Columna #28 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Dos películas apartadas en extremos opuestos debido a su temática e incluso país de origen: Halloween y Museo, pero las cuales comparten a Octubre como su mes de estreno.
Halloween
Después de muchas secuelas, o incluso de un remake hecho con los pies, Halloween y el terror de Michael Myers regresan como una especie de secuela a la película de 1978, que pretende catalogarse como una secuela definitiva, olvidando todo lo demás. Esta nueva cinta es dirigida por David Gordon Green.
A forma de sinopsis, la historia comienza 40 años después del episodio de asesinatos acontecidos la noche de Halloween en 1978. Un par de periodistas investigan acerca del caso de Michael Myers e incluso llegan hasta Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) para recabar información. Strode, aterrorizada por los hechos de aquella noche, ha vivido preparándose para el momento de acabar con Myers y su pesadilla (o quizá sueño) de enfrentarse al hombre de la máscara se vuelve realidad cuando Myers escapa del hospital/prisión donde ha vivido cuatro décadas de encierro.
Es muy admirable la intención de todos los responsables detrás de este proyecto por rescatar aquella icónica cinta de terror, el problema es que el resultado es apenas medianero, y muy lejos de quedarse en la memoria del espectador como algo trascendental.
Halloween juega con muchos elementos de la cinta original, y genera un poco de nostalgia al revivirlos. Podemos rescatar situaciones como la acción de escape de Myers o elementos como un cuerpo escondido bajo una sábana, o simplemente un clóset, pero una de las cosas más importantes que hicieron un éxito de la cinta de 1978 fue su atmósfera, aterradora y sobre todo inquietante.
En esta secuela no se percibe una atmósfera como la creada por John Carpenter, ni sus creadores se preocupan por crear una nueva a la vez que hagan homenaje de su original. Aquella tensión y el terror proyectado por el personaje de Michael Myers está lo bastante ausente, volviendo un tanto frustrante el desarrollo de la cinta.
La historia es muy pobre. Algunas situaciones son muy planas y otras que se dan de manera inverosímil, sin explicación alguna. Los momentos más rescatables de la cinta se llegan a percibir en algunas secuencias de Myers iniciando un nuevo episodio de masacres la noche de Halloween y el placer de volver a escuchar la música creada también por John Carpenter.
Otro de los grandes rescates de la cinta, es el evidente mensaje de empoderamiento femenino radicado en madre, hija y nieta, es decir en sus tres protagonistas: Laurie Strode (Lee Curtis), Karen (Judy Greer) y Allyson (Andi Matichak).
En definitiva, la película se establece como un logro mediano y el público fan de Halloween debería recibir mucho más; un verdadero homenaje que hubiera sido capaz de revalorar los elementos ya aportados y capaz de integrar novedades. No deberíamos ser conformistas y aceptar un logro así, que si bien tiene un poco de empeño, carece de fuerza para crear algo grande como la icónica cinta de 1978.
Museo
Después de los espléndidos trabajos presentados por el cine mexicano en los últimos años, no deberíamos dudar que Museo sea otro producto capaz de lograr esa lucidez. Esta cinta es dirigida por Alonso Ruizpalacios, cuyo nombre quedó marcado desde su debút como director en Güeros.
Basada en hechos reales, la historia sigue a Juan Nuñez (Gael García Bernal) y a su amigo Benjamín (Leonardo Ortizgris), también llamado Wilson, quienes realizan el robo de más de 100 importantes piezas prehispánicas del Museo Nacional de Antropología, durante nochebuena. Este grave robo los lleva a pasar por situaciones difíciles y sobre todo a poner a prueba la amistad entre estos dos.
Museo es una cinta más de cine propositivo, interesado por contar historias interesantes y por presentarlas con un gran valor de producción. Ruizpalacios muestra un gran ingenio en la realización de esta película que nos lleva entre el drama y pequeños momentos de comedia.
La historia tiene mucho potencial y hay una gran técnica visual para desarrollarla. La historia nos confronta en los temas de la amistad, la autoconciencia y la redención, al mismo tiempo que se logran grandes tomas y movimientos de cámara que nos llevan a reconocer el escape del convencionalismo por parte de los directores mexicanos.
Aunque quizá, a pesar de la gran fuerza de la historia, también aquí podría notarse el bache de la película pues dos horas parecen demasiado para una anécdota corta y que podría ser contada con mayor puntualidad, así como precisar sus momentos clave, sin tanto artificios.
Otro logro es que los personajes cuentan con un gran elenco de actores que los personifican y que saben lucir sus participaciones por más pequeñas que puedan ser. Desde Leonardo Ortizgris quien logra unos matices estupendos hasta Ilse Salas y Lisa Owen, como la hermana y la madre, respectivamente, del personaje de García Bernal y quienes logran expresar sus emociones.
En definitiva, hay un gran sentido estilístico por parte de Ruizpalacios y se agradece su aporte, pues no podemos recibir Museo como algo menor que una propuesta bien trabajada y elaborada para un público que sabe apreciar.
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