Frente a la pantalla: Crítica a ‘Bohemian Rhapsody’

Columna #29 | Frente a la pantalla por Richard Osuna

Después de un largo tiempo de publicidad se estrenó Bohemian Rhapsody. Aquí hay dos puntos: no podemos culpar a parte de la crítica por odiarla, quizá por el giro más comercial y poco profundo de la película, pero tampoco podemos tachar al público por digerirla fácilmente y gustar de ella. Objetivamente, estamos ante una buena película, pero también con errores marcados.

Pero, ¿qué es Bohemian Rhapsody? es una película biográfica sobre el cantante británico Freddie Mercury y la banda de rock Queen. El título de la película, como seguramente la mayoría entenderá, viene del single homónimo incluido en el disco de 1975 A night at the Opera, y que se convirtió en un éxito, permaneciendo hasta la fecha en el gusto del público por su estructura musical tan peculiar e innovadora.

La cinta es dirigida por Bryan Singer, director de varias películas del universo X-men, como su primera parte, X-men: días del futuro pasado y X-men: Apocalipsis o cintas como Superman regresa. Aunque sin créditos, Bohemian Rhapsody también es dirigida por Dexter Fletcher, quien tomó el cargo como director en las últimas semanas de rodaje tras el despido de Singer.

La historia comienza con Farrokh Bulsara (nombre real de Freddie Mercury e interpretado por Rami Malek), quien trabaja como transportador de equipaje y una noche se dirige a un club nocturno para escuchar a la banda local Smile. Luego de la presentación del grupo, Farrokh se ofrece, ante el guitarrista Brian May (Gwilym Lee) y el baterista Roger Taylor (Ben Hardy), como nuevo vocalista de la banda. Así llega un nuevo camino para el grupo, ahora conocido como Queen, que inicia con un contrato con EMI Records, y más adelante les trae el éxito, diferencias e incluso excesos para Freddie.

No hay duda de la grandiosidad de Freddie Mercury como cantante y como figura pública para la cultura musical. Tampoco hay duda de la genialidad de Queen como banda y el enorme legado que aportan a las siguientes generaciones. La música de estos está viva y muy presente en Bohemian Rhapsody. La fuerte presencia musical del grupo es uno de los logros más efectivos para involucrarnos y para experimentar una mayor satisfacción. Es un adhesivo para asimilar una historia donde se puntualizan varios errores.

La historia transcurre sencilla y trata de explicarse sin complejidad alguna. Aquí podríamos notar uno de sus errores: la poca profundidad de algunos hechos nos lleva a sentir de pronto baches argumentales o una sensación que la historia está incompleta.

Otro de los errores más puntuales es explorar con tan poca importancia la homosexualidad de Freddie. Sin duda, la sexualidad de Mercury es un símbolo para entender su personalidad y eso el público siempre lo ha sabido. En la película, ni siquiera el personaje parece entender lo que siente al principio, y casi de un momento a otro aparece abiertamente homosexual. Para ser una película de 2018 el tema luce muy censurado.

Evidentemente, además de la música también existen otros buenos signos en la película que permiten al espectador involucrarse. La ambientación es muy buena: el vestuario, los característicos cabellos largos o peinados e incluso el arte y diseño en la tipografía de las letras nos remontan a la cultura pop de los años 70’s y 80’s.

Aunque ninguna actuación es despreciable, la actuación de Rami Malek es muy sobresaliente por encima del resto de sus compañeros. Malek se apropia de la vivacidad, la pasión y la entrega de Freddie Mercury, sobre todo durante las recreaciones de los conciertos, por ejemplo del Live Aid. Cabe resaltar la genialidad de esta última recreación mencionada.

En definitiva, estamos ante una buena película, pero de la que también debemos aceptar los vacíos que no le permiten llegar hasta una grandeza. La crítica tiene razón en juzgar la poca profundidad y el retrato tan sencillo que se llega a mostrar de Freddie Mercury, pues su grandeza vocal, sus aportaciones musicales y su representación como homosexual para el público merecen un producto fílmico enorme.

En cuanto a la respuesta del público, y la experiencia que probablemente vivan, será más emocionante al revivir el furor de Queen como banda, o bien, conocer un poco de las vivencias de sus integrantes. Aunque claro, también habrá fanáticos molestos con algunas discordancias temporales. Vale la pena recordar que las biografías suelen ser miradas cercanas más no totalmente fieles, y sobre todo que requieren de un proceso para pasar una historia de la vida real a la escena. Bohemian Rhapsody es una película ligera y muy llevadera.

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