Columna #38 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
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Es otro primer día de escuela para Charlie Spring (Joe Locke), un joven preparatoriano que asiste a un colegio exclusivo para hombres. Al entrar al salón, el profesor le asigna un compañero con quien compartirá mesa el resto de las clases. Para su sorpresa es Nick Nelson (Kit Connor), uno de los chicos populares que es parte del equipo de rugby. Conforme empiezan a cruzarse en pasillos y a convivir en las clases, Charlie y Nick comenzarán a desarrollar algo que quizá sea algo más que una simple amistad. Con esta premisa simple, inocente y con un toque de dulzura se desarrolla la primera temporada de la serie LGBTQA+ Heartstopper de Netflix.
El origen de estos personajes se encuentra en el webcómic del mismo nombre creado por la autora inglesa Alice Oseman, cuyo primer volumen en físico se publicó en 2018. Previamente, Charlie y Nick habían aparecido en otra novela de la escritora y, en su intento por profundizar en la relación de ellos, decidió desarrollarlos a través de este formato. Como muchos webcómics, el estilo es sencillo, con viñetas en blanco, negro y grises, personajes con rostros demasiado expresivos y pequeñas historias que van hilando un relato mucho más grande.
Parte del éxito de Heartstopper está en el romance juvenil entre dos hombres, contado de una manera positiva, con escenas llenas de ternura y sin dejar a un lado los problemas por los que los adolescentes atraviesan, en especial si son parte de la comunidad LGBTQA+. Así que la adaptación de Netflix tenía un gran reto al llevarlo a formato de serie. A través de ocho episodios de 30 minutos de duración, consigue capturar esa misma esencia.
La primera temporada se concentra en la historia de los dos primeros volúmenes de la novela gráfica, la cual se enfoca en desarrollar la relación de Charlie y Nick, los problemas de bullying que enfrenta Charlie por ser una persona abiertamente gay y el descubrimiento de Nick al reconocerse como una persona bisexual. Muchos episodios capturan de manera exacta momentos claves del webcómic, lo cual dejará complacidos a los fans acérrimos del material original. Incluso hay varias escenas que incluyen ciertos detalles animados, que apoyan el tono juvenil de los episodios.
Sin embargo, como cualquier adaptación, hay cambios que deben hacerse y, para el caso de esta serie, en lugar de restar, la enriquecen. Uno de los principales es darles más foco a los personajes femeninos, que en las novelas gráficas cobran protagonismo mucho más adelante en la historia. Desde el primer episodio, seguimos también la historia de Elle (Yasmin Finney), una chica trans que es amiga de Charlie. Debido al constante bullying escolar decide cambiarse a un colegio exclusivo para chicas. Ahí forma una amistad con Tara y Darcy, quienes se encuentran en una relación y a lo largo de la serie enfrentarán las consecuencias de hacerla pública.
Aunque Heartstopper luzca como una serie juvenil que da luz exclusivamente a la temática gay, la historia coincide con esta nueva ola televisiva donde las series cuentan relatos que muestren diferentes realidades de la comunidad LGBTQA+. Está el romance tierno de Charlie y Nick, que plantea una relación entre un joven gay con otro bisexual, pero también está la perspectiva trans a través de Elle o un noviazgo lésbico con Tara y Darcy. Por si fuera poco, la interacción entre los personajes traza lazos de amistad que hacen a este grupo de jóvenes uno sumamente memorable y del cual vamos a querer saber más de sus historias bajo este formato de serie de televisión.
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