maximiza, si estás triste un día, allá es estar deprimido mal, y si un día estás contento, estás a tope con las emociones. Entonces fue una experiencia bastante compleja, pero muy grato también, al mismo tiempo».

Incluso, una de las cosas más difíciles para Iza, y seguramente para todos sus compañeros, según revela, es tener dos comidas al día; sí estás en la fortaleza te tocan dos comidas al día con mayor porción y si te vas a la cabaña igualmente son dos comidas, pero con una ración menor. «Realmente dos comidas al día no es mucho, si llega un momento a mitad del día donde te estabas muriendo de hambre (…) fue una de las cosas que me causó más conflicto porque además tienes que rendir en los circuitos, tienes que estar rindiendo para el día a día y sin alimento es muy complicado. Sí era de los momentos más difíciles cuando nos volteábamos a ver todos y decir ‘me estoy muriendo de hambre’ y no hay nada para comer y era ir a buscar un coco, a ver si te lo encontrabas, o ver qué hacías. Y si te encontrabas un coco, era repartirlo entre 8/10 personas que estábamos ahí y te tocaba nada».

A pesar de los estragos difíciles, sus compañeros del equipo de famosos fueron su consuelo. Más que identificarse con uno solo de ellos, destaca que su acercamiento se daba mayormente según sus sentimientos. «Dependiendo mi estado de ánimo era la persona a la que buscaba; por ejemplo si necesitaba como el apapachito, si necesitaba el cariñito, definitivamente me iba a buscar a Pato y Zudi, ellos fueron mis papás exatlónicos, desde el principio me cuidaban muchísimo, y si estaba triste o melancólica iba y me apapachaba Zudi; si quería como echar chismecito me iba como Ana y con Carmelita; si quería platicar de la vida en general era sentarte con Patrick a platicar horas, porque Patrick es un ser humano increíble que tiene mil historias de vida por contar y si quería agarrar cura, reírme y echar chorcha era definitivamente con Dragon y con Chino, con ellos fue con los que más conviví. Aleli me tocó muy poquito pero con ella me identifiqué muy bien al principio».

Foto: Feer Millán

Exatlón, México es una experiencia incomparable, y la atleta pudo rescatar enseñanzas y darles el valor que se merecen. «Creo que me dejó bastantes enseñanzas, me enseñó a creer en mi. Creo que más que deportivas, me dejó cosas personales, me enseñó mucho a confiar en lo que yo puedo hacer, en no necesitar a nadie más para creer en lo que yo hago, a no necesitar a nadie más para levantarme cuando estoy en un momento difícil en mi vida. A fin de cuentas, venimos solos a esta vida, por muy raro que se escuche, pero era un momento de estar conmigo, de encontrarme, de analizarme. A veces no te das cuenta y no te das tiempo de parar tu vida un poquito y analizar y ver qué es lo que quieres, qué es lo que estás buscando, a dónde quieres ir, por qué quieres ir a eso, cómo debes de llegar, y creo que en Exatlón tuve mucho tiempo para analizar cosas, para pensar, para estructurar lo que quería hacer en mi vida. Creo que me sirvió bastante en ese aspecto y además en valorar muchísimo tanto a la gente que me rodea y las cosas que tengo hoy en día».

Aunque incluso el conductor del programa, Antonio Rosique, ha repetido en muchas ocasiones que la experiencia en el reality es de una sola vez en la vida, muchos fans no descartan que en un futuro se realizara una versión All stars, donde exparticipantes regresen a competir. Aunque Iza en un principio descartaba volver, ahora dice que ya no estaría tan segura de rechazar esa posibilidad. «Estaría increíble. La verdad es que fue una experiencia super diferente, super padre (..) tendría que analizar en qué punto de mi vida estoy, porque perderte del mundo tanto tiempo y detener tu vida trae sus consecuencias en diferentes aspectos. Tendría que ver en qué punto de mi vida estoy para ver si me animo otra vez a perderme en una isla por un tiempo o ya no, gracias», finaliza con risas de por medio.

Como ya se ha dicho, la vida de un atleta de alto rendimiento que participa en el programa más exitoso actualmente de TV Azteca no termina con su salida del programa e Iza ya entrena duro para el futuro, fijándose metas prometedoras. «Mi sueño siempre ha sido, desde hace 10 años que yo empecé hasta el día de hoy, ir a unos Juegos Olímpicos. Estoy trabajando muy duro para poder lograrlo y yo creo que me voy a aventar este y otro ciclo olímpico para cumplir el sueño de todos los deportistas. De cualquier deportista que esté en alto rendimiento, su mayor aspiración es ir a Juegos Olímpicos, entonces estoy trabajando duro porque es mi meta principal y espero algún día poder representar a mi país».

Incluso, Iza ya se prepara con su entrenador Iván Salcedo para luchar por un lugar en Tokio 2020. «Todavía estoy pagando un poquito los estragos de Exatlón, de parar dos meses mi deporte pero confío en el trabajo que tengo respaldándome de tantos años atrás (..) confiamos en que pueden salir cosas positivas y que puedo estar presente en Juegos Olímpicos».


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