Frente a la pantalla: Crítica a ‘Solteras’

Columna #66 | Frente a la pantalla por Richard Osuna
Instagram: @beepbeeprichiemx

En un momento donde los discursos feministas y las mujeres empoderadas han tomado el mando del cine y la televisión, el cine mexicano nos trae su nueva comedia Solteras que apuesta por una protagonista que sueña con casarse, y esto no lo hace para restarle valor al poder femenino sino que nos sirve como preámbulo para retratar algo más profundo como lo son las relaciones humanas, de pareja y los errores.

La cinta es escrita y dirigida por Luis Javier Henaine, quien con esta producción se adentra en su segundo largometraje, luego de Tiempos felices.

La historia sigue a Ana (Cassandra Ciangherotti), una chica que sueña con el momento en que su novio Gabriel (Pablo Cruz) le dé el anillo de compromiso. Luego de muchas presiones, Gabriel rompe la relación con Ana, quien cae en una crisis emocional. Deseando contraer pronto matrimonio, Ana se inscribe en un curso para solteras en busca de marido, donde una fuerte Lucila (Gabriela de la Garza) les dará varios consejos y herramientas para conseguir un hombre.

En pleno 2019, una premisa como tal podría parecer bastante poco creíble e incluso sonar ridícula, pero entre más avanza Solteras más logra conquistar a la audiencia, pasando de ser una cinta que podría ser totalmente cliché a tener un avance mucho más profundo y escapando de lo que pudieron ser los lugares comunes.

Solteras es una comedia sencilla, sin tanto adorno y que puede sentirse hasta un poco entrañable. La cinta tiene una duración de 97 minutos, sintiéndose ágil siempre e incluso varios cortes interesantes, en una misma escena, muestran claramente la destreza para hacer uso útil del tiempo en pantalla.

La película llega a provocar risas a carcajadas en más de una ocasión gracias a los diálogos o a los actores. Se utiliza un poco de toques estereotipados en la construcción de los personajes, pero se tiene a un elenco de talentosos actores (sobre todo el reparto principal de chicas) que dan una esencia mucho más natural y agradables a quienes personifican.

Comenzando desde la protagonista, Cassandra Ciangherotti, tenemos una estupenda actriz que su trabajo constante le ha abierto más puertas en la industria cinematográfica y se ha hecho de un lugar. Su actuación, en simples palabras, es grandiosa, haciendo que el espectador disfrute enteramente de ella, desde sus gestos hasta de su torpeza.

A Cassandra la acompaña un reparto lleno de rostros poco repetitivos en el cine, lo cual realmente se agradece. Tenemos a Gabriela de la Garza escapando del dramatismo total en que la vimos en El habitante, un personaje que parecía arrastrar el melodrama de la serie Vuelve temprano. Aquí nos regala un personaje lleno de porte, seductor y seguro de sí mismo.

A ellas se unen la gran Sophie Alexander como Sandra, Irán Castillo como Ilse, Flor Eduarda Gurrola personificando a Lola y Mariana Cabrera como Ema, todas ellas parte de la misma clase a la que asiste el personaje principal. También por allí tenemos a Juan Pablo Medina haciendo a Diego, un personaje importante para el desarrollo de la trama.

Una opinión sobre Solteras no podría estar completa sin destacar la gran selección musical que posee, teniendo desde algunos temas en inglés que dan mayor dinamismo, otras emblemáticas canciones en español que se han convertido en éxito desde hace muchos años como Yo no te pido la luna o A quién le importa, hasta la inclusión de la música de Elsa y Elmar, que no tenía el placer personal de conocerla hasta esta película.

En definitiva, Solteras es una cinta que logra darle vuelta a los clichés o situaciones poco verosímiles de las que llegan a partir varias de sus líneas argumentales, volviendo más complejos y menos simples a sus personajes. Buenas actuaciones, entretenida y totalmente fresca. Se agradece que entre tantas comedias repetitivas mexicanas, incluyendo a sus elencos, tengamos una cinta que simplemente te desconecta y te hace pasarla bien, dejando al final un sabor agridulce: las risas no se olvidan, pero tampoco se olvidan las lecciones.


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