
Columna #218 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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‘Tres meses’
La historia nos traslada hasta Florida en 2011, cuando un adolescente de nombre Caleb Cohn (Troye Sivan) tiene sospechas de haber contraído VIH, tras un encuentro de sexo casual. Así, el chico acude a realizarse las pruebas necesarias, sin embargo tendrá que esperar tres meses para conocer los resultados. Es durante ese tiempo donde Caleb conoce a Estha (Viveik Kalra), un chico hindú que también espera conocer si es seropositivo y con quien vivirá un romance de verano.
Tres meses (Three months) es un coming-of-age sobre la espera: la espera del amor, del cariño, de la compañía. En la narrativa seguimos a un chico que ha perdido a su padre, quien murió años antes; e hijo de una madre judía ultraortodoxa (Amy Landecker), una mujer que lo ha dejado a cargo de su abuela Valerie (la gran Ellen Burstyn) y que se ha desprendido de él al saber que es homosexual. El chico crece con una sensación de vacío y miedo dentro de él.
Los prejuicios sobre el VIH y el sida que se retratan en la cinta, los cuales por cierto son bastantes aún, sirven para potencializar las inseguridades del protagonista. Caleb, quien ha padecido el abandono de diferentes formas, tiene miedo a contraer una enfermedad por la que cree que todos podían dejarlo.

Troye Sivan interpreta a la perfección a un adolescente nervioso y que usa el sarcasmo para evadir sus problemas internos y callar sus sentimientos. El también cantante ilumina cada aparición con su talento, y junto a Viviek Kalra o Brianne Tju, quien da vida a su mujer amiga Dara, llega a formar una estupenda dupla en pantalla.
Parece contradictorio que al ser una cinta que aborda tabúes sobre el VIH y el sida, decida finalmente omitir algunos detalles en la última parte, siendo este quizá su mayor error y que una vez iniciados los créditos quede la sensación de que la película está incompleta. Aunque seguramente eso forma parte de la propuesta y el mensaje que quiere compartir su director y escritor Jared Frieder.
Aún con ese pequeño pero, Tres meses resulta una comedia dramática fresca, que pone sobre la mesa temas que muchas veces parece que no quieren comentarse y que siempre es importante seguir abordando. Adicionalmente, es la historia de un romance intercultural y de aquellos seres que nos cobijan en los momentos de pérdida. La cinta está disponible en Paramount+.
‘Sin ti no puedo’
Esta película mexicoespañola, dirigida por Chus Gutiérrez, nos lleva hasta España y sigue a David (Mauricio Ochmann) y Alex (Alfonso Bassave), una pareja que busca convertirse en padres y así formar la familia que desean. Pero la vida estable y acomodada de David termina cuando reaparece su hermana Blanca (Maite Perroni), una exadicta a las drogas y que acaba de salir de prisión. Ella fue acusada de provocar el incendio en el que murieron sus padres, pero una vez fuera está decidida a mostrar su inocencia.
Blanca se inscribe premeditadamente en el gimnasio donde trabaja Alex como instructor, para lograr meterse en la vida de su hermano. Las cosas se tornan más complicadas cuando ella sabe de las intenciones de la pareja por convertirse en padres y entonces se propone como vientre solidario para tener ese anhelado bebé.
Vendida como un thriller, Sin ti no puedo no es más que un drama simplón, en el que ocurre muy poco y construido sobre lugares comunes. La historia se desarrolla con situaciones ya repetidas en muchas telenovelas y aunque trata de esconder un plot twist, la realidad es que es bastante predecible desde la primera parte y no se suscita ninguna sorpresa.

La trama ocurre mayormente lineal, pero en algunas ocasiones nos muestra flashbacks a la fatídica noche que cambió la vida de David y Blanca. La edición es el arma de sus creadores para crear expectativa aparentemente, pero el recorte de los sucesos de ese día y el por qué nos los muestran de esa forma episódica es por demás evidente.
En los últimos años Mauricio Ochmann ha aparecido en una infinidad de películas de comedia; en menos de 2 meses se incluyen dos películas y una serie de dicho corte. Así, se agradece su intento de hacer algo diferente y también por saltar del galán de telenovela a ser un hombre gay. Sin embargo, el guion es tan soso que solo en el agradecimiento se queda y no hay mucho para reconocer en su interpretación. Por su parte, Maite Perroni lleva una secuencia de historias eróticas y esta no es la excepción, y a través de su personaje es donde se percibe más el juego de la seducción, pero sin entregar actoralmente algo notable.
Los acontecimientos de Sin ti no puedo nos conducen a un patético desenlace, uno de los peores que se han visto en muchos años. Los eventos aquí presentados son tan estúpidos que es imposible no pasarse las manos por la cara y no saber si reír, enojarse o cómo tomarlo. Para sus creadores resultó una buena idea cortar acontecimientos que eran importantes mostrar y que quizá pudieron ayudarla un poco más. Aunque realmente no hay mucho qué hacer por ella.
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