¿Por qué ‘Midsommar’ es una de las mejores películas de terror del 2019?

Por Fausto García

Es 2019, el internet es un portal que oculta el lado más inhumano de las personas en cada rincón, estamos expuestos a tantas cosas terroríficas, perturbadoras y abrumadoras del mundo real que la fórmula y elementos tradicionales de lo que construían una ‘buena’ película de terror, ya no son efectivas. ¿Cómo pueden seguir asustando las películas? En 2018, vi Hereditary de Ari Aster, considerada la mejor película de terror del 2018 y mi película favorita de ese año. Salí super contento de la sala de cine, sentía una sensación de éxtasis y satisfacción que no suelo experimentar muy a menudo. A inicios de este año, Ari Aster anuncio su nueva película de terror: Midsommar. Pensé «This is gonna be good». En julio tuve la oportunidad de verla en California, dos meses antes de su estreno en México. La película inició y en tan solo 10 minutos into it, durante los títulos iniciales, me dije a mi mismo «¿En qué te acabas de meter…?» Toda la película estuve hipnotizado, tenso y a veces temblando, pero, no recuerdo alguna vez haber llorado de terror por una película.

No pude dormir esa noche y mi mente no se despejó hasta la tarde del día siguiente. Realmente no podía describir que me había dado tanto miedo en esa película. El viernes 20 de septiembre, Midsommar llegó a las salas de cine mexicanas y asistí a verla de nuevo. Volví a temblar y llorar junto a Dani, la protagonista, pero esta vez fue más digerible y pude darme cuenta qué fue lo que tanto me cautivó.

Lo aterrorizante en Midsommar no son fantasmas, demonios, exorcismos, asesinos seriales, ni gore en exceso, y aunque hay una escena muy gráfica, la película no se apoya en estar bañada de sangre para impactar. En cambio, nos presenta un elemento que se ha ido incorporando poco a poco en las películas de terror psicológico: el terror emocional.

Ari Aster nos presenta la perspectiva de Dani (Florence Pugh), una chica que padece de un trastorno depresivo con episodios muy fuertes de ansiedad. Tras perder a su familia, solo cuenta con alguien en su vida: su novio Christian (Jack Reynor). Christian es el único lazo afectivo que podemos ver entre Dani y alguien más en toda la película. Aparte de una corta llamada telefónica, nunca conocemos a los amigos de Dani, solo a los de Christian y aunque Dani convive con ellos, es más bien una situación de «son los amigos de mi novio». Christian, por otro lado, está harto de la inestabilidad emocional de Dani, lo que da paso a comentarios por parte de sus amigos como: “no tienes que ser su terapeuta», «es tóxico que te utilice como sustento emocional», «que flojera que se la pase llorando, búscate otra».

Posters de ‘Midsommar’

Después de lo ocurrido con la familia de Dani, Christian decide invitarla al festival sueco al que planeaba asistir solo con sus amigos, cosa que arruina algunos de sus planes, pero de igual forma, la reciben con actitud de “¿Qué más nos queda?”. Dani acepta asistir con la idea de que podrá pasar tiempo con Christian, le servirá como distracción y se sentirá mejor por un rato. El problema es que Dani aún sigue muy afectada por su pérdida y, en un viaje de amigos, el objetivo es divertirse a lo máximo. Es por eso que, a lo largo del viaje, Dani busca reprimir constantemente el sufrimiento por el que está pasando y cuando algo detona un ataque de ansiedad, Dani se aleja de todos. Sabe que una persona deprimida es una carga y una molestia cuando todos buscan pasársela bien y la persona que debería estar ahí para ella se encuentra más ausente que nadie.

Esta es claramente una situación que se ha hecho muy presente en la actualidad. Existe un discurso de autocuidado (o “self-care”) individualista en el que las personas se limitan a llamarle tóxico a cosas que, en algunos casos, ni siquiera se molestan en comprender y están dispuestas a terminar amistades que no cumplen con sus criterios y estándares de «felicidad y positivismo». Compartirle a un amigo que estás deprimido se ha vuelto casi un tabú, aunque todos busquen mostrar lo conscientes que son sobre cómo los problemas de depresión son graves y pueden dar paso a muchos comportamientos autodestructivos. Se ha creado una cultura de «que flojera la gente triste, me arruinas la fiesta, mi ambiente y arruinas mis buenas vibras».

