Entrevista por Richard Osuna
La historia de Príncipe y príncipe, una obra que aborda el amor en todas sus formas, regresa a los escenarios de la Ciudad de México, en el Teatro Isabela Corona. Con funciones todos los sábados y domingos a las 13 horas, del 7 de noviembre al 13 de diciembre, este montaje familiar seguirá explorando el tema de la igualdad y esperando repetir el mismo éxito que hasta ahora ha tenido.
Normalizando todo tipo de amor
En entrevista para ESTUDIO DIVAGADAS, el actor Eduardo Siqueiros, quien da vida al Príncipe Azul, confiesa sentirse contento de volver a llevar al público esta historia, la cual lleva ya varias temporadas en diferentes teatros de la Ciudad de México y que ha salido de gira por toda la República Mexicana. “Estoy super contento, Príncipe y príncipe me ha dado mucho. Ahora, por las circunstancias que estamos viviendo, el regresar con funciones presenciales para el público, que además nos ha recibido muchos años, me da mucha emoción. Muy agradecido que además nos estén cuidando mucho, y estar en contacto de nuevo con la gente y con esta historia, me llena el corazón”.
Príncipe y príncipe está basada en el cuento Rey y rey, de Linda Haan y Stern Nijland, y cuenta con dramaturgia de Perla Szuchmacher. La historia tiene como protagonista al príncipe Tadeo (Christopher Aguilasocho), quien debe escoger esposa entre las numerosas princesas a la que ha citado su madre, la reina Clementina (Anahí Allue), en el reino. Pero a diferencia de los cuentos de hadas clásicos que conocemos, no será una princesa la que conquiste el corazón de Tadeo, sino el Príncipe Azul.
Eduardo Siqueiros celebra la buena respuesta que ha tenido la obra por tratar esta temática tan necesaria. “Ha sido una gran fortuna el poder platicar con varias personas del público a través de este tiempo y que la obra siga gustando. En un inicio no sabíamos cómo lo iba a recibir la gente, por la temática un poco, pero nuestro objetivo principal es poder normalizar, poder hablar de estos temas y que el amor se pueda dar de cualquier forma”.
Aunque la obra está dirigida principalmente al público joven infantil, buscando acabar con los tabúes que crecemos, el actor señala que la historia también ha permitido que los adultos se reflejen. “De repente, muchos adultos nos decían ‘ojalá que hubiera existido esta obra cuando yo era niño, porque entonces me hubiera permitido hablar de algo que estaba viviendo y que no sabía cómo hablarlo con mi familia o cómo expresarlo’”, apunta y dice sentirse afortunado de que los espectadores regresen a ver la obra, acompañados en su siguiente vuelta por más familiares o sobrinos pequeños.
Precisamente en cuanto al público joven-adulto se refiere, la historia ha tenido gran repercusión. Apenas el 30 de abril pasado, el hashtag #PríncipeYPríncipe se hizo viral en Twitter, esto luego de que gente acusara que no era apropiado tratar estos temas con los niños. Ante ello, un usuario de dicha red social invitó a gente de la comunidad gay a subir sus fotos con sus parejas, mostrando así un gran apoyo. “Estábamos muy sorprendidos que, de repente, de la noche a la mañana, se había vuelto tendencia en Twitter […] a mi lo que me llena y lo que me sorprende, de modo muy positivo, es que ahora podemos manifestar con quién queremos estar y declarar ese amor, hacerlo visible a la sociedad. Además, estás tocando un tema muy sensible, muy positivo de amor en pareja y que rompe con estas barreras, con estos tabúes que de repente todavía en 2020 hay gente que no es capaz de entenderlo, de hablarlo o inclusive verlo de forma normal. Esta dinámica como la que sucedió en Twitter es maravillosa porque tiene un eco de visibilidad de la comunidad”.
El teatro como arte terapeútico
Aunque ya son muchos años que Eduardo Siqueiros ha interpretado al Príncipe Azul y cada vez se siente más apegado a su personaje, revela que al principio sintió temor “Te voy a confesar que un inicio, muy al principio, de repente sentía cierto temor. Qué mal que lo diga yo, pero sentía un temorcillo que me hacía dudar, decía ‘¿cómo la gente nos va a recibir?’, y simplemente este temor estaba relacionado con los prejuicios de la gente”, ahonda.
“Para mi el vivir este personaje a través del tiempo me ha hecho no solo entender mejor al personaje y darle su lugar, sino yo en mi vida personal aprender a ser yo mismo de un modo más sereno, presentándome tal cual como soy, auténtico, en el mundo. El teatro no es terapia, pero es terapeútico y nos ayuda como actores y como audiencia a trabajar ciertos aspectos muy humanos. Para mi ha sido un viaje muy interesante el de mi personaje y en mi vida personal además”.
Finalmente, el miembro del elenco invita a la audiencia a asistir, y agrega que se están tomando todas las medidas sanitarias recomendadas las autoridades, esto para que el público pueda ver la obra tranquilo y seguro. Los boletos están a la venta en la taquilla del Teatro Isabela Corona, a 80 pesos.
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