
Columna #203 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Desde la elección de su directora Chloé Zhao, la más reciente ganadora del Óscar como Mejor directora por Nomadland; y con muchas dudas despejadas tras la aparición de su primer tráiler, sabíamos que Eternals no sería nada convencional a lo ya visto en en el Universo Cinematográfico de Marvel, y ahora podemos testificarlo en cines.
La historia sigue a los Eternos, un grupo de héroes creados por los Celestiales y que llegaron a la tierra hace 7000 años para proteger a los humanos de sus contrapartes, unos monstruos conocidos como Desviantes. Tras una lucha contra estos, los Eternos logran vencerlos. Luego de siglos juntos y con la orden de no interferir en ningún conflicto humano, los héroes se separan para buscar su propósito propio entre los humanos.
En el día presente, los Eternos han construído diferentes vidas, unas que deben abandonar para luchar juntos de nuevo contra los Desviantes, a la par que comienza “el surgimiento” un proceso que pone en peligro al planeta y amenaza con destruir a todos.
Chloé Zhao dirige a un espléndido elenco, donde todos tienen su momento para brillar en colectivo e individualmente, desde la hábil e inteligente Sersi de Gemma Chan, pasando por el fuerte Ikaris de Richard Madden, la poderosa Thena de Angelina Jolie, el elocuente Kingo de Kumail Nanjiani, hasta la imponente Ajak de Salma Hayek y el resto del reparto, conformando un sobresaliente equipo que nos conduce a un sendero novedoso y atrevido para el Universo Cinematográfico de Marvel.
“Cuando amas algo, lo proteges”, se nos dice en una de las escenas de Eternals, la cual transpira humanidad a lo largo de su desarrollo y es parte de su espina dorsal. Para retratarla, la historia se adentra en los sentimientos de cada uno de los héroes e incluye hasta una escena de sexo, pertinente para retratar parte de la naturaleza de un sujeto.

La diversidad también es parte del ser humano y para muestra de ello la película integra a variados personajes como Makkari (Lauren Ridloff), la primera superheroína sorda; o Phastos (Brian Tyree Henry), el primer superhéroe abiertamente gay del MCU, y que además ha formado una familia junto a su esposo Ben (Haaz Sleiman) y su hijo Jack (Esai Daniel). Aunque la representación LGBT+ era algo que se pedía desde hace mucho tiempo a Marvel, el tema está tan bien colocado en Eternals que se agradece que eso haya sucedido hasta una cinta tan sobria como esta.
Pero a pesar de ser muy humana, y que gran parte de su trama gire alrededor de las ideas de crear, soñar, amar y reír, a fin de cuentas es una película de superhéroes y, por supuesto, las recurrentes escenas de acción se hacen presentes. La historia nos lleva desde Babilonia y Tenochtitlan hasta el Londres del presente y otros lugares para presentar grandes batallas, algunas de las cuales se sienten un tanto épicas.
Las distintas escenas se apoyan cada vez que se puede en efectos especiales orgánicos, pues el maravilloso estilo visual nos lleva a locaciones reales, desde un atardecer en la playa hasta un bosque nocturno rodeado de antorchas que apenas iluminan. Hace poco leí en una publicación que se extrañan aquellas películas (concretamente las que requieren de efectos) donde se trabajaba sin tanta pantalla verde, y Zhao y su director de fotografía Ben Davis nos trae de regreso esos tiempos.
Eternals no es perfecta y quizá uno de sus errores es que de pronto se siente un poco desarticulada, incluso de sí misma. Por ejemplo, los saltos en el tiempo resultan confusos, hasta que el recurso frecuente se entiende como una decisión de contar su narrativa. O también se perciben extensos los giros y traiciones con lo que nos sorprenden hacia el desenlace. Sin embargo, el gran peso del resto de su trabajo sabe contrarrestar sus ligeros tropiezos.
En definitiva, Eternals se siente como un paso hacia la madurez del Universo Cinematográfico de Marvel. La fase uno de este proyecto inició en 2008 y desde entonces han pasado 13 años ya; los niños que se enamoraron de este universo a sus 10 años, hoy pasan los 20, y creo que es importante llegar a una evolución como la que propone esta película. Y claro que la película es divertida y contiene acción como otras películas de Marvel, pero deja claro que se puede mesurar a un tono más adulto, sin perder de vista el juego y el entretenimiento atractivo para todos.
¡Ah! Y de paso, nos regala dos escenas post-créditos de las que espero logren escapar hasta verla en cines, aunque una de ellas ya está recorriendo las redes sociales.
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