Más adelante, nuestros personajes llegan a Hälsingland donde conocen a la comunidad de Hårga, quienes los reciben con la siguiente frase: “Feliz Midsommar y que las festividades comiencen”. Es aquí donde inicia el enfermo cuento de hadas. Cada fotograma se convierte en una hermosa pero aterradora postal, otorgando una experiencia cada vez más inquietante y algunas veces desagradable.

Escena de la película.

La historia poco a poco va desenvolviéndose para mostrar su verdadera naturaleza: una experiencia de terror sobre la depresión y la codependencia emocional. Ari Aster hace un excelente trabajo probando que lidiar con un trastorno depresivo de personalidad puede llegar a ser más aterrador que cualquier entidad demoniaca y sufrir un episodio fuerte de ansiedad es mucho más desgarrador que ver cualquier festín sangriento en cualquier slasher film o ‘torture porn’.

En un punto de la película, Pelle (Vilhelm Blomgren), el único personaje que se acerca a Dani y muestra una preocupación por ella en toda la historia, le plantea a Dani la siguiente pregunta: “¿Christian te hace sentir como en casa?” algo que Dani no sabe cómo responder.

Camuflageada entre simbolismos, sacrificios, rituales de fertilidad, cánticos, alucinógenos, flores y muchos colores, la temática principal de Midsommar es el desprendimiento de alguien que te ha hecho sentir emocionalmente indefenso por mucho tiempo a tal grado de causarte reacciones psicofisiológicas muy fuertes, algo horrendamente bien representado en el último episodio de ansiedad que Dani tiene en la película. Me atrevo a decir que los más afectados por Midsommar serán aquellos que alguna vez han sentido que son una carga o molestia para sus amigos debido a su estado anímico, y aún más a las personas familiarizadas con el concepto de «favorite person”, un término que utilizan las personas que padecen algún trastorno depresivo de personalidad para referirse a la persona que es su fuente de apoyo emocional y dependencia, alguien por quien no podrían sobrevivir en su ausencia. Una “persona favorita” se refiere a alguien que tiene realmente la habilidad para influir en la persona que sufre de cierta condición mental, ya sea de forma positiva o negativa. Una persona favorita, para alguien con trastorno límite de personalidad, por ejemplo, mantiene un rol crítico en sus vidas, tiene el poder de “mejorar o destruir” el ánimo de una persona para navegar por las tareas y problemas de sus actividades cotidianas. Una persona favorita puede convertirse en el monstruo que no espera a la noche para atormentarte.

Florence Pugh en una de las últimas escenas.

Midsommar termina siendo una retorcida historia sobre liberación, sanación y empoderamiento, acompañada de una increíble e hipnotizante fotografía, una inquietante banda sonora y una perturbadora ambientación. Una muestra cinematográfica sobre del terror emocional a las que muchas personas están atadas en su día a día, personalmente, una de las mejores representaciones de depresión y codependencia emocional que he visto en los últimos años.

Ari Aster termina realizando un excelente trabajo logrando que el espectador pueda identificarse o al menos empatizar con Dani, algo que no se hubiese logrado en su totalidad sin la sublime actuación de Florence Pugh, cuyos gritos y llantos logran que en verdad puedas sentir el dolor de Dani causando que, como espectador, desees que todo termine pronto. Un film que, junto a Hereditary, trascenderá como una obra de culto del cine de terror.

Con un final bastante satisfactorio, Dani se despide del espectador con una sonrisa rodeada de flores, descrita en su guion con las siguientes palabras: «Ella se ha entregado completamente a una felicidad conocida solo por los dementes. Se ha perdido a ella misma por completo, y finalmente es libre. Es horrible y es hermoso”.

1 comentario

  1. Amé el análisis. La última película que me hizo sentir así fue we need to talk about Kevin. y no había cachado que tiene mucho que ver precisamente en lo que comentas. me identifique terrible con Dani. en el sentido de sentirme una carga para mis amigos.
    y de verdad que buena pelí. veré la de Hereditary. me encanta tu blog

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