Frente a la pantalla: Crítica a ‘Nace una estrella’

Columna #26 | Frente a la pantalla por Richard Osuna

Cuánta expectativa puede generarse alrededor del debút de un actor como director de cine, de una exitosa cantante que logra un protagónico en una película y de la nueva adaptación de una historia que ha sido contada en más de un par de ocasiones. La principal duda es el resultado final y lo más importante es si valdrá la pena. Justo esto es lo que ocurre con la nueva película Nace una estrella, que para constatación de muchos, es una película valiosa y única.

Esta cinta es dirigida por Bradley Cooper, a quien ya hemos visto en numerosas películas desde ¿Qué pasó ayer? y Los juegos del destino, hasta Escándalo americano, y que esta vez se instala no solo delante de la cámara, sino también detrás de ella.

A forma de sinopsis, la historia sigue a Jackson Maine (Cooper), un músico de country que una noche conoce, en un bar, a Ally (Lady Gaga), una joven que se presenta a cantar. Notando el increíble talento de Ally, como cantante y compositora, Jackson la invita a participar con él durante su gira. Además de enamorarse, ambos deberán hacer frente a sus vidas: ella construyendo una carrera musical y él con sus problemas de alcoholismo y drogas.

La historia no es algo original, y no precisamente porque sea una trama que se haya contado en muchas películas, si no porque es la cuarta adaptación de un guión que ya se realizó en 1937, 1954 y 1976. Todas ellas, siguen la misma historia de un famoso músico en decadencia con problemas de adicción, mientras que la joven de la que se enamora tiene una carrera en ascenso. Cada una, claramente, con diferencias temporales y por tanto con un tratamiento diferente a la historia.

Esta Nace una estrella es magia pura, llena de intensidad y abordada con una profundidad tan puntual que termina por involucrar sentimentalmente al público. Es una historia humana, que a pesar de su larga duración de más de dos horas, avanza de manera ágil, quizá con un único entorpecimiento cuando se ahonda en el mundo del espectáculo plástico, pero que resulta ínfimo ante el resto de los logros.

Técnicamente, la cinta tiene estupendas tomas, además algunas de ellas complejas. Desde secuencias con cámara en mano hasta otras tomas fijas, en su mayoría aportan un mayor dinamismo visual que nos acerca más a los personajes y a los espacios.

Bradley Cooper, específicamente como director, logra un debút maravilloso. Se demuestra un claro interés por enfatizar en el talento y por reconocerlo. Enormes canciones con letras desgarradoras que roban la atención y que definen de alguna manera lo que la historia cuenta: el esfuerzo, la perseverancia y, por supuesto, el amor.

Las actuaciones de Lady Gaga y Bradley Cooper son difíciles de pasar desapercibidas, dignas para recibir numerosas nominaciones y premios. Juntos forman una pareja explosiva y sostienen con enorme fuerza sus protagónicos. Hay tanto que reconocer de las actuaciones de Gaga y Cooper, que hablar de cada uno de ellos requiere un espacio aparte.

Lady Gaga es grandiosa y merece fuertes aplausos. Que gran capacidad vocal y que manera de transmitir emociones a través de su potente voz. Una actuación expresiva para un personaje que emocionalmente comienza frágil, lleno de dudas, pero que poco a poco va tornándose decidido, firme y lleno de coraje para enfrentar las situaciones a su alrededor.

Bradley Cooper entrega un trabajo excepcional y si específicamente no fuera el mejor trabajo de su carrera, indudablemente es una de sus actuaciones más grandiosas. Gran capacidad para interpretar a un hombre amarrado por las adicciones y para matizar las distintas transformaciones emocionales que sufre el personaje.

En definitiva, Nace una estrella es un trabajo con mucho corazón, que mezcla una historia de superación, una historia de triunfo y una historia de amor. Hay un gran reflejo de emociones en la puesta en escena, que hace vibrar en más de una ocasión gracias a su genuinidad pura.

El estreno de esta película marca el inicio para una historia imposible de borrar de la memoria a la brevedad y de la que seguramente seguiremos escuchando mucho tiempo más, ya sea por el maravilloso soundtrack, o porque con gran probabilidad la veremos luchando en muchas premiaciones importantes del cine, las cuales ya están a la vuelta de la esquina para comenzar.

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