Frente a la pantalla: Crítica a ‘La maldición de Hill House’

Columna #27 | Frente a la pantalla por Richard Osuna

¡La gran sorpresa del año! Que gusto que en cine, y ahora en series, se esté reivindicando el género de terror que a inicios de esta década comenzaba a desdibujarse y a ser atacada, por prestarse solo a sustos fáciles e historias repetitivas. Justo esa reivindicación es lo que ofrece La maldición de Hill House, la nueva serie original de Netflix, que se estrenó en los últimos días.

La dirección de este proyecto corre a cargo de Mike Flanagan, uno de los directores más prometedores para el género del terror en los últimos años. Flanagan ha dirigido cintas como Ouija: el origen del mal, Hush y Gerald’s Game, por lo que esta historia de terror supone su primer reto como director de una serie.

Pero, ¿Qué es La maldición de Hill House?. Es una historia basada en la novela homómina de Shirley Jackson, una de las escritoras más reconocidas por el público amante del género de terror. Esta adaptación contemporánea, sigue a cinco hermanos que durante su infancia habitaron Hill House, la cual años más tarde se convierte en la casa embrujada más famosa del país. Una vez convertidos en adultos, los cincos hermanos son unidos de nuevo por una tragedia, mientras enfrentan sus terribles recuerdos y los fantasmas del pasado.

¡Magistral! No existe una palabra menor que otorgarle a esta serie. Esta es una verdadera serie de terror y todo lo que el género puede aportar: sustos sorpresivos, gritos, impacto, preocupación, horror, pavor, estremecimiento y más.

La historia se desarrolla en dos temporalidades principales: la infancia de los hermanos habitando Hill House y su etapa como adultos, en la actualidad. Por si no fuera suficiente, también se alternan escenas de meses y años previos al presente de los personajes. Gracias a este detallado se logra un desdoblamiento por demás interesante en todos los protagonistas, manteniendo la intriga como elemento clave.

Absolutamente todos los personajes de esta serie tiene una gran historia que contar y están compuestos con una gran psicología. Los personajes están llenos de matices: por un lado tienen miedos y cometen errores, pero que a su vez también tienen bondades. Son personajes capaces de cuestionarse a sí mismos y analizarse como individuos, en base a todo lo que creen ser. Increíblemente, son capaces de llevarnos a momentos emotivos y sumamente conmovedores que reconocen el amor en toda su extensión.

Mike Flanagan merece aplausos de pie. Si sus trabajos en cine ya habían dejado un gran sabor de boca, La maldición de Hill House termina por coronarlo como uno de los directores más sofisticados del horror, en la actualidad. Que manera de dirigir, de crear atmósferas, de lograr erizar la piel.

Flanagan es capaz de explorar una historia sencilla, pero valiéndose de muchas herramientas para crear algo mucho más complejo. No es en vano, que se haya elegido a Flanagan como el director de la próxima película Doctor sueño, la secuela de El resplandor (1980), que dirigió Stanley Kubrick. ¡Imagínense cuánta confianza depositada para sostener un proyecto de tal magnitud!

Visualmente, la serie cuenta con una calidad cinematográfica estupenda, bien cuidada que nos hace sentir que vemos una película larga de 10 horas. Basta revisar el anterior trabajo de Flanagan, Gerald’s game y encontraremos similitudes de tomas, en la elección de colores y hasta los filtros. Esto último habla de un gran equipo conformado detrás del director que respaldan sus proyectos y capaces de crear algo único.

Esa misma elección de paletas y corrección de imagen, nos llevan a otro punto clave que es la ambientación oscura y terrorífica que denotan mortandad. Es una ambientación asfixiante para los personajes que solo resulta inquietante, triste y opresiva. La ambientación y la casa son uno de los protagonistas de esta serie: tienen vida propia.

Por si fuera poco, qué sería de todo este estupendo trabajo sin el maravilloso elenco. Algunas caras conocidas de proyectos externos como Michael Huisman (Game of thrones), otros rostros revelación como Victoria Pedretti quien da vida a Nell. Además, es un placer volver a ver a Carla Gugino (Gerald’s game), Elisabeth Reaser (Ouija, el origen del mal) y Kate Siegel (Hush), quienes ya habían protagonizado tres de las últimas películas de Flanagan y ahora realizan personajes muy distintos, expresando su gran talento actoral.

En definitiva, La maldición de Hill House es una de las mejores series estrenadas en 2018 y la razón para determinarlo es su construcción perfecta y la enorme capacidad para ejecutar todas sus herramientas. Es una serie llena de intriga y de horror que no se vale solo de impresionantes sustos para saltar o gritar, si no que además se atreve a llevar a sus personajes a un terror mucho más profundo del ser.

La excelente dirección de Flanagan y la gran adaptación respetando la novela de una autora reconocida como lo es Shirley Jackson, pero al mismo tiempo elevando ese terror impreso en papel, hablan de un trabajo comprometido con ellos mismos y por el público. Es un trabajo dedicado para esa gente que ama las series y películas de horror sofisticadas, que sean capaces de impregnarnos en su atmósfera, de asombrarnos con su historia, de horrorizarnos y, al final, sentir la sensación de un producto completo. ¡Bravo!

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