Columna #33 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
Instagram: @miguelparpadeos | Twitter: @miguelparpadeos
Hace catorce años, Sex and The City se despidió con una segunda película estrenada en cines. Basada en la antología de columnas de la periodista Candace Bushnell, la serie de HBO se convirtió en un éxito instantáneo desde la transmisión de su primer episodio en 1998. No se había visto antes en la televisión historias de mujeres donde disfrutaran abiertamente su sexualidad con una o múltiples parejas, un estilo de vida que siempre se había atribuido a los hombres. Cualquier tema de sexo que se pueda pensar, es probable que la serie creada por Darren Star tenga un episodio donde una de sus cuatro protagonistas lo hayan abordado. Ahora que los grandes estudios buscan crear contenido para sus plataformas de streaming, HBO Max decidió traerla de vuelta bajo el nombre de And Just Like That.
Este regreso no fue para nada inesperado. Una nueva entrega de Sex and The City para cines había estado en discusión, a pesar de las pésimas críticas por parte de la prensa que recibió la segunda película. En la década pasada hubo varios planes para la realización de una tercera parte, los cuales se frenaron por los conflictos entre Sarah Jessica Parker, quien interpreta a la protagonista Carrie y también es productora ejecutiva de la serie, y Kim Cattrall, quien interpretaba a la icónica Samantha Jones. La idea de que las actrices mantenían una fuerte amistad como sus personajes fuera de la pantalla fue desmentida por la propia Cattrall, quien además se había mostrado molesta por ser señalada como una diva y exigir un sueldo alto cuando ella había decidido dar cierre a su etapa con el proyecto por su edad.
Sin una de las cuatro protagonistas, la serie cambió de nombre a And Just Like That para enfocarse en los personajes de Carrie, Miranda (Cynthia Nixon) y Charlotte (Kristin Davis); sin embargo, los cambios van más allá de un nombre. La premisa se centra en sus vidas en una realidad post pandémica, donde veremos a las tres navegar la vida como mujeres en sus cincuentas. Carrie es parte de un podcast y vive felizmente en matrimonio con Mr. Big (Chris Noth); Miranda ha decidido estudiar un postgrado; y Charlotte lidia con ser madre de dos adolescentes. La ausencia del personaje de Samantha es justificada y la propia historia explica que ahora vive en Europa y la relación que tenía con Carrie está fracturada (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).
Desde el primer episodio se distingue el cambio entre la serie original y la nueva. La tan característica voz de Carrie que narraba todas las aventuras desaparece por completo. El tono se vuelve más serio en lugar de cómico como lo fue en su última etapa; esto es acentuado en los primeros episodios de la temporada con la repentina muerte de Big. Además, la duración de los episodios se extendió de media a una hora. En cuanto a la trama, hubo un intento por traer el mundo de las cuatro neoyorkinas a nuestro presente, mismo que ha atravesado por movimientos sociales como el #MeToo, la lucha de espacios por la disidencia sexogenérica o el Black Lives Matter.
Como muchas películas y series, las reflexiones actuales sobre la raza, la mujer, la pareja y el sexo ha llevado a que se señalen los problemas en la forma en que eran representadas. Sex and The City no se quedó atrás y con el tiempo se han cuestionado si era buena o no la representación femenina y la forma en que fueron tocados temas LGBTQ+. And Just Like That intenta solucionar esto al incluir personajes afroamericanos, así como personas de la comunidad (el más prominente Che Diaz, persona no binaria interpretada Sarah Ramírez).
Aunque todos los ingredientes estaban para tener un regreso espectacular, el resultado final ha dejado mucho qué desear. En primer lugar, está la forma en que fueron escritos los personajes y las tramas que les asignaron. Después de la muerte de Big, Carrie se centra en superar el duelo y hacer paz con el hecho de que está envejeciendo. El problema con ella es que todas las características molestas del personaje son exacerbadas y su narcisismo se vuelve insoportable. Charlotte se convierte más en un comic relief, donde los conflictos de su vida son tratados de manera superficial. Finalmente, el más conflictivo es Miranda, con quien los escritores parecen haber olvidado por completo todo el desarrollo que tuvo en la serie original, y se involucra en una relación fuera de su matrimonio con Che, pareja que se vuelve insoportable conforme avanzan los episodios.
Los temas de inclusión resultan incómodos y forzados. En el primer episodio, Miranda intenta ser políticamente correcta con su profesora negra en la universidad, pero la inocencia en sus comentarios la hace ver como todo lo contrario. Más adelante en la serie, Charlotte invita a su mejor amiga del colegio de sus hijes a una cena, cuando se da cuenta que sería la única mujer negra en su grupo de amistades blancas; así que una buena parte del episodio intenta buscar a como dé lugar una persona negra, como si fuera una decoración o un platillo para el evento.
Por si fuera poco, los temas LGBTQ+ son igual de problemáticos. Stanford y Anthony (amigos de Carrie y Charlotte, respectivamente) son escritos como hombres gays como si siguiéramos en los noventa o inicios de los dos mil. Che Diaz es escrito como una caricatura de lo que es una persona no binaria. En cambio, la única trama que es escrita de manera adecuada es del hije de Charlotte, quien durante la serie “sale del clóset” y se asume como no binario.
A pesar de todas las buenas intenciones que tiene And Just Like That, fracasa en otorgar guiones que les hagan justicia a los personajes y que estén al mismo nivel de Sex And The City. El encanto de la serie sigue estando a través de la amistad de las protagonistas, las salidas en restaurantes, Carrie caminando por Nueva York con ropa cara de diseñador o las bellas locaciones de la ciudad. Aunque quedó abierto si habrá una segunda temporada o no, en caso de que ocurra, ojalá y los creadores reconozcan sus errores y arreglen muchos de los tropiezos que hicieron en este intento por traer de vuelta algo que no debió ser revivido.
Dejar una contestacion