Frente a la pantalla: Crítica a ‘El hombre del norte’

Crítica a 'El hombre del norte'
Con El hombre del norte, Robert Eggers regresa a contarnos un relato folclórico, pero nos lleva en esta ocasión hasta la Islandia del siglo X para envolvernos en una epopeya sangrienta y visceral.

Columna #217 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Desde que Robert Eggers debutara con su primer largometraje La bruja, en 2015, se convirtió en una prometedora figura del cine de terror y en uno de esos cineastas que venía a dar un giro al horror convencional que veíamos en esos años. Posteriormente, secundó su interés en el género de terror con la película El faro. Hoy, el director vuelve con su tercer largometraje El hombre del norte, donde se impone un nuevo reto al adentrarse en una narrativa vikinga y épica de venganza.

Junto al poeta y novelista Sjón (Cordero) Eggers coescribe el guion de esta cinta que nos lleva hasta el Atlántico Norte, en el año 895 D.C. Ahí conocemos a Amleth, hijo del rey Aurvandill (Ethan Hawke) y de la reina Gudrún (Nicole Kidman), y quien tiene marcado su destino al convertirse pronto en un héroe de guerra y seguir el legado de su padre. Sin embargo, los planes dan un vuelco cuando el rey es asesinado brutalmente por su hermano Fjölnir (Claes Bang).

El joven príncipe logra escapar y jura vengar a su padre, salvar a su mamá y asesinar a su tío. Años más tarde, nos trasladamos hasta las Tierras de los Rus, donde Amleth (ya interpretado por Alexander Skarsgård) se ha convertido en una bestia salvaje. Un día se topa con una vidente (Björk) que conoce su identidad y le sentencia que su oportunidad de clamar justicia está cerca. Así, el hombre emprende su propio camino donde tendrá que elegir entre la bondad hacia los suyos o el odio hacia sus enemigos.

Con El hombre del norte (The northman), Robert Eggers regresa a contarnos un relato folclórico, pero nos lleva en esta ocasión hasta la Islandia del siglo X para envolvernos en una epopeya sangrienta y visceral. Y aunque el sello del director se hace presente, también hay un reto al ser su producción más grande y al jugar con otros elementos, sintiéndose parte de ella como algo novedoso y no como un autoplagio.

Hay componentes familiares en las narrativas del estadounidense, una de ellas son los elementos fantásticos. Sin embargo, esta ocasión la mayoría se derivan de la mitología o de los rituales vikingos. Asimismo, los animales vuelven a jugar un papel importante, aunque esta vez no aparecen como un presagio de algo malo o como un ente oscuro, sino todo lo contrario.

Anya Taylor-Joy trabaja por segunda con Robert Eggers en ‘El hombre del norte’, tras protagonizar ‘La bruja’.

Eggers sigue su maestría de realizar escenas con luz natural para aquellas ocurridas en la noche, además de adoptar los tonos fríos para el día. Ahí, en su trabajo con la cámara, la perspectiva del cineasta se expande e incluye un poderoso plano secuencia en la primera parte de la cinta y que nos remite a las grandes cintas épicas o de guerra. Pero el interés del autor no está en mostrarnos imponentes batallas, sino en señalarnos el espíritu y la corporalidad animal que ha adquirido el protagonista, y la capacidad de este para la lucha por espada.

Alexander Skarsgård se luce en su trabajo actoral al convertirse en una bestia y su corpulenta preparación física saltan a la vista, siendo perfecta a la personalidad enérgica y vigorosa del personaje. Por su parte, aunque son pocas sus apariciones y por ende sus oportunidades de lucirse, Nicole Kidman logra en una sola escena protagonizar un duelo de actuaciones junto al actor, en un momento determinante para la trama, y donde nuevamente muestran la perfecta química que ya habían alcanzado en la serie Big little lies.

Lamentablemente, después del giro de tuerca que guarda la historia y conducidos hacia el final es cuando la película flaquea un poco. El prolongado anuncio de lo que veremos en esta última parte, con la decisión de Amleth, y la rápida resolución de ello dejan un sabor apenas perceptible y el deseo de querer un poco más o que, de plano, el desenlace hubiera sucedido sin tantas vueltas.

En definitiva, en El hombre del norte es una experiencia que pueda sentirse reconocible para muchos espectadores sobre el viaje del héroe, y es el misticismo y la mitología lo que le otorgan un agregado especial, a la vez que el trabajo técnico, de arte y actoral completan el cuadro que apenas se ve limitado por un cierre anticlimático.

Tráiler de ‘El hombre del norte’ (Dir. Robert Eggers, 2022).

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