Columna #36 | Caleidoscopio por Miguel Parpadeos
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Entre series que se despidieron y llegaron en estos años de pandemia, uno de los últimos fenómenos televisivos que está ocurriendo es el retorno a esos grandes melodramas históricos. Quizá el gusto por este tipo de series ofrezca al público un escape a otro tiempo, con personajes de clase alta cuya única preocupación es el “¿qué dirán?” y vivir la fantasía de una época pasada a través de los lujos, bailes y vestuarios caros. Los más importantes canales y servicios de streaming se han encargado de hacer una gran inversión a este tipo de series. Netflix demostró lo exitoso que puede ser a través de Bridgerton, quien regresó este 2022 con una segunda temporada. Por su parte, HBO apostó por The Gilded Age, la nueva producción de Julian Fellows, guionista y director conocido por la exitosa Downtown Abbey.
The Gilded Age
Después del fin de la Guerra Civil, a finales del siglo XIX, Estados Unidos inicia una era de gran desarrollo industrial y económico. Es 1882 y la joven Marian Brook (Louisa Jacobson) se queda sin dinero después de la muerte de su padre. Como única alternativa, se ve obligada a mudarse a la casa de su tía Agnes van Rhjin (Christine Baranski) en Nueva York. A su llegada se percatará que ahora forma parte de la alta sociedad de la ciudad, quienes pasan su tiempo entre grandes cenas, reuniones y eventos de caridad.
Sin embargo, entrar a este grupo exclusivo no es tarea fácil, en especial para los llamados “nuevos ricos”, aquellos que recabaron su fortuna en años recientes. Una de estas familias son los Russell, quienes se mudan a una lujosa mansión que construyeron enfrente del hogar de la tía Agnes. Bertha Russell (Carrie Coon), la matriarca de la familia, intentará hacerse paso a ese mundo de ricos a toda costa, al mismo tiempo que su ambicioso esposo intentará seguir triunfando como empresario. De esta forma, se desatará un conflicto entre los diferentes miembros de la clase alta que moldeará la sociedad de esta ciudad.
Como toda producción de HBO, la cadena no escatimó en la inversión para la realización de la serie. Todos los escenarios hacen una excelente recreación de las casas, mansiones y calles de una Nueva York que está en transformación. El elenco está conformado en su mayoría por mujeres, así que tampoco no teme en mostrar a sus protagonistas con más de un cambio de vestuario, con peinados elegantes y grandes joyas.
A través de los diferentes grupos de personajes, exploramos la clase alta neoyorkina, pero también la clase media y baja de la ciudad a través de la gente cercana a esos círculos sociales o la servidumbre de las mansiones. Las circunstancias de ellos hacen un contraste de ese mundo casi irreal de riqueza y ayuda a crear un mejor retrato de la ciudad. No obstante, la serie no pretende hacer una reflexión sobre las frivolidades de los ricos y las desgracias de los pobres.
Sucesos de aquella cotidianidad, como puede ser una cena, un baile o un evento de recaudación, da pie a un enorme drama que pone en jaque a todos los personajes. Si se pensara con la cabeza más fría, resultan situaciones de lo más banales. La serie se encarga de convertirlas en un pretexto para desatar grandes conflictos entre personajes, donde se pone en juego las lealtades sociales, se cultivan amoríos en secretos o se desatan conflictos familiares. Es justo esto lo que ofrece The Gilded Age como melodrama. No hay grandes pretensiones, solo es el placer de transportarte a una época y perderte por una hora en ellas y sus personajes.
Bridgerton (Temporada 2)
La fórmula para el éxito de Bridgerton es poca sorpresiva. Para comenzar, la serie adapta los best sellers internacionales de la escritora estadounidense Julia Quinn. Por si fuera poco, la adaptación está a cargo de Shondaland, productora de Shonda Rhimes, responsable de otras exitosas series como Grey’s Anatomy, Scandal y How to Get Away with Murder. El último ingrediente es Netflix, el servicio de streaming con mayor número de suscriptores en el mundo.
Después del estreno de la primera temporada a finales de 2020, la serie se convirtió en la serie de habla inglesa más vista en la plataforma a nivel mundial. Situada en la época de la Regencia en el siglo XIX en Inglaterra, la historia se enfoca en relatar las nupcias de los ocho hijos de la familia Bridgerton. La primera que se relata es de la hermana mayor, Daphne, quien se casa con el adinerado y seductor Duque de Hastings. Si bien la serie no hace un retrato exacto de la época, e incluso introduce diversos anacronismos tanto musicales como de vestuarios, lo que le importa es vender una historia de romance con demasiada sensualidad.
Antes del inicio del inicio de grabaciones de la segunda temporada, se anunció que Regé-Jean Page, actor que interpretaba al Duque de Hastings, no regresaría para enfocarse en otros proyectos. Muchas personas temían que fuera a perder fuerza, al ser él uno de las principales razones que hizo que funcionara esa primera temporada y, hasta ese momento, el principal rostro de la serie.
La premisa de la nueva temporada adapta El vizconde que me amó, la segunda novela de Julia Quinn. El enfoque de la historia se centra en Anthony (Jonathan Bailey), quien ha decido al fin sentar cabeza y encontrar a la esposa perfecta sin importar que no la ame. Para su buena suerte, conoce a la hermosa Edwina Sharma (Charithra Chandran), el nuevo diamante de la temporada. Todo podría salir a su favor, salvo un pequeño problema. Para poder contraer nupcias con ella, el vizconde deberá conseguir la aprobación de Kate Sharma (Simone Ashley), la hermana mayor, quien lo ve a él como el peor de los prospectos. Los intentos de Anthony por ganarse la confianza de Kate los acercará más y surgirán nuevos sentimientos entre los dos.
El principal cambio de la segunda temporada a la primera es la forma en que son contadas muchas de las historias. En la primera, Daphne y el duque de Hastings parecen ser los protagonistas, mientras que el resto de los personajes siguen con sus historias sin afectar a la principal. En cambio en la nueva, el romance de Anthony y Kate se vuelve ahora el enfoque principal, pero en menor medida. Ahora la serie se vuelve mucho más coral donde todas las historias tienen peso.
Quienes se enamoraron de la serie por cómo hacía su propia recreación de la época, sumergirse a esa fantasía de gente rica cuya única preocupación son los grandes bailes para encontrar un prometido o dejarse llevar por la sensualidad de las escenas íntimas entre los protagonistas, esta segunda temporada no decepciona en lo absoluto. Para los lectores de libros, quizá queden decepcionados, ya que la relación de Anthony y Kate se diluye en los ochos nuevos episodios y solo una parte de lo que aparece en la segunda novela es retratado. Las tramas de algunos personajes se sienten sobradas y otras más toman rumbos donde se desconoce cómo empatará con su contraparte literaria.
Jonathan Bailey ha confirmado que regresará para la temporada tres y planea seguir en el proyecto, por lo que el romance de Anthony y Kate seguirá siendo desarrollado. Por si fuera poco, el contenido de Bridgerton no se detendrá. Un spin-off de la serie enfocada en la juventud de la matriarca de la familia y de la reina Charlotte está en producción, por lo que tendrán mucho más que ver aquellos seguidores de este romance de época.
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