
Columna #140 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Con el estreno de la nueva película de acción de Netflix La vieja guardia, no pude evitar acordarme de aquellos buenos tiempos en que la plataforma nos trajo Sense8, y no es que la historia entre el reciente lanzamiento y la serie sean tan similares, sino que el corazón detrás de ellas y su interés por dotar con el mismo nivel los sentimientos de los personajes, el compañerismo y las escenas de acción, hacen no sentirlas tampoco ajenas.
La cinta es dirigida por Gina Prince-Bythewood, mientras que el guion está a cargo de Greg Rucka, basada en el cómic homónimo creado por el mismo Rucka y con ilustraciones de Leandro Fernández.
La historia sigue a un grupo de guerreros, liderados por Andy (Charlize Theron), que se embarcan en una aparente misión de rescate. Lo que el equipo no sabe es que en realidad el plan es una trampa donde intentan asesinarlos. Más desafortunada resulta la situación para sus captores, pues todos los miembros del equipo, completados por Booker (Matthias Schoenaerts), Joe (Marwan Kenzari) y Nicky (Luca Marinelli) son inmortales.
El equipo consigue levantarse y escapar, pero pronto deben enfrentar dos nuevas situaciones: conseguir escapar del científico Merrick (Harry Melling), quien intenta volverlos objetos de estudio y conseguir poder a través de ellos, y también deberán encontrar a Nile (Kiki Layne), una marine y nueva miembro inmortal, que aparece en las visiones de todo el grupo.
La vieja guardia nos lleva de un lado a otro entre la introspección de unos personajes que reflexionan sobre el dolor, el amor y sus vivencias durante cientos de años, y las emocionantes coreografías de batalla, encontrando un puntual equilibrio que vuelven la película mucho más atractiva. Así, no pasa mucho tiempo en que terminamos empatizando con los personajes y preocupándonos su futuro.
Al tener unos personajes que han vivido durante tanto tiempo, no resulta ajeno tener algunos flashbacks donde viajamos al pasado para ver sus luchas o sus pasajes tristes que han marcado sus vidas. Aunque de pronto las líneas de algunos (Theron) se sientan mucho más completas que las de otros (Schoenaerts), donde nos dejan prácticamente a medias.
La vieja guardia, a diferencia de otras películas de héroes a las que el público ha solicitado constantemente tener mayor representación gay, no se queda corta ante ello y nos presenta a una pareja entre los miembros del equipo: Joe y Nicky. Sin sentirse nunca forzada y con un tratamiento totalmente abierto, los personajes protagonizan incluso uno de los momentos con los diálogos más sinceros y bonitos, y dan respuesta a una burla homofóbica.
Por su parte, Charlize Theron logra imponer con su presencia y dimensionar aún más la película. La actriz, junto a Kiki Layne, y sin demeritar al resto de los inmortales que lo hacen estupendamente, logran resaltar e protagonizan algunas de las peleas más emocionantes, como una de ellas que ocurre en un avión.
Para infortunio de la película, tenemos a un villano acartonado y que no ofrece absolutamente nada a otros personajes en su tipo que no nos hayan presentado antes: un tipo que busca valerse de nuestros héroes para tener más poder. Y aunque la aparición de Harry Melling interpretando a Merrick resulta tan repugnante como su personaje como Dudley en Harry Potter, no termino de convencerme si esto es bueno o malo.
En definitiva, La vieja guardia logra una historia con más aciertos que errores, entretenida y emocionante, y que nos encamina a un final lleno de acción. Y en vísperas de que podremos tener una secuela (chequen la escena postcréditos) esto resulta un buen inicio, medido y que no echó toda la carne al asador, para lo que quiero pensar tienen guardado para sorprendernos en otra entrega. De cualquier forma, estoy abierto y preparado para recibir una segunda parte.
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