
Columna #204 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
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¿Qué clase de hijo sería si no quisiera ver feliz a mi madre? Se cuestiona el adolescente Peter Gordon (Kodi Smit-McPhee) sobre la mujer que le dio la vida y mismo que se convierte en una pieza fundamental para el embate que Phil (Benedict Cumberbatch) sostiene contra la mujer. La intriga, la tortura psicológica y la tensión son las otras armas que Phil utilizará en contra de ella y mismos ingredientes que envuelven el exquisito western El poder del perro (The power of the dog).
La historia, basada en la novela homónima de Thomas Savage y dirigida por Jane Campion, nos lleva hasta Montana, en 1924. Ahí conocemos a dos hermanos y socios, a cargo de una propiedad ganadera, y que son totalmente diferentes: Phil es un hombre duro, autoritario y de un comportamiento cruel; en cambio, su hermano George (Jesse Plemons) es un hombre pacífico, sensible y amable.
Durante un viaje, Phil encuentra la oportunidad de burlarse del joven Peter que los atiende en un restaurante, por su desenvolvimiento afeminado; y de Rose (Kirsten Dunst), la viuda madre de este. Más tarde, George pide una disculpa a la mujer, naciendo así el amor entre ellos. Y mientras la pareja encuentra el calor de la compañía y se casa, la amargura de Phil se acrecienta y empieza entonces una campaña sucia para dañar y destruir a Rose.
El poder del perro es una película pulcra de inicio a fin y redonda en su desarrollo, una historia donde los sentimientos de los personajes no siempre se expresan o se verbalizan, pero para generar tensión se apoya en acciones sutiles o en las miradas de los actores, manteniendo siempre una alerta de peligro.

Además, la cinta nos inserta en un mundo hostil y de masculinidad, que no despide más que alerta para Rose y su hijo. Y a la cabeza, como líder de ese grupo de vaqueros, tenemos la firmeza frívola, imponente y sórdida de Phil, también un hombre reprimido y de quien, poco a poco, a lo largo de la trama, se van revelando sus interes ocultos.
La magistral actuación de Benedict Cumberbatch para interpretar a este hombre, es para reconocerse con todas las nominaciones posibles en la próxima temporada de premios. Y sin demeritar el trabajo del excelente Jesse Plemons, quien entrega lo necesario y puntual para su personaje, las actuaciones de Kirsten Dunst y Kodi Smit-McPhee corren al parejo de Cumberbatch en sus afilados encuentros.
En la parte técnica, la fotografía de Ari Wegner logra delimitar el espacio desolado, pero a la vez majestuoso en el que transcurre el largometraje, mientras que la música de Jonny Greenwood ayuda a amplificar el ambiente de inquietud latente.
En definitiva, la anécdota abstracta de El poder del perro tiene un potencial resonante a pesar de su ritmo casi silente, y es que el guion, también a cargo de Jane Campion, tiene una finura nos lleva a leer entre líneas una historia donde se reúnen la represión, el deseo, el tormento y la obligación moral.
- Ahora en cines seleccionados en México y el 1 de diciembre en Netflix.
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