
Columna #214 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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Batman es uno de los personajes más emblemáticos de DC Cómics, no por nada lo hemos visto en infinidad de adaptaciones en las últimas décadas, ya sea en proyectos de animación o versiones de acción real. Para varias generaciones, las personificaciones de Michael Keaton, Christian Bale y Ben Affleck son algunas de las más recordadas, sobre todo por ser las que hemos visto desde finales de los años 80 hasta la década pasada.
En 1989, vimos a Keaton dar vida al también llamado Caballero de la Noche, en un personaje que enfatiza varios arquetipos de este justiciero: un hombre millonario y filántropo de nombre Bruce Wayne, atormentado por la muerte de sus padres durante la infancia y que ahora adulto, por las noches, se convierte en un vigilante y luchador contra el crimen, en una ciudad (Ciudad Gótica o Gotham City) arrasada por la delincuencia. Dicha película contó con todo el sello de su director Tim Burton y el maravilloso diseño de producción salta a la vista, incluyendo su secuela.
Para 2005, la trama reinicia bajo la dirección de Christopher Nolan, convertida en una trilogía, y donde vimos a un justiciero atormentado, cuyo enojo cubre su sentimiento de culpabilidad sobre la muerte de sus padres y donde Bruce Wayne debe enfrentarse a sus miedos. Esta vez, la historia teje detalles desde su formación como Batman y Nolan privilegió las actuaciones, las secuencias de acción y la historia.
En años anteriores, Zack Snyder retomó a Batman, sin ahondar en detalles sobre sus orígenes, ni darnos una película en solitario y lo adentra en un ambiente oscuro, más como pieza clave de un mundo que se iba a expandir (con más personajes de DC y formando parte de La Liga de la Justicia), y donde se exploraba más una cuestión moral y filosófica.
Finalmente, Matt Reeves trae de regreso a este personaje en The Batman, ahora con Robert Pattinson en el protagónico, y bajo una visión muy distinta a las tres anteriores, una que nos somete en un laberinto policiaco.
La historia arranca una noche de Halloween, cuando el alcalde Don Mitchell Jr (Rupert Penry Jones) es brutalmente asesinado por un criminal que se hace llamar Acertijo (Paul Dano). En los últimos dos años, Bruce Wayne (Pattinson) se ha convertido en un animal nocturno, observando una Gotham City que parece no tener arreglo ante la arrolladora delincuencia. Bajo su perfil de Batman, Bruce se esconde en las sombras y emerge de ellas para hacer justicia a los criminales, quienes no saben cuándo puede aparecer para estropear sus planes y por ello genera nervios.
A forma de detective, Batman trabaja de la mano con el teniente James Gordon (Jeffrey Wright) y el departamento de policía para esclarecer algunos casos, y el del Acertijo no es la excepción. El asesino en serie va dejando mensajes al vigilante de la noche sobre las próximas víctimas y cada pista lo llevan a estar más cerca de sus pasos. Así, Batman tendrá una carrera contrarreloj para conocer cada detalle que conecta entre el ambiente político de la ciudad e intentar detener al desquiciado criminal.

The Batman es un intrigante y oscuro thriller que retoma las características del personaje de DC, pero donde Matt Reeves toma un riesgo al llevar la narrativa hasta un punto mucho más escabroso, que va desde el suspenso hasta desembocar en la desesperación. Una propuesta triunfal.
En esta película vemos a un Bruce Wayne realmente atormentado, cuya pérdida de sus padres le ha dejado una huella dolorosa que lo ha inmerso en la soledad y con el miedo de volver a perder a alguien que ama, además de siempre preguntarse cómo seguir el legado de su familia. Robert Pattinson da vida a un personaje que no se esconde entre el elenco que lo rodea ni se ve superado. Es un Batman íntimo, de quien incluso escuchamos en su propia voz en off algunas de las páginas de su diario, dando así una redondez a este episodio.
Adicionalmente, el talento de Jeffrey Wright, Zoë Kravitz y Colin Farrell es evidente gracias a la soltura y el acierto con el que interpretan a James Gordon, Selina Kyle (Gatubela) y Oswald Cobblepot (Pingüino), respectivamente. Kravitz especialmente logra una increíble mancuerna con Pattinson y da muestra de una personalidad enigmáticamente sensual.
Mención aparte merece Paul Dano, quien quedará registrado como uno de los villanos más notables de las películas sobre Batman. Dano, quien ya había dado una probada en Prisioners de lo indescifrable que puede ser, añade a su Acertijo unas características retorcidas y dementes, que no hacen más que seguir elevando el desarrollo del largometraje.
Pero no solo los actores sobresalen, la fotografía lúgubre y melancólica de Greig Fraser, y la estupenda música de Michael Giacchino, con unas variaciones con instrumentos de cuerdas como sacadas de una estremecedora película de terror, pasan a volverse un personaje más de una ciudad en decadencia y en la que la única alternativa para recuperarla es pelear y no perder la fe.
En definitiva, The Batman es un claro ejemplo de que cuando un estudio de cine da libertad creativa a los responsables de un proyecto, los resultados pueden ser fascinantes. Hace unos años, los estudios Warner apostaron por un dramático y adulto relato de Joker, que los llevó a los Premios Óscar, y fue el primer testimonio de que el público también busca en las adaptaciones de cómics historias viscerales y profundas, una alternativa o diferenciación a lo que la competencia hacía.
The Batman sigue dicho curso, y la puerta abierta a futuras secuelas cinematográficas y a dos series spin-off que ya se trabajan para HBO MAX, parecen ser la respuesta inminente al futuro de este mundos y que los estudios han encontrado su lugar en el reto.
